Saturday, June 15, 2019

Tiene Deseos de Tener Pareja, Qué Hacer… (Cuando el Ego Se Aprovecha de la Espiritualidad)

Pregunta: “Hola Nick, he escuchado tantas preguntas y las respuestas es la misma para todo… Pero ahora desde mi honestidad estoy enredada y medio perdida, ¿cómo se hace cuando estás consciente que no eres un cuerpo, pero el cuerpo tiene deseos y no tienes pareja? ¿Qué haces? Aquí con mucha pena, pero me gustaría saber tu punto de vista si es posible.”

Comentario: En realidad es muy simple, solo que la tendencia cuando se emprende la búsqueda espiritual lo complicamos. Así que vamos por partes. No sufres porque no tienes pareja. Sufres porque estás en resistencia a tu experiencia presente. Si tu experiencia presente es que no tienes pareja, es porque eso es lo que te toca vivir. Solo que si no tienes claro tu propósito, perdonar, te la vas a pasar juzgando tu experiencia presente si la misma no va en acorde a como tu crees que “debería” ser.

Entonces, cómo abordamos los deseos. Muy simple, si deseas algo, o mejor dicho, si el deseo por algo surge, muévete en dirección a ese deseo, y aquí es donde quiero que prestes mucha atención. Lo que quieres es observar la actitud con la que te mueves en dirección a ese deseo. En otras palabras, si la actitud es que necesitas desesperadamente que ese deseo se cumpla, no solo estás sufriendo desde ya, sino que si el mismo no se cumple sufres todavía más. Si, por el contrario, te mueves en dirección a ese deseo, con la plena aceptación de que, si se da bien, y si no también, ese cambio de actitud es el que da fin al sufrimiento, que ese era el único problema.

Una de las cosas que tiene lugar con la practica espiritual es que hay la tendencia de suprimir o ignorar los deseos en pos de una “iluminación” o un “avance”, o de lo que sea, sin darse uno cuenta de que esa actitud se experimenta como un sacrificio. Y eso solo perpetua la creencia de que soy un cuerpo separado, y es, paradójicamente, el obstáculo.

Por lo tanto, vive tu vida normal, honrando tus deseos, solo que, si tienes claro que tu única función es perdonar, entonces, mientras esos deseos se observan, y se honran, tienen ahora un propósito que va mas allá del deseo mismo. Si, por ejemplo, utilizando tu ejemplo, tienes el deseo de tener una pareja, pues hay múltiples plataformas en internet que sirven ese propósito. Solo que si te mueves en esa dirección, sin prestar atención a tu única función, la cual es perdonar, recuerda la famosa frase que dice, “ten cuidado por lo que pides porque puedes terminar obteniéndolo.” Es una forma de decir, eso que tanto deseas puede convertirse en un infierno.

Por lo tanto, aprovecha este, y cada momento para poner en practica el proceso de perdón. A raíz de ese desapego, con ese cambio de actitud, si la vida te da una pareja, por lo menos ahora esa relación tiene un propósito. Si la misma despierta conflictos, los mismos se utilizan para sanar, para perdonar, y eso es lo único que le da sentido a toda experiencia humana.

Permíteme compartir un ejemplo personal, que, aunque no tiene nada que ver con pareja, es en realidad lo mismo. Uno de mis deseos es el de obtener la ciudadanía española. No tengo apego a ello, ni me quita el sueño. Pero es un deseo que surge, y lo honro. ¿Qué hago? Muy simple. Estoy mirando las opciones que tengo, moviéndome en dirección a ello, solo que mi actitud es, si se supone que tenga la ciudadanía se dará, y si se supone que no, pues no. Final de la historia.

Por lo tanto, no es cuestión de suprimir, o de ignorar los deseos en pos de una ideología espiritual. Es vivir tu vida normal, honrando los deseos que surgen, sin sentirse culpable por ello, solo que lo que cambia es la actitud. Y lo que añadiría es, cuando el deseo surge, que primero nos demos un espacio para observarlo, para perdonar, reflexionar, y no actuar inmediatamente. A veces, eso hace que ese mismo deseo se deshaga  sin ninguna sensación de pérdida o sacrificio. Pero si el deseo se sostiene, y no le hace daño, ni a ti, ni a nadie, pues moverse en esa dirección, de nuevo, nunca perdiendo de vista el propósito, el cual es, perdonar.