Thursday, September 24, 2015

Me Puedes Explicar La Sección "VII. El arca de seguridad”, y Como Explicarlo a Un Amigo Que Está Enfermo de Cancer?

Pregunta: “Hola Nick deseo que te estés muy bien en estos momentos y siempre. Estuvimos en una charla de Un Curso de Milagros aquí en El Paso Texas ahora en Abril en casa de Miriam ... Te pido si me puedes ayudar a descifrar lo que Jesus me dice en la página 680 de UCDM "VII. El arca de seguridad". Le pedí a Creador de todo lo que es, por un amigo que esta enfermo dd cáncer.. Y abrí al azar esta página. Me podrías ayudar para comprenderla mejor? Gracias de antemano por tu ayuda. Un abrazo!”

Comentario: El juego de palabras puede ser confuso si sacas el mensaje fuera de contexto. Te darás cuenta de que aunque utiliza términos como "cuerpo" y "enfermedad" y "curar el cuerpo", está hablando del contenido de la mente. Así que voy a primero elaborar un poco sobre esa sección del texto, y luego voy a compartir muy brevemente la situación con tu amigo para que todo esto haga sentido.

Esa sección del curso empieza por: “Dios no pide nada, y Su Hijo, al igual que Él, no necesita pedir nada, 2pues no le falta nada. 3Un espacio vacío, o una diminuta brecha, sería una insuficiencia. 4Y sólo ahí podría él querer tener algo que no tiene. 5Un espacio donde Dios no se encuentra o una brecha entre Padre e Hijo no es la Voluntad de ninguno de los dos, que prometieron ser uno solo. 6La promesa de Dios es una promesa que Él se hizo a Sí Mismo, y no hay nadie que pudiese ser desleal a lo que Su Voluntad dispone como parte de lo que Él es. 7 La promesa de que no puede haber brecha alguna entre Él y lo que Él es no puede ser falsa.” T-28.VII.1:1-6

En otras palabras Dios y su Hijo no se separaron. Sin embargo aparenta como que Dios se separó de su Hijo (se separó de Si Mismo), y por consecuencia nos experimentamos separados los unos de los otros aparentando tener un cuerpo. Por lo tanto la mente ahora se experimenta dividida. Que sería lo mismo que decir, Dios se encuentra dividido. Pero esa brecha entre Padre e Hijo es falsa. “La promesa de que no puede haber brecha alguna entre Él y lo que Él es no puede ser falsa.” T-28.VII.1:1-6

Luego otro extracto de la misma sección dice: “Cuando ése se vuelve tu propósito, el cuerpo se cura, pues no se le utiliza para dar testimonio del sueño de separación y enfermedad. 2Tampoco se le culpa fútilmente por lo que no hizo. 3Su propósito es ayudar a que el Hijo de Dios sane, y, debido a ello, no puede enfermar.” T-28.VII.4:1-3

Aquí te das cuenta de que si sacas las palabras fuera de contexto, tomadas literalmente, la sección se estaría contradiciendo a si misma, pues por un lado Dios nunca se separó de Si mismo, por lo tanto no hay “cuerpos separados” y ahora aquí te habla de que si cambias el propósito del cuerpo el cuerpo se cura. Pero el problema es que ¿como se le va a cambiar el propósito al cuerpo para que el cuerpo se cure cuando no hay cuerpo? Que por eso empieza la sección con: “5Un espacio donde Dios no se encuentra o una brecha entre Padre e Hijo no es la Voluntad de ninguno de los dos, que prometieron ser uno solo.” T-28.VII.1:5

Entonces, si vas leyendo esa sección te vas dando cuenta de que la “enfermedad” de la que está hablando es de la relación que tienes con tus hermanos, que son lo mismo que tu. Por lo tanto, el cambio de propósito es mental, no corporal, para que la mente se cure de la creencia en la separación y la enfermedad lo que represente es la creencia en la separación, no una enfermedad física. Y esa creencia que se perciba a raíz de percibirme separado de mis hermano, de mi mismo, es lo que se tiene que corregir para entonces poder percibir la unidad que soy. De nuevo, lo que se corrige es nuestra percepción. Esa es la unica "enfermedad" de la cual padece la mente, no el cuerpo.

Observa como esa sección del curso termina con: “‘Tu hogar está edificado sobre la salud de tu hermano, sobre su felicidad e impecabilidad’, así como sobre todo lo que su Padre le prometió. 2Ningún pacto secreto que hayas hecho en lugar de eso ha estremecido en lo más mínimo los Cimientos de este hogar. 3El viento podrá soplar sobre él y la lluvia azotarlo, pero sin consecuencia alguna. 4El mundo será arrastrado, pero este hogar permanecerá en pie para siempre, pues su fuerza no reside sólo en él. 5Es un arca de seguridad, que descansa sobre la promesa que Dios le hizo a Su Hijo de que él siempre moraría a salvo en Él. 6¿Qué brecha podría interponerse entre la seguridad de este refugio y su Fuente? 7Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle más o menos valor del que tiene como medio para liberar al Hijo de Dios a fin de que pueda regresar a su hogar. 8Y con este santo propósito se convierte por un tiempo en un hogar de santidad, ya que comparte la Voluntad de tu Padre contigo.” T-28.VII.7:1-7

Vamos a mirar ese párrafo mas de cerca manteniendo el contenido no dualista del mismo y verás como hace perfecto sentido.

“Tu hogar está edificado sobre la salud de tu hermano, sobre su felicidad e impecabilidad*, así como sobre todo lo que su Padre le prometió.” T-28.VII.7:1
Observa que ni siquiera está hablando de tu salud sino que la de tu hermanos. ¿Por qué? Porque si tu percibes a tu hermano como pecador, te percibes a ti como pecado ya que tu hermano y tu son parte de lo mismo. Son lo mismo, pues Dios nunca se separó de Si Mismo y por consiguiente no hay “cuerpos separados.” Esa es la proyección.

Por lo tanto ¿que diferencia hay entre un cuerpo “enfermo” y uno “curado” si el cuerpo es una proyección mental de separación? Por eso es que se nos dice: “7Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle más o menos valor del que tiene como medio para liberar al Hijo de Dios a fin de que pueda regresar a su hogar.” T-28.VII.7:7

“2Ningún pacto secreto que hayas hecho en lugar de eso ha estremecido en lo más mínimo los Cimientos de este hogar.” T-28.VII.7:1
Como la separación nunca ocurrió, y tu estás en tu Hogar, pues eres uno con Dios, y ningún pacto secreto (creencia de ser un cuerpo separado de otros) puede estremecer los cimientos, en otras palabras cambiar lo que tu ya eres. Es como cuando duermes, en el sueño puedes soñar todo tipo de cosas, que eres un héroe o un villano, que estás enfermo o sano, que mueres o naces, pero nada de eso puede cambiar de ninguna manera tu realidad, la cual es que eres el que está sano y salvo en su cama soñando todo eso. Que por eso el párrafo continúa: “3El viento podrá soplar sobre él y la lluvia azotarlo, pero sin consecuencia alguna. 4El mundo será arrastrado, pero este hogar permanecerá en pie para siempre, pues su fuerza no reside sólo en él. 5Es un arca de seguridad, que descansa sobre la promesa que Dios le hizo a Su Hijo de que él siempre moraría a salvo en Él.” T-28.VII.7:3-4

“6¿Qué brecha podría interponerse entre la seguridad de este refugio y su Fuente? 7Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle más o menos valor del que tiene como medio para liberar al Hijo de Dios a fin de que pueda regresar a su hogar. 8Y con este santo propósito se convierte por un tiempo en un hogar de santidad, ya que comparte la Voluntad de tu Padre contigo.” T-28.VII.7:6-7
Aquí lo que corrobora es que si puedes utilizar tus relaciones para sanar la mente de la creencia en la separación, el cuerpo no se le atribuye ningún valor sino que se utiliza para observar como la mente se percibe separada de otras, como la culpa inconsciente se le quiere proyectar a “otros”, y aunque tus sentidos, que solo tienen que ver con un cuerpo, dan testimonio de una separación, no permitirás ser distraído por ellos y utilizas todas tus experiencias, todas tus relaciones para adjudicarles el único propósito que hay, el de perdonar para sanar cualquier tipo de separación que percibas entre tu y tu hermano (entre "tu" y "tu").

De nuevo, no estamos hablando de percibir separación física, pues eso es lo que mis ojos continuarán percibiendo siempre y cuando esta sea mi experiencia. No obstante, puedo percibir amor, aun cuando veo un mundo de separación. Y eso es no dejarme distraer.

Utilizando un ejemplo mundano, si tu hermano te insultó, y eso te dolió, crees que tu hermano es culpable y te sientes como víctima. El problema es que tú y tu hermano son lo mismo, son proyecciones de la misma mente, y al tu identificarte como cuerpo separado, se te olvida que tu eres parte de esa misma mente que esta soñando a los dos.

Así es como la mente se percibe como separada, como dividida, y si culpas a tu hermano no puedes sino que sentir los efectos de culparte a ti mismo, eso podría manifestarse en una aparente enfermedad en el cuerpo.

Si de lo contrario se utiliza cada una de las relaciones para practicar el perdón, si la mente se siente llena de paz y amor, aun cuando haya sido testigo de un insulto por uno de los “otros” hermanos, y aquí, como nos recuerda la ultima oración de ese párrafo: “8Y con este santo propósito se convierte por un tiempo en un hogar de santidad, ya que comparte la Voluntad de tu Padre contigo,” T-28.VII.7:8 puede que ocurra un cambio en lo físico, en donde un cuerpo “enfermo” experimenta una “curación.”

Esto no garantiza que un cuerpo se vaya a “curar”, pero si garantiza que no hay distracciones ya que el Santo Hijo de Dios recuerda Su Realidad, y al recordar Su Realidad no tiene ya necesidad de continuar proyectándose en un cuerpo separado. A raíz de ese cambio de mentalidad, o el cuerpo se deja a un lado y se despierta del sueño, o continuará en el mundo por el tiempo que sea, solo que con una mente tranquila, regocijando en la paz de Dios independientemente de las condiciones del cuerpo. Pues ya el cuerpo no es distracción. Por eso se nos recuerda: “Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos.“ W-pI.155.1:1-3

Habiendo compartido ese extracto del curso, con relación a la inquietud con tu amigo, cuando lo percibes a él enfermo estás percibiendo a una parte de ti enferma. Y no sabes que decirle porque tu enfoque está en curar su cuerpo y no su mente, que forma parte de la tuya.

Por lo tanto, pedir ayuda al Espíritu Santo es a que El te enseñe a ver al Santo Hijo de Dios en tu amigo, pasando por alto la distracción con las formas. Sí, la forma ve a un cuerpo enfermo, pero el contenido es el mismo. El contenido es que tu, al igual que él son parte de Dios libre de pecado, completamente inocente.

En el caso de tu amigo, hablando hipotéticamente, quizás el tiene un trabajo que hacer de perdón y su cuerpo está corroborando el miedo que hay en su mente. Por lo tanto, mientras el continúa con su situación a nivel de la forma recibiendo atención medica, simultáneamente puede empezar a observar mas detalladamente el contenido de su mente, viendo donde hay rabia, ira, resentimientos hacia algún hermano y perdonar.

Desde ese espacio, una de dos cosas puede que suceda, 1: que al perdonar completamente el cuerpo termine experimentando una curación física pues ya el no se está auto castigando con esa enfermedad, o 2: que una vez su mente descansa en la paz de Dios, habiendo sanado sus relaciones, que el cuerpo se deja a un lado y el regocije en la unidad con Su Padre (conSigo Mismo). Pero lo importante es que cualquiera que termine siendo la consecuencia del perdón, las dos son consecuencias ¡felices!

Permíteme cerrar esta nota con una anécdota. Hace muchos años atrás había una pareja que trabajaba mucho el perdón, y en uno de sus talleres llegó una mujer que estaba críticamente enferma de cáncer, hasta el punto que no tenía esperanza de que pudiese sobrevivir. El enfoque de esta pareja con ella nunca fue en lo físico sino que en observar donde había ira y resentimiento en su mente.

Según el taller iba terminando la muchacha les comentaba que ella había perdonado a todos sus hermanos excepto a su padre. Que a ese si que no iba a poder perdonar. Entonces la pareja le dijo que no tenía que preocuparse porque como ella no es en realidad un cuerpo qué podría dejarlo entonces a un lado y que no pasa nada. Eso llevó a esa mujer a reflexionar, y a comprender que su perdón si no es total no habría posibilidad de sanar. Para poner fin a este relato la mujer experimentó una curación total de su cáncer.

Pero de nuevo, no utilicemos este ejemplo para distraer nuestra atención hacia el cuerpo. Simplemente utilicémoslo para hacer un trabajo de perdón muy profundo de manera que la mente puedas regocijarse en la dicha del amor que se experimenta a raíz de sentirnos unidos todos nuestros hermanos.