Sunday, May 13, 2018

¿Cómo Se Le Pide al Espíritu Santo?

Pregunta: "Hola!!! He leído que aunque se hace mucho hincapié en no caer en la dualidad, dicen que preguntemos al Espíritu Santo cualquier cosa que sea importante para nosotros, aunque sea del mundo para recibir guía. Ahí es donde me pierdo un poco. Supongo que será como una ayuda dentro de la ilusión, aunque sin que perdamos de vista que es ilusión, no?"

Comentario: Aquí comparto dos extractos de Un Curso de Milagros sobre el perdón.

"El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten. Simplemente observa, espera y no juzga." W-pII.1.4:1-3

"No hagas nada, pues, y deja que el perdón te muestre lo que debes hacer a través de Aquel que es tu Guía, tu Salvador y Protector, Quien, lleno de esperanza, está seguro de que finalmente triunfarás." W-pII.1.5:2

Vamos a mirarlos un poco más detalladamente. En el primer párrafo establece muy claramente que lo que el perdón requiere de nosotros es que no hagamos nada. Que observemos, y sin interpretaciones personales permitamos que todo sea como es. Con una mente libre de historias es que nos abrimos a la paz que somos y desde ese espacio, el segundo párrafo que te compartí del curso hace perfecto sentido. Es así como se recibe la guia del Espíritu Santo.

Todo miedo surge a raíz de la creencia de que somos una entidad separada, un cuerpo. Sin embargo, como eso es lo que creemos ser, a principio del proceso aparenta como que le pedimos al Espíritu Santo guía, y si hay algo que se necesite saber o hacer que nos apoye en el camino, nos encontraremos haciéndolo o sabiéndolo.

El problema, y aquí es donde veo tu confusión, es que cuando le pedimos al Espíritu Santo, queremos respuestas específicas que se adapten a lo que nosotros creemos que es la "solución". Eso se basa en la creencia de que sabemos cuál es el problema.

El problema nunca está en la forma, sino que en cómo estamos mirando la forma. Por ejemplo, una persona que tiene una perdida de trabajo, el problema no es que necesita un nuevo trabajo y le pide al Espíritu Santo para que se lo encuentre. El problema es que está percibiendo la pérdida de trabajo a través del juicio del ego, y por eso sufre. Esto me recuerda el extracto del curso que dice, "No te pongas a ti mismo a cargo de esto, pues no puedes distinguir entre lo que es un avance y lo que es un retroceso. Has considerado algunos de tus mayores avances como fracasos, y has evaluado algunos de tus peores retrocesos como grandes triunfos." T-18.V.1:5-6

Esto no implica que si la solución a su problema fuese encontrar un nuevo trabajo que eso no tenga lugar. Claro que podría tener lugar, siempre y cuando sirva para el despertar de la consciencia.

No obstante, tanta gente le pide al Espíritu Santo, o a Dios, o a lo que sea, y aparenta como que nada está teniendo lugar. Como que sus plegarias no son contestadas. Lo que no se dan cuenta, debido a su falta de confianza, es el que sus plegarias no hayan sido contestadas tal como ellos quisieran, es que en realidad ¡han sido contestadas!. Solo que el Espíritu Santo, sabiendo siempre lo que es mejor para todos, contesta en función a la verdad.

Entonces, pedir ayuda al Espíritu Santo es enseñarnos a verlo todo de otra manera de forma que cualquier evento deje de tener un efecto sobre nosotros. Esa es la paz que sobrepasa todo entendimiento. Y en ese sentido, lo que sea que terminemos haciendo será lo correcto sin que nosotros necesariamente recibamos una señal específica. Pero ¡ojo!, ese querer verlo de otra manera, todavía asume que hay un personaje "yo" que quiere verlo de otra manera. Por eso hay que ser muy observador. Hasta que no seamos conscientes de que ese es el "yo" que se está deshaciendo, el mensaje del curso aparentará ser muy difícil de entender, inclusive de aplicar.

Pero cuando ya de corazón la paz de Dios es lo que de verdad nos importa, el mensaje del curso es tan simple y tan claro como el agua. En ese sentido, no nos enrollamos con pedirle nada al Espíritu Santo. Simplemente, si hay un solo pedido, sería que restablezca la paz en la mente. Lo que termine ocurriendo en el mundo ya es completamente irrelevante. Estamos descansando en la paz de dios.