Pregunta: “Hola Nick, sigo tus vídeos y comentarios
desde hace unos años y con el curso unos más, has sido de apoyo en este camino.
Sé que la historia de mi personaje
es irrelevante, pues solo es un escenario más, pero me nace compartirla. Mis dificultades
siempre han sido de tipo económica, con sentido común, hice todo lo que estaba
a mi alcance para resolver la situación, pero siempre sucedía algo inesperado
que me dejaba igual, me tomo tiempo, frustración, pero llegué a aceptar que no
controlo el resultado, sin importar lo que me esfuerce, aún así sigo haciendo
lo que el sentido común dice, luego acepte eso de que no soy el hacedor y,
realmente sentí alivio porque como dices, nos libera de cualquier sentido de
culpa, si algo va "mal" en mi vida, no soy yo quien hizo mal algo, yo
no fallé. Mi personaje no toma decisiones, pero a este nivel si experimenta las
consecuencias de las decisiones de esa Mente única, en mi caso, no poder
cumplir mis deudas, que entiendo es la voluntad de la vida, trae consecuencias
a este nivel, inicialmente fueron pleitos y amenazas, y desde esa posición de
no soy el hacedor de esa situación, lo experimentaba sin mucho sobresalto, pero
luego vinieron agresiones físicas, ahora último producto de esa situación, mi
pareja fue secuestrada, ultrajada, resultando embarazada, "decidimos"
interrumpir ese embarazo. Ahora estamos nuevamente en la misma escena de no
poder pagar, y como consecuencia de eso, que más puede suceder?....
Ahí
está mi inquietud, no siento culpa por todo lo ocurrido, lo que ocurrió es lo
que llamas la voluntad de la vida o de Dios, pero aceptar eso, no quiere decir
que lo mire con gusto y una sonrisa, no siento culpa pero si el dolor de la
experiencia, en este caso, de ver cómo agreden a un ser querido. En un video
tuyo dices que hay posibilidad que en el plan de la vida, una situación dada,
no cambie, que puede que toda la vida física experimente la misma situación
miserable.... realmente es tan necesario pasar por tanta intranquilidad y dolor
para llegar a la paz?
Pareciera
que la vida cada vez pone escenarios de prueba de más intensidad....si en mi
guión está escrito vivir siempre este tipo de escenarios que hace experimente
dolor, debo reconocer que siento miedo, del plan de la vida, miedo de la voluntad
de Dios, de los escenarios de dolor que me tenga esperando....si hay una manera
de estar en paz sin importar si veo escenas de dolor como agresiones contra
seres queridos, eso es lo que pido.”
Comentario: Antes que nada, agradezco tu apertura, y quiero que sepas que no estoy
aquí para hablar de conceptos espirituales sin reconocer lo doloroso que puede
ser pasar por una experiencia como la tuya, sobre todo cuando la consciencia
del Ser todavía no ha sido plenamente integrada. Y por eso
estamos a aquí, para que mientras cada cual vive su guion, recordar ese estado
de conciencia de paz y amor que vive en cada uno de nosotros y nos sostiene.
Habiendo dicho eso, voy a elaborar en la teoría y conceptos
para que por lo menos pueda haber una comprensión y se habrá un espacio, si es
que eso tiene que tener lugar, en el que puedas experimentar una ligereza
mientras afrontas las lecciones de perdón que el guion te presenta.
Siento que hay algunas cosas que puedan haber sido sacadas
fuera de contexto, así que vamos a mirar juntos tu inquietud. Empecemos por
reconocer a que nos referimos cuando se habla de la voluntad de Dios.
Generalmente la gente asocia a Dios con un “algo” que piensa como los humanos,
y que decide que hacer con sus marionetas. Por eso es que algunas personas
hablan de un dios que "castiga" y otras de un dios que
"perdona". Si ese dios decide que una de sus marionetas va a ser
maltratada, pues esa es su voluntad, etc. Pero no es así como se aborda el
concepto De Dios.
Cuando aquí se habla de la voluntad de Dios, lo que se está
reconociendo es que si la Consciencia, o Dios es lo único que hay, no puede
haber una voluntad aparte a ella. Por consiguiente, nada puede proceder de un
origen que no sea Dios. Observa que no estoy hablando de lo que Dios o
Consciencia haga o deje de hacer. Estoy hablando de que todo lo que ocurre, si
tiene un origen tiene que ser de Dios y nada mas. De lo contrario tendría que
haber otra voluntad, otro “origen”.
Ahora, presta mucha atención. Como este mundo es la experiencia
de la dualidad, un aspecto no puede existir sin su opuesto. Ese es el precio
que tendremos que pagar si queremos seguir sosteniendo nuestra identidad
separada. Es el precio que el Hijo Prodigo tiene que pagar por querer irse del
Reino. En Dios no hay dualidad. En Dios lo único que hay es amor. Pero “aquí”,
en este “mundo”, para que un aspecto pueda ser definido como “bueno” tiene que
por ende haber su opuesto para que haya contraste.
Vamos ahora a mirar a los escenarios. Aquí se experimenta
todo tipo de escenario. Y la identificación con un “yo” separado es lo que hace
que los escenarios parezcan tan “reales” como “yo”. Como cuando la mente sueña
un sueño. Si la mente pasa por alto el hecho de que es mente soñando un sueño,
y se identifica con el personaje soñado, va a sufrir todas las consecuencias de
ese sueño. No será afectada por el sueño, pero si va a experimentar el miedo
como si la mente fuese el sueño mismo.
Entonces, el ser consciente de no ser el hacedor erradica
todo sentido de culpa. Eso es algo que has empezado a integrar. Eso esta muy
bien. Por lo tanto, trayendo conciencia a los escenarios que tienen lugar,
cuando se miran desde la perspectiva del ego (yo soy el hacedor), hay
sufrimiento, hay culpa y deseo de culpar. Hay preocupación, hay apego. Cuando
se miran desde la perspectiva del amor (solo se hace la voluntad de Dios), hay
compasión, hay aceptación, hay confianza. Eso no implica que un suceso como el
tuyo se tenga que experimentar con “alegría”. Como tu muy bien dices, “…pero
aceptar eso, no quiere decir que lo mire con gusto y una sonrisa…,”
Lo que sí implica es que se vive desde un estado de paz, de
apertura, que sin necesidad de intentar entender, hay una confianza que no se
opone al plan de la Vida, que creámoslo o no, es devolvernos a la verdadera
felicidad.
No es fácil. Lo reconozco, pero es la única salida. De lo
contrario la mente se sumerge en un infierno de sufrimiento, pasando por alto
su esencia. Y eso es lo que el perdón nos ofrece, un recordar de nuestra
esencia. Por eso es que una enseñanza como Un curso de milagros nos dice,
"El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es
real" T-22.II.7:1 O "El milagro no te despierta, sino que simplemente
te MUESTRA QUIÉN ES EL SOÑADOR." T-28.II.4:2
Vamos ahora a otra de tus inquietudes. Dices, “En un video
tuyo dices que hay posibilidad que en el plan de la vida, una situación dada,
no cambie, que puede que toda la vida física experimente la misma situación
miserable.... realmente es tan necesario pasar por tanta intranquilidad y dolor
para llegar a la paz?”
Lo que intento
decir es, lo que sea que esté teniendo lugar, si la consciencia ha elegido
jugar ese papel, no hay nada que el personaje pueda hacer al respecto. Pero
eso no es una afirmación para que el ego proyecte un futuro y empieza ahora a
especular diciendo, “mi futuro va a ser así”, o “quizás dios quiere que yo sea
una persona sufrida”, etc. De hecho, eso es todo lo que el ego hace para sacar
la mente del momento presente. Busca memorias del pasado, y las proyecta al
futuro.
El “futuro”, primero que nada ¡no existe!. Es solo un
concepto que alimentamos en este momento presente, el único que hay, para
castigarnos y asustarnos. Y segundo se desconoce. Es decir, tú no sabes lo que
la vida depara. Lo único que sabes es que lo que sea que estés viviendo, si lo
vives conscientemente no sufres.
Ahora, mi experiencia ha sido, y no digo que sea la regla de
oro ni la verdad absoluta. Pero mi experiencia me ha enseñando que lo primero
que necesito tener claro es, ¿qué es lo que realmente deseo, a Dios, o al
mundo? En otras palabras, ¿mi relación con la paz, con el amor en mi corazón, o
mi relación conmigo como “persona” y por consiguiente continuar persiguiendo
los placeres del mundo?
Porque la vida en este mundo, cuando el enfoque es en el
mundo, es sufrimiento. Pueda que algunos tengan un guion mas “cómodo” que
otros. Pero la vida es sufrimiento en el sentido de que hagas lo que hagas,
siempre vas a experimentar el opuesto de cada escenario, Y no importa cuantos
logros experimentes, cuanto hayas acumulado, cuanto placer hayas derivado, no
vas a salir de aquí con vida. Hemos sustituido la vida eterna por la muerte. Y
lo que el perdón hace es llevar a la mente a que sea consciente de que su único
problema es su deseo de seguir sosteniendo el sueño. En otras palabras, el
UNICO problema que el Hijo Prodigo tiene es que no quiere regresar a casa.
Cuando tu deseo profundo es por la verdad, por el Amor, mi
experiencia ha sido, y sigue siendo, que las cosas se van acomodando para que
el Hijo de Dios pueda descansar antes de que la mente despierte del sueño. Pero
de nuevo, aquí es donde la pregunta es, ¿qué deseas, seguir manipulando el mundo
para que las finanzas se “arreglen”? ¿Para que ya no tengas mas problemas, o
soltar completamente y entregarte a los brazos de tu Padre? Cuando esa
intención de entrega total se asienta en la mente, observas entonces como la
vida se va acomodando para que puedas vivir en paz con lo que es. Y la
inspiración surge para hacer lo que sea que tengas que hacer en vez de
adherirte al “sentido común”, como tu dices, que te mantiene corriendo en
círculos.
El ratón en una rueda en la que corre en círculos puede
utilizar todo el “sentido común” para intentar establecer una base ahí, pero
cada vez que pone algo en el suelo la fuerza centrifuga lo vuela para fuera,
hasta que, no por “sentido común”, sino que una comprensión le llega y le dice,
¡SAL DE LA RUEDA! Pues igual que a todos nosotros, estamos en la rueda del
placer y el dolor y no queremos salir de ella. Y nos creemos “felices” cuando
las cosas en la rueda TEMPORALMENTE aparentan ir “bien”, pero nos quejamos
cuando las cosas en la rueda empiezan a ir “mal”. ¿Ves la trampa?
Por lo tanto, observando ahora tu experiencia, y lo que
conlleva seguir sosteniendo este mundo con sus placeres y dolores, hazte la
pregunta de todo corazón, ¿qué es lo que realmente deseo? Y si es la paz de
Dios, puedes entonces observar como la paz te mueve, sin expectativas de nada,
sin intentar controlar nada, simplemente como un pescador que después de luchar
contra corriente, agotado y frustrado porque no encuentra los peces, inclusive
en lugares donde antes los había, pone los remos en su barco dejando de
dirigirlo en dirección a donde el cree que hay peces dado que eso es lo que su
experiencia (sentido común) le decía. Ahora confía hacia donde la corriente le
lleva. ¿Qué ocurre? Dos cosas; una, ¡por primera vez puede descansar! No tiene
que remar ni hacer esfuerzo innecesario, no tiene que luchar. Solo cuando la
consciencia lo inspira a remar rema para hacer correcciones diminutas. Y
segundo, lo lleva ¡a dónde hay peces!. ¿Y sabes dónde estaban los peces? ¡EN SU
PUNTO DE PARTIDA! Y él solo se alejaba a buscarlos en otro lado.
Mi vida cada vez se hace mas simple, pues estoy dejando de
remar innecesariamente. Solo tomo los remos cuando se me inspira, como ahora,
para compartir este comentario. Pero luego los pongo en el barco y no tomo
ningún tipo de crédito por estas palabras. Estas palabras solo sirven como
recordatorio, que aunque aparenten surgir de “mi”, son para que juntos
recordemos lo que de verdad es importante, la paz de Dios. Eso es todo.