Sunday, October 13, 2019

Estar Solo Versus Sentirse Solo

Recientemente se me pidió si podía hablar un poco sobre el tema de la soledad. Me sentí inclinado a compartir lo siguiente en función a mi experiencia, al igual que mi comprensión basada en la experiencia humana. El ser humano se siente solo por el mero hecho de percibirse separado de la Totalidad. Es por eso que busca en el mundo compañía para sentirse pleno. Lo que busca en otro ser humano es un sentido de unión. La Unión que cree haber perdido al percibirse como un cuerpo separado.

Ese tipo de “unión”, no obstante, no es en realidad una “unión”. Es, más bien, el miedo a sentirse solo. Sin embargo, cuando uno se siente pleno, nunca se siente solo, aunque esté solo. Yo me la paso gran parte de mi tiempo solo. Esto no implica que no me guste compartir. Disfruto mucho cuando comparto con otras personas. Pero también disfruto mi tiempo solo. Porque no es en realidad que estoy “solo”. Es un reconocimiento de que siempre estoy acompañado. Estoy acompañado por esa Esencia que forma parte, no sólo de mí, sino de todo.

Esto es algo que tiene lugar, muy naturalmente, cuando la paz empieza a ser prioridad sobre todas las cosas. Porque no estamos hablando de soltar el deseo de estar con otras personas. Estamos hablando de aferrarme profundamente a la Presencia, a eso que se le etiqueta Dios, pero que, para mí, es sinónimo de Paz. Por consiguiente, mi deseo por la Paz es mi deseo por Dios. Es lo mismo. Yo no puedo soltar mi deseo a un ser humano, en el que creo que voy a encontrar paz o felicidad, si no estoy dispuesto a saltar al vacío, a totalmente entregarme a los brazos de Dios, donde se encuentra la verdadera paz y felicidad.

Es por eso que en la India se dice que un gusanito no suelta una hoja hasta que se encuentre firmemente aferrado a otra.

Entonces, el objetivo para mí, no es buscar la manera de ver como no sentirme solo. Es percatarme de que cuando me siento sólo es porque hay un sentimiento que tengo miedo a mirar. Y lo que hago es permitir que ese sentimiento surja, observando que significado la mente le quiere dar, y reconocer que nada significa nada. Permito que la presencia del instante presente lo arrope, confiando en que hay un amor en mí que todo lo transforma, aunque en ese momento no sepa ni lo que es ese amor, ni como hace el trabajo.

Según esa comprensión se va asentando, porque ahora me voy sintiendo más cómodo conmigo mismo, y esto ya es algo que no se puede describir con palabras, el deseo por el mundo, de buscar otras personas para que me pueda sentir pleno, se desvanece.

Ya la soledad no me atemoriza. Incluso, me siento muy cómodo con ella porque sé Quien o Que (letra mayúscula) está conmigo. Y lo paradójico, es que puedo disfrutar plenamente la compañía de "otros" sin miedo a que se vayan. Porque ya no importa si hay compañía de "otra" persona, o no. Nunca estoy solo.

Aquí hay que tener mucho cuidado. Porque no quiero que este escrito sea malinterpretado.

Hay personas que prefieren estar solas porque se sienten incómodas relacionándose con otras personas. Y eso no va en acorde con lo que intento compartir en este escrito. Las relaciones nos ofrecen oportunidades hermosas para sanar. De hecho, ese es su único propósito.

Yo no estoy solo porque no desee estar con nadie. Lo que quiero decir, es que cuando estoy solo, no me siento solo en lo absoluto. Y si me tuviese que quedar solo por el resto de mi vida, dado que eso es lo que toque mi guión, estoy bien con ello. Pero no busco la soledad para huir de la compañía. Simplemente observo cómo se va desenvolviendo mi guión. A veces toca estar acompañado, y otras veces toca estar solo. Porque “solo”, o “acompañado”, soy consciente de mi Esencia. Esa, que es Una con todo.

Cómo podrías sentirte solo cuando sabes quién eres. ¿Es posible que Dios se pueda sentir solo? Lo que quiero decirte, aunque te sea difícil de aceptar, es que “Tú”, no como cuerpo, sino como esencia, ¡eres Dios!

La pregunta que hora surge es, ¿cómo puedo tomar conciencia de que soy esa Esencia? Aquí no existe un “cómo”. Estas palabras no son una “prescripción”. Son una descripción que sólo sirven de recordatorio. La vida misma, que lo orquesta todo, que te ha llevado a leer estas palabras, dirigirá todos y cada uno de tus pasos para que las mismas se integren. Ahora sólo toca confiar en el proceso.

#nickarandes

Este Momento Es Una Experiencia Única En Todo El Sentido De La Palabra

La experiencia presente no es una que se “vive”, ¡simplemente es! No hay una identificación con un “yo” que “vive” la experiencia presente. Simplemente la experiencia presente ¡es! Es experiencia misma, con toda su textura, con todo su color, y la misma se vive en paz cuando se deja libre de significado.

Lo que ocurre, es que, para significados, para interpretaciones surgir, tiene primero que haber una identificación con un “yo”. Sin una identificación con un “yo”, no existen interpretaciones, sólo existe Lo-que-Es. Mientras lees estas palabras hay una des-identificación momentánea con ese “yo”. No se experimenta un “yo” que esta leyendo, simplemente, leer, és lo que ocurre. Eso es experiencia misma.

La vida cotidiana es experiencia misma, salvo cuando la experiencia presente se tiñe de interpretaciones que sólo tienen lugar cuando hay una identificación con un “yo”. Ese “yo” interpreta la experiencia presente como agradable o desagradable, se preocupa de lo que pueda tener lugar en el “futuro” o se siente culpable por lo que haya tenido lugar en el “pasado”, de la misma manera, puede sentir placer a raíz de interpretar pensamientos futuros o pasados que le agraden, pero, lo curioso del caso, pasado y futuro son simplemente pensamientos que tienen lugar en el momento presente, que, de nuevo, sólo surgen cuando hay una identificación con este “yo”. Eso, a su vez, da lugar a la ilusión de tiempo y espacio.

Pero tiempo y espacio son constructos ilusorios de la mente porque lo único que existe es este instante presente.

No tienes que creer estas palabras, ni te pido que las creas. Simplemente, compruébalas por ti mismo. ¿Puede haber algún lugar, espacio o experiencia que no sea la que está teniendo lugar ahora mismo?

Si haces una reflexión honesta te darás cuenta que lo único que existe es este instante presente. Aquí no existen preocupaciones, no existe culpabilidad, no existe nada salvo que la experiencia misma. Culpabilidad, preocupaciones, todas esas son meras interpretaciones. Esta misma experiencia libre de significado es la paz que toda la vida el ser humano ha estado buscando, que la tiene en sus propias narices, y la pasa por alto creyendo que es algo que tendrá lugar en el “futuro” cuando su experiencia presente cambie para algo “mejor”.

Y eso que juzga la experiencia presente como “inadecuada” y que va en pos de algo “mejor” es el “yo” del que estamos hablando, que no es más que un producto de la imaginación, y que se deshace en la presencia de este momento cuando la mente deja de proyectarle significado al momento presente.

Volviendo a lo que compartí anteriormente, mientras estabas leyendo estas palabras, totalmente sumergido en la experiencia misma de leer, ¿dónde está ese yo? La pregunta que ahora surges, ¿y cómo puedo dejar de identificarme con este yo? La contestación es muy simple. Eso no es algo que el “yo” hace. Pues aquí es donde el “yo” inventa estrategias y prácticas para des-identificarse del “yo”. Y es un callejón sin salida porque para que ese “yo” haga una estrategia de manera que pueda des-identificarse de ese “yo”, primero tiene que asumir que ese “yo” existe, y lo que estamos, finalmente, empezando a tomar consciencia es de que eso “yo” es inexistente.

Estas palabras no son escritas para que “tú” como “persona” experimentes que ese “yo” no existe. Están simplemente apuntando en dirección a que nuestra Esencia (letra mayúscula) es algo que va más allá de nuestra experiencia como "ser humano". Esa comprensión surge, si es que tiene que surgir, cuando tenga que surgir, y como tenga que surgir. Por ahora, las palabras se usan como símbolos, que, de nuevo, apunta, pero que no son la experiencia.

Es por eso que de esto no se puede hablar. Aunque intentamos hablar sobre ello, y escribir sobre ello, es una comprensión que simplemente tiene lugar. Sí estás leyendo estas palabras, Y hay resonancia en ti con ellas, se podría deducir que la mente está abierta a esta comprensión. Eso no implica que la comprensión vaya a tener lugar inmediatamente. Pero le llamo fertilizando el terreno. Esta experiencia es tan simple y tan obvia, que lo que la hace imposible de experimentar es la resistencia a soltar la identificación con este “yo”.

El “ser humano” se la ha pasado toda su vida construyendo este “yo”. Se siente orgulloso de sus logros, de la misma manera que se siente dolorido e indignado por sus fracasos. Pero logros y fracasos forman parte de una historia que la mente fabrica para sostener la identificación con un “yo” que ahora “cree” que ha “hecho cosas” o que ha “dejado de hacer” cosas.

Soltar la identificación con este “yo” es una forma de muerte. No es una muerte física necesariamente, es una muerte de identidad. Desde la perspectiva “yo”, esa muerte de identidad simboliza una pérdida, que solo cuando hay una identificación con el “yo” se experimenta como dolorosa.

No obstante, desde la perspectiva de la Conciencia, de eso que Soy (letra mayúscula), la des-identificación con este “yo” es una total liberación. Porque, al la Conciencia no estar restringida, es ahora libre para ser lo que siempre ha sido; Totalidad en todo sentido de la palabra. Paz infinita, plenitud absoluta.

Y esa experiencia de paz infinita, de plenitud absoluta, de amor incondicional, es la experiencia presente misma cuando no se le proyecta significado, cuando no se exige nada de ella. En ese sentido, lo que hay es presencia, lo que hay es Lo-que-Es. Y este momento, que es una experiencia única en todo el sentido de la palabra, libre de significado, sería lo mas cercano a la experiencia de amor puro, o para personas que se sienten cómodas con el concepto Dios, es la experiencia de Dios. Por eso se nos dice, “Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; ..." [Salmos 46:10]

Estar quietos no significa que “yo” estoy quieto. Es simplemente una manera de decir, suelta todo lo que crees “saber”, y lo que eres (amor, Dios, paz), es lo que queda.

Por eso es tan obvio, tan simple, y a su vez, tan aterrorizante. Porque lo que el ser humano mas le teme, es a su propia ausencia, aun cuando todo el sufrimiento surge a raíz de la creencia de creerse ser un ser humano. Si la oruga supiese que si suelta su pellejo se convertiría en mariposa, ¿no crees que dejaría el pellejo lo antes posible?

Hasta que le ser humano no tome consciencia de la paz, de el amor, de la libertad que tiene lugar al soltar su identidad, seguirá defendiéndola hasta la "muerte". Sin embargo, un proverbio de la India dice que para poder ser verdaderamente libre y feliz, ahora, en este preciso instante, hay que aprender a “morir” mientras está uno “vivo”.

¿Cómo se "muere" mientras me experimento como un cuerpo "vivo"? Simple. Suéltalo todo ¡ahora mismo! Suelta todas las creencias de lo que crees ser, de como las cosas "deberían" ser, y sin duda alguna, va a morir tu sentido de identidad. Y la libertad de sentirte en paz, en este preciso instante emerge. Esa, es la vida eterna, porque la mente se ha liberado. Eterna no en tiempo y espacio. Eterna, libre de tiempo y espacio.

Y aquí viene la paradoja. Esto no es algo que “tú” como “persona” “haces”. Es lo que ocurre a través de ti, si es que tiene que tener lugar. En un principio, esto acabo de decir puede experimentarse como una desilusión. Pero, utilizando las palabras de Ramesh Balsekar, si estás leyendo este tipo de material, y este no es un ocurrir que tiene lugar al azar, se podría deducir que la Conciencia está empezando a despertarse a través de ti, y ese es motivo suficiente para celebrar.

#nickarandes


Thursday, October 10, 2019

¿Si Mi Pareja Me Insulta Es Que Me Estoy Insultando A Mi Misma?

Esta pregunta surgió a raíz de un escrito que compartir titulado, ¿Es Posible Saber Cuál Es La Pareja “Adecuada”?, el mismo se puede leer haciendo clic en el siguiente enlace:


Pregunta: "Así que cuando mí pareja, me dice cállate, loquita, histerica, mujer que usa a los hombres etc (cosa que no es así para nada), pero según tus palabras, yo me insultó, yo pienso eso de mí, el otro no existe, y no dice nada, pero yo sí creo que el otro ahí afuera, es el que es violento y me insulta, espero que cambie eso, porque las peleas, conmigo misma son terribles!!!"

Comentario: Si tu pareja te insulta o te dice todas esas cosas, y a ti te molesta, es porque está apuntando hacia algo en ti, que, quizás, no quieres, o no puedas ver. Cosas que crees de ti a nivel inconsciente. Si, por el contrario, tu, honesta e íntegramente, sabes qué lo que tu pareja está diciendo no es verdad, no tendrías por que molestarte.

Ahora, presta mucha atención. Si estás con una persona que te insulta de esa manera, la pregunta que yo te hago es, ¿por qué te quedas ahí? Si te quedas en una situación como esa, eso sólo muestra la falta de respeto que tienes hacia ti misma. Y esa falta de respeto se manifiesta con personas que no te respetan. ¿Puedes ver ahora la trampa?

Por lo tanto, no es que tu deliberadamente te insultas a ti misma. Pero puedes ver lo que sientes sobre ti misma reflejado en el mundo que te rodea. Hay una vieja historia sobre un hombre que estaba en la entrada de un pueblecito. Llega un forastero y le pregunta a ese hombre cómo es la gente en ese pueblo debido a que estaba buscando un lugar a dónde mudarse. El hombre le pregunta el forastero, "¿cómo era la gente en su pueblo?" El forastero respondió, "son gente chismosa y mal agradecidas. Y es por eso que estoy buscando otro lugar adonde vivir." El hombre le dice al forastero, "la gente en este pueblo son exactamente así." Y el forastero decide irse.

Horas más tarde llegó otro forastero y le preguntó al hombre que cómo era la gente de ese pueblo porque está buscando un lugar a donde mudarse. El hombre le hace la misma pregunta que al forastero anterior, que cómo era la gente en su pueblo. Y el nuevo forastero le respondió, "era gente muy amorosa y servicial, desarrollamos muchas amistades y los queremos mucho, pero por circunstancias fuera de nuestro control nos vemos forzados a mudarnos."

El hombre le dijo al nuevo forastero, "la gente en este pueblo son exactamente igual que en el suyo."

El mensaje es, el mundo solo refleja nuestro estado interno. El tipo de pareja que entra en tu vida refleja exactamente tu estado de conciencia. La pregunta que podría surgir ahora es, ¿pero si yo siento amor hacia mi misma, y comprensión, y sin embargo mi pareja me insulta, quiere decir eso que no siento amor por mi?

Lo único que te podría compartir por experiencia personal es que si estoy en un entorno en el que la persona me insulta, sin culpar a esa persona, sin juzgarla, por amor hacia mí mismo, y por respeto a que esa persona necesita vivir su proceso, me encuentro saliendo de ahí sin problema alguno.

Como ves, el amor que siento por mí, si la situación lo permite, lo que me diría es, "sal de ahí". Esto no es una huida, es sentido común. Pero, de nuevo, si te quedas con una persona que te insulta, y te sientes molesta por ello, si miras más profundamente podrás darte cuenta que te quedas ahí por miedo. Entonces, puedes utilizar esa experiencia para profundizar en tu proceso de sanación. Y, en ese sentido, si utilizas esa relación con el propósito de sanar, tu pareja te está ofreciendo el gran regalo de mostrar donde hay falta de amor hacia ti misma a raíz de como te trata. Y si crees que salir de esa relación, culpando a la pareja, sin tomar conciencia de que el mundo solo refleja lo que está en tu interior, todas y cada una de tus relaciones te seguirán reflejando lo mismo hasta que aprendas la lección.

Es por eso que toda filosofía que apunta hacia la verdad nos dice que nuestros hermanos son nuestros salvadores. Porque al ser parte de mí, me muestran lo que hay en mi, que "solo", o no puedo, o temo ver. Y no necesitas estar en una relación de pareja para sanar. Toda relación sirve ese mismo propósito. Cualquier cosa en el mundo, cualquier persona, o situación en el mundo, que de alguna forma mueva algo en ti, sirve para lo que estamos hablando.

Permítame compartir un ejemplo que tuvo lugar anoche. Entré al supermercado con una actitud de amor y apertura. La mujer detrás de la caja registradora me pregunta si quiero una bolsa, sólo que las que le quedan son bolsas de papel. Le compartí que estaban cayendo gotas de llovizna y tenía aproximadamente unos 15 minutos de caminata para llegar a donde me estoy quedando. Pero si lo que tienen disponible son solo bolsas de papel, que está bien conmigo, y con mucho gusto las acepto. La mujer reflexiona por un momento, agarra una bolsa de las que la gente paga que son reusables y me dice, tranquilo, te regalo esta bolsa.

Ahí tienes un ejemplo de una relación. Me estaba relacionando conmigo mismo. Sólo que en este caso la "otra" persona no era una pareja, sino que era una mujer que estaba jugando el papel de cajera en un supermercado.

Digamos, no obstante, que yo entro a ese mismo supermercado con una actitud negativa y de rechazo. Y le explicó a la mujer que está lloviznando y tengo unos 15 minutos de caminata. Ella podría haber reflejado mi actitud con una mala mirada, me podría haber hablado condescendientemente y quizás me hubiese dado la bolsa de papel de mala gana. No porque ella sea una "mala" persona. Sino porque estaría reflejando la negatividad que hay en mi. Porque lo que estoy “viendo” “fuera”, no es “el” mundo. Es “mi” mundo.

Presta ahora atención. Aquí va otra experiencia personal. Cuando estuve en Puerto Rico buscando una documentación en el registro demográfico, que al ser una agencia gubernamental se escuchan muchas historias de empleados que tratan a la gente de mala gana, ya sea porque no les gusta su trabajo y eso es lo que reflejan al público, o lo que sea, fui con una actitud abierta dispuesto amar. Todo el mundo me trataba con respeto, reflejando el respeto hacia mi mismo. Sin embargo, me tocó una persona, que por más amable que pudiese ser, su actitud hacia mi era muy tajante. Yo tenía claro que la actitud de esa persona no tenía nada que ver conmigo, y que era algo que ella tiene que trabajar para sí misma. Pero, como en un principio sentí un pinchazo de molestia, sabía que esa persona estaba mostrando algo en mi que necesitaba yo ver.

Al tomar conciencia de ello, en ningún momento reaccioné hacia ella, aunque en un principio me hubiese gustado decirle algunas cosas. Pero simplemente profundicé en recordar que lo único que hay es inocencia. Y que esa persona se está comportando de esa manera porque ese es su proceso, que no tiene nada que ver conmigo. Y que la respeto y la amo igual. Porque el amor hacia mi y el respeto hacia me es lo que estaba priorizando.

Mientras tanto yo estaba cooperando con toda la información que ella me pedía, que en ocasiones aparentaba ser ridícula, pero yo sólo fluí con la conversación. Al final de nuestro encuentro, se pudo ver en ella, un cambio en su actitud. Me pidió que fuese el próximo día con la documentación necesaria que me había pedido y qué no tenía que hacer fila, sino, que fuese directamente hacia donde ella. Aunque, obviamente el tener que regresar al otro día temprano en la mañana al igual que el tener que buscar esa otra documentación era una inconveniencia para mí, yo salí de esa agencia gubernamental confiando en que la vida sabe lo que hace y estaba en paz y total aceptación con la circunstancia.

Busqué la información que me pidió, qué luego me enteré que no era necesaria, pero cuando llegó al otro día, esa misma mujer no estaba trabajando ese día. Lo curioso del caso, fluyendo con la experiencia misma, me dirigí hacia otra persona que me había atendido antes, sin tener que hacer fila, y dos cosas ocurrieron: primero, me pudo facilitar la información que estaba buscando sin lo que la mujer del día anterior me había pedido. Y segundo, me di cuenta que había llevado una carta equivocada, y que si hubiese estado con la mujer anterior, seguramente no me hubiese facilitado la documentación por ese error, mientras que está lo pasó por alto y me facilitó el documento que necesitaba.

Así que, me alegro que esa otra mujer no hubiese estado trabajando ese día porque de lo contrario hubiese tenido que volver a salir del lugar, y, quizás, perder otro día más.

Pero lo que quiero compartir aquí, para no desviarnos del planteamiento original, es que el mundo constantemente refleja nuestro estado interno. Y te compartí dos ejemplos, una persona que reflejó un estado interno de amor, y otra que reflejó su estado interno de auto rechazo, el cual en un principio me permitió ver si había algún rechazo en mí, que luego se disolvió en la nada. En ese sentido, ella se queda con su rechazo hacia si misma, mientras yo me quedo con mi amor hacia mí mismo.

Por lo tanto, nunca juzgues a tu pareja ni a nadie porque te insulte. Mira honestamente si cualquier insulto que surja de “afuera” te molesta. Porque si ese es el caso, eso es lo que crees de ti misma. Y es simplemente una oportunidad para sanar, para que aprendas a amarte a ti misma. Y, en mi experiencia, la vida no me ha puesto parejas que me insultan. Pueda que la relación me muestre otros aspectos de sanación, pero todas han sido muy respetuosas. Y ese es el respeto que siento por mi mismo.

En las redes sociales, si veo algún comentario de insulto hacia mi, primero observo si estoy reaccionando a ello. Si hay reacción, perdono, mientras eliminó el comentario, o quizás bloquee a la persona. Y si no hay reacción, igualmente eliminó el comentario, y posiblemente bloquee a la persona.

Por lo tanto, si te encuentras con una persona que te insulta, mientras perdonas y se restaura el amor en ti, puedes salir de ahí. Eso no implica que estás rechazando a ninguna otra persona, porque no hay nadie ahí “fuera”. Pero sí implica que te estás amando a ti misma.

#nickarandes


Tuesday, October 8, 2019

¿Es Posible Saber Cuál Es La Pareja “Adecuada”?

La contestación simple y directa sería que la pareja adecuada es con la que ahora mismo te encuentras debido a que ahí tienes el currículo perfecto para las lecciones de perdón que sean necesarias. Pero vamos a ampliar sobre este tema empezando por algo que escuché de la filosofía budista.

En el budismo se dice que, si conoces a una persona con la que el latido de tu corazón incrementa intensamente y se te mueve todo, esa no es la persona adecuada. Si, no obstante, conoces a una persona con la que sientes calma, sientes paz, es la persona adecuada.

Aquí hay que tener mucho cuidado. Porque el ego puede utilizar esas palabras para esconderse y evitar lecciones de perdón. Esas palabras están apuntando hacia un conocimiento muy útil y beneficioso. Pero para ello, primero tiene que haber una preparación. Entonces, vamos a explorar juntos hacia donde estas palabras apuntan.

Antes de abordar este tema, tengamos claro que en este escrito se está hablando en dos niveles simultáneamente. El nivel de la forma, que es la apariencia de que hay un cuerpo relacionándose con cuerpos separado de ese, y el contenido, que es nuestra verdadera esencia.

Me explico. Habiendo solo Uno, en Esencia, no en la forma, no existe una “persona allá afuera” que me pueda hacer sentir de ninguna manera porque no existe nada ni nadie. Pero, en la forma, en la experiencia física, aunque ilusoria, pero es nuestra experiencia, esa persona “allá afuera” es más bien un espejo que muestra lo que se encuentra en mi. En ese sentido, si alguien me hace sentir excitado o ansioso, solo está mostrando la excitación y la ansiedad que hay en mí. De la misma manera, si alguien me hace sentir paz, es simplemente un reflejo de la paz que hay en mí. Ahí es que las palabras del budismo apoyan a ver en qué estado me encuentro cuando la vida me presenta a alguien para compartir una dinámica de relación.

Vamos ahora a ver que surge con este tema. Cuando se siente una atracción, un deseo profundo hacia otra persona, aunque en la superficie se le llame estar “enamorado” y empiezan a surgir ideas de un “futuro feliz”, de que encontré la “persona perfecta”, el “amor de mi dividida”, mi “alma gemela”, etc., sabemos que tarde o temprano todo el condicionamiento de miedo que está escondido detrás va a aflorar. Porque, creámoslo o no, ese deseo por esa “otra” persona, no puede, sino que venir de un sentido de carencia, de sentirse incompleto, y que ahora se busca ese “otro cuerpo” para sentirse uno “completo”. (Esa es la premisa de la cual surge la analogía de la "media naranja")

Cuando uno se siente pleno, no hay deseo de buscar nada más. Eso no implica que la vida no nos pueda dirigir a un compartir con otro ser humano. Pero ese compartir no proviene de una carencia. Proviene de un impulso que nos mueve a extender el amor que somos. No obstante, cuando se experimenta carencia, también va a haber un impulso que nos mueve hacia otra persona, sólo que este impulso es para ver qué puedo derivar de ese encuentro.

Entonces, ¿qué hacer cuando la vida nos presenta a alguien que nos mueve todo? ¿Rechazarlo? ¿Huir de ahí porque los budistas dicen que eso lo que va traer son problemas? No hay contestación especifica a qué hacer o qué no hacer dado que lo que sea que tenga que ocurrir ocurrirá. Pero, de nuevo, para efectos de personas leyendo esto, creyendo que tienen algún poder de elección, lo que observo es, si de antemano se le establece el propósito de sanar, no para albergar fantasías ni expectativas de un futuro o de estar juntos para siempre, no porque sea “incorrecto”, sino porque eso tampoco está garantizado, la relación ahora se puede aprovechar para mirar todos los miedos escondidos para ser expuestos y liberados ante la luz de la verdad.

Eso, creámoslo o no, le da un verdadero sentido a la relación. Y lo curioso del caso, cuando ese propósito está firmemente establecido, en el momento en que surgen situaciones extremadamente dolorosas, la tendencia no es de huir de la relación como generalmente ocurre. Es poner todo el enfoque en un trabajo interno para sanar. Y no importa lo que tenga lugar en la relación, al traer conciencia, no puede sino que sentirse agradecimiento cuando se observa el cambio que va teniendo lugar en uno.

Una vez se experimenta una sanación, una de dos cosas podría ocurrir: la primera, si la relación no sirve para el propósito de perdonar y sanar, o, aunque el propósito de sanar este ahí, pero no puede uno ir más allá de su resistencia debido a la intensidad de su dolor o sufrimiento, el amor mismo hace que la relación se deshaga por si sola. Luego, si todavía hay lecciones de perdón con relación al ámbito de pareja, una vez la persona esté lista para mirar sus miedos, se le presentará otra oportunidad.

Si, por el contrario, lo que se tenía que sanar se sanó, pueda que continúen juntos. Eso no lo sabemos. De hecho, aunque la relación sea conflictiva, si ese es el currículo perfecto para los dos, según el plan universal, pueda que permanezcan juntos de por vida. Pero, no sólo por experiencia personal, que no insinúo que sea la verdad absoluta, es solo un punto de vista, sino también por la experiencia de aquellas personas que comparten una relación consciente, cuando una de las partes siente paz interior y su pareja está en constante conflicto interno, es muy raro que esa relación se sostenga a menos que la persona que esté en paz no tenga problema alguno con el conflicto que la otra persona pueda experimentar consigo misma y de corazón desee estar ahí.

Pero lo que me inspiró a compartir este escrito, es, siempre y cuando nunca se pierda de vista que la única función, en todo momento, con cualquiera que sea la experiencia de vida, con quien sea que la vida nos ponga enfrente, es perdonar, es sanar, el amor se encargará de restaurar la cordura. Y este escrito aplica a todo tipo de relación. Porque, sea una relación de pareja, de amigos, que compañeros de trabajo, o con cualquiera que sea, lo que me atrae a esa persona o me repulsa, sigue siendo un movimiento interno, que, si no se observa, va a regir nuestras vidas, haciéndonos creer que el problema está "afuera", con la pareja, cuando en realidad, está en nuestro interior, solo que proyectado "fuera".

Lo que estamos haciendo ahora, es, no evadir, rechazar o ignorar ese mecanismo, sino que observarlo conscientemente. Eso nos libera para poder relacionarnos en paz con quien sea que la vida nos ponga enfrente. Porque, a final de cuentas, habiendo solo Uno, quien la vida me pone en frente, es ¡a mi mismo!

#nickarandes


Saturday, October 5, 2019

¿Se Puede Avanzar O Evolucionar Espiritualmente?

¿Se Puede Avanzar O Evolucionar Espiritualmente?

Recientemente una amiga se contactó conmigo por WhatsApp porque tenía una inquietud. Se sentía mal, y en el tono de su voz se experimentaba como una sensación de tristeza. Se sentía frustrada porque lleva muchos años practicando Un curso de Milagros, practicando meditaciones y todo tipo de prácticas, y siente que no estaba “avanzando”. Todavía experimentaba ataques de ira en algunos momentos, aunque experimentaba momentos de paz esporádicamente, pero creía que, o, estaba haciendo el curso “mal”, o sus prácticas no las estaba haciendo “bien”, en fin, se sentía desanimada y confundida. Por lo tanto, a través de este personaje Nick, surgieron las siguientes palabras:

“La confusión que observo contigo, y que es muy típica, es que estás haciendo prácticas, Inclusive, haciendo Un curso de Milagros con el objetivo de cambiar a tu personaje por uno “mejor”. Y eso no está mal, de hecho, todos cuando nos sentimos inspirados a hacer algún tipo de práctica es porque como personas queremos sentirnos mejor. Y, generalmente, pueda que se experimente una mejoría temporal en nuestra experiencia de vida, sólo que esa mejoría no tiene nada que ver con lo que el ego define como “mejoría”. El ego define como “mejoría” un personaje, un “yo” “perfecto”, “diferente” al que ahora mismo estoy rechazando. Es una pelea perdida.

Me explico. El único problema es que me he creído ser este personaje, este “yo” que está teniendo una experiencia de mundo. La experiencia humana es una experiencia dual, en la cual se experimenta todo tipo de movimientos, sensaciones, situaciones, en fin, es un constante cambio.

Entonces, lo que el ego (identificación con este yo) hace con todo tipo de prácticas y enseñanzas es buscar la manera de tener una experiencia física en la cual no se experimentarán cambios. Luego utiliza la experiencia presente, la única que hay, y la interpreta, primero en función a creer que soy un cuerpo, y luego, según sus creencias y conceptos, de como este cuerpo se “debería” sentir, de como la experiencia presente “debería” ser, y se pasa por alto que este “yo” es una proyección de la mente con un guión y un condicionamiento ya predestinado.

Esto no implica que ese condicionamientos pueda cambiar durante la experiencia de vida ilusoria del personaje, si es lo que toca en su guión. Pero juzgar el condicionamiento de nuestro personaje nos mantiene en guerra con nosotros mismos. A eso se le conoce como vivir en el infierno.

En tu caso, por ejemplo, tienes un concepto que dice que si haces el curso “bien” o haces tus prácticas “bien” nunca sentirás momentos de ira o cólera o como los llamas. Por consiguiente, según tu entendimiento, si sientes algunas de esas sensaciones (movimientos), eso implica que estás haciendo tus prácticas “mal”, o simplemente no estás “avanzando”. Pero lo que cada enseñanza no-dual, como lo que sería el Advaita, Un curso de Milagros, para mencionar algunas, están apuntando en dirección a, es a que reconozcas que tú no eres este “yo” que está teniendo esta experiencia. Que lo que realmente eres es Conciencia, Unidad, Dios, llámesele como se le quiera llamar.

Esas enseñanzas no van dirigidas a que el personaje deje de sentir movimientos. Van dirigidas a que la mente no se distraiga creyendo que su realidad es este “yo” que me he creído ser. Es por eso que enseñanzas como estas sólo terminan confundiendo cuando intentamos traerlas al mundo de las formas, al personaje “yo”, que es la distracción misma.

Entonces, ¿es posible avanzar o evolucionar espiritualmente? Si lo vemos desde la perspectiva no-dual, en donde no existe un “yo”, ¿quien entonces estaría “avanzando” o “evolucionando”? Y en ese sentido, ¿quién entonces se estaría “retrasando” o haciendo algo “mal” o “incorrecto”? La contestación obvia sería nadie. Vamos ahora a mirar tu dilema para que puedas observar lo simple que todo esto es.

Lo único que hay es este instante presente. La experiencia humana es la apariencia de tiempo y espacio. También, al, la experiencia humana ser una experiencia dual, no existe constancia ninguna, solo movimientos. Movimientos que se experimentan en la experiencia presente, que continuó recordando, es la única que hay. Los movimientos en la experiencia humana pueden tener diferentes grados de intensidad. Sería como decir, cada movimiento tiene su propia textura, su propio carácter. No obstante, lo que todos y cada uno de los movimientos tienen en común, primero, es que no significan nada, y finalmente, sólo aparentan estar siendo sentidos por un “yo”, que es lo que me creo ser.

La Conciencia, qué es lo que realmente Soy, no experimenta ningún tipo de movimiento. Simplemente Es. Entonces, la manera de vivir la experiencia humana sin sentirse uno distraído por los movimientos, es dejando de proyectarles significado a los movimientos. Por eso, utilizando Un curso de Milagros de ejemplo, la primera lección es, "nada de lo que veo significa nada". W-pI.1 Si pudieses integrar esa primera lección, vivirías en paz el resto de tu vida. Podrías vivir los movimientos que le etiquetas cólera, los movimientos que le etiquetas placer, al igual que los movimientos donde aparenta haber tranquilidad, de la misma manera. Aceptación total. Esa es la famosa paz que tanto se busca en la experiencia humana.

Pero, de nuevo, al creer ser un “yo” que se llena de conceptos, intenta ahora poner en práctica todo tipo de enseñanzas con el propósito de que en algún momento (futuro) tener esa experiencia en la que dejará de experimentar movimientos y estará en ese estado de paz y “zen” en todo momento. Y juzga su experiencia presente, la única que hay, en funcion a sus conceptos. Si todavía no experimenta ese estado de “zen”, para el personaje “yo” significa que no está haciendo sus prácticas “bien”. No está meditando “bien”, no está haciendo Un curso de Milagros “bien”. Y, además, se juzga y se culpa porque lleva muchos años haciendo esas prácticas y cree que no está “avanzando”. Pero de nuevo, avanzar implica movimiento.

Avanzar es movimiento hacia un futuro (adelante) en función a una experiencia pasada, y retraso es lo opuesto, en función, de nuevo, a una experiencia pasada porque es lo que usa como referencia para comparar. Y, lo curioso del caso, es que no existe una experiencia “pasada”, porque ¡lo único que hay es la experiencia presente!

Y, la experiencia presente, la única que existe, lo que hay es Lo-que-Es. Si toca movimiento de ira, se vive. Si toca tranquilidad, se vive. Si toca deseo, se vive. Si toca placer, se vive. Si toca dolor, se vive. Y todos esos “diferentes” movimientos, y observa que puse la palabra diferentes entre comillas, son ¡el mismo movimiento! sólo que con diferentes texturas.

Si a alguna de esas texturas dejas de etiquetarla ira, placer, dolor, sufrimiento, paz, etc., las vives sin ningún conflicto. Y eso es ser consciente. Una vez que se es consciente, es que la identificación con el personaje se va debilitando. Porque todo movimiento, sea cual sea, es lo que la mente ego utiliza para sostener la “realidad” del personaje.  Porque ahora soy “yo” quien siento ese movimiento que le etiqueto “ira”. Soy “yo” quien siento ese movimiento que le llamo “placer”. Soy “yo” quien siento ese movimiento llamado “tristeza”. Soy “yo” quien siento ese movimiento llamado…. Y es un callejón sin salida.

Una persona consciente, que puede ser cualquiera de nosotros, vive exactamente todos los mismos movimientos que cualquier ser humano vive. La única diferencia es que no los considera como “sus” movimientos. Simplemente se consideran como movimientos que están teniendo lugar en la experiencia presente como voluntad de la Conciencia, no como algo que le está sucediendo a ese “yo”, ni como algo que ese "yo" está "creando". Si que se "yo" creyese que lo está creando sentiría culpa.

Es muy simple. Lo que sea que esté pensando, sintiendo, sucediendo, en la experiencia presente, es simplemente Lo-que-Es ¡y nada más!

Al no utilizar ningún pensamiento pasado como referente, ¿donde existe el “avance”? No puede haber un avance porque no hay nada más que la experiencia presente. No puede haber una “evolución” porque no hay nada más que la experiencia presente.

Y dices, ‘pero siento que no estoy avanzando porque hace 10 años tenía las mismas sensaciones’. Y lo que se te está intentando comunicar es que ¡no existe 10 años atrás! Lo que existe es ¡el instante presente! Con todos sus movimientos y sensaciones. Y la imagen mental que fabricas de una experiencia "pasada" sólo sirve para justificar el deseo de sentirte mal por creer que no estás “avanzando”. Cuando, de nuevo, no puedes “avanzar” ni “evolucionar” en ninguna dirección porque lo único que existe ¡es el momento presente!

Quítale al momento presente todo significado y estás en paz con Lo-que-Es. ¡No hay nada más que hacer!

Pero la identificación con este “yo” que quiere que las cosas sean diferentes, o sentirse diferente, o nunca experimentar ira o cualquiera que sea el movimiento, es lo que está pasando por alto que lo único que hay es Conciencia. Conciencia es aquello que es consciente del personaje, que es consciente de los movimientos, y al ser consciente de que es consciente, no se ve afectada por lo que sea que esté teniendo lugar con la experiencia humana.

Así que, empecemos por dejar de utilizar prácticas con el propósito de alcanzar algo. No hay nada que alcanzar, lo único que hay es la experiencia presente con todos y cada uno de sus movimientos. Según se aprende a vivir más en aceptación total de Lo-que-Es, la condición humana deja de ser distracción y lo que ahora hay es experiencia. Experiencia es vida. Vida despojada de significado es comprensión. Y donde hay comprensión lo que hay es amor. Y, al ser amor, todo movimiento, sea cual sea la etiqueta que se le hubiese querido adherir, no es juzgado, no es rechazado, es aceptado, es amado.

Se acabo el conflicto con todo lo que estés sintiendo, con todo lo que estés pensando, con todo lo que esté ocurriendo. Eres amor y lo único que ahora haces, es amar, aceptar, abrazar."

#nickarandes



Cuando Un Hermano Actúa Insensatamente

Pregunta: “Hola Nick, ¿que tal estas? Estoy releyendo el curso y me ha llamado la atención el párrafo del capitulo VII-7

‘Cuando un hermano actúa insensatamente, te está ofreciendo una oportunidad para que lo bendigas. Su necesidad es la tuya. Tú necesitas la bendición que puedes darle. No hay manera de que tú puedas disponer de ella excepto dándola. Ésa es la ley de Dios, la cual no hace excepciones.’ T-7.VII.2:1-5

¿Como lo interpretarías tu? Si crees que merece su importancia, te agradecería me lo comentaras cuando dispongas de tiempo. Muchas gracias. Recibe un abrazo muy fuerte.”

Comentario: Aquí es muy importante no confundir los niveles. No existe ningún "hermano" ahí “afuera”. Por eso recordemos que el Curso no le está hablando al personaje “yo”. Siempre le está hablando a la mente que me sueña a “mi”. No obstante, como aparenta haber un "tú" haciendo una pregunta y un "yo" ofreciendo un comentario, se aborda el mismo desde esta percepción dual.

Teniendo eso claro, cuando mi hermano (imagen proyectada) actúa insensatamente, la mente dormida se cree que de verdad hay alguien "separado de mi" actuando de esa manera, y utiliza esas imágenes para constantemente corroborar la creencia de que “yo” “existo” como un “individuo separado”. Esto me recuerda un escrito de Nisargadatta Maharaj, donde el dijo, “Cuando usted cree ser una persona, usted ve personas por todas partes.” De hecho, Un curso de Milagros hace el mismo planteamiento diciéndolo de la siguiente manera, “Tal como lo ves a él te verás a ti mismo.” T-8.III.4:2

NOTA: Estoy traduciendo tal y como aparece en la versión en Inglés, que dice, “As you see him you will see yourself.” La traducción al español que se hizo del Curso lo pone como, “Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. Que en Ingles sería, “As you consider him, so you will consider yourself.”

Continuando, al percibir la proyección (hermano) como algo “real”, y lo percibes comportándose insensatamente, reaccionas a ello pasando completamente por alto que “él”, al igual que “tú”, forman parte de la misma mente. Entonces, si lo condenas a él te condenas a ti. Si lo bendices a él te bendices a ti. Por consiguiente, lo que ese extracto, al igual que todo Un curso de Milagros está intentando hacerte ver, es que lo que percibes (el mundo con todas sus diferentes apariencias) aparte de que no es real, no es algo aparte de ti. Y no importa como cada una de las figuras del sueño se comporten, sensata o insensatamente, no pueden tener ningún efecto sobre la mente que las sueña, de la cual tú formas parte de, porque, de nuevo, no son reales, de la misma manera que tú tampoco lo eres.

Extractos como ese del Curso son diferentes maneras en las que intenta transmitir el mismo mensaje, que es, tú no eres quien crees ser de la misma manera que tus hermanos tampoco son lo que crees que son.

Cuando se es consciente de ello no se reacciona al mundo. Sólo cuando se pasa eso por alto reaccionas al mundo como si de verdad hubiese algo ahí “fuera” que te pueda afectar. Por eso ese extracto que citaste te dice, “Tú necesitas la bendición que puedes darle. No hay manera de que tú puedas disponer de ella excepto dándola.” T-8.III.4:3.

Porque esa bendición que das, no es a “él” a quien se la das. Es a ti, porque no hay un “el”. Y de la misma manera, si lo condenas a “él” te condenas a ti, porque, de nuevo, no hay un “él¨. Y si quieres bendecirte, tienes que bendecir. No hay otra manera.

Por eso, aunque hay muchas citas del Curso que abordan este tema, dos que me gusta citar son, “El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa cuán odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño.” T-27.VIII.10:1-6

Y, “¿Quién transmitiría mensajes de odio y de ataque si entendiese que se los está enviando a sí mismo? ¿Quién se acusaría, se declararía culpable y se condenaría a sí mismo?,“ T-19. IV.B.i.14:11-12

Pero mientras te percibes como un cuerpo, y te sientas afectado por el comportamiento de un “otro”, no puedes bendecir. Y por eso necesitas la ayuda del Espíritu Santo para que corrija el error de percepción en la mente. Algo que no puedes hacer por haberte creído la película, por percibirte como un cuerpo. Pero Él sí puede hacer la corrección.

Y la trampa aquí, una de las cosas que generó gran frustración de mi a principios de poner en práctica esta enseñanza, es que intentaba "bendecir" "otros cuerpos" porque eso es lo que el Curso dice, y me frustraba porque por más que los “bendecía” seguía sintiendo el efecto de sus comportamientos. Porque no me percataba, que, al percibir cuerpos, y ahora intentar bendecirlos, continuaba reforzando en la mente la creencia en la separación, y en vez de erradicar la culpa lo que hacia es que la perpetuaba. Luego aprendí que este es un trabajo para que la mente sea consciente de que no hay cuerpos, de que no hay un “yo”.

Sin embargo, y presta mucha atención, Un curso de Milagros, siendo una enseñanza que apunta hacia la no-dualidad (ausencia de cuerpos, ausencia de mundo), reconociendo que es aquí donde nos percibimos, utiliza esos mismos cuerpos (proyecciones) para que aprendamos a bendecir, mientras que simultáneamente, tomamos consciencia de que “ahí”, al igual que “aquí”, ¡no hay nada!

Esa toma de conciencia sólo tiene lugar a raíz de un cambio de mentalidad, que no hacemos "nosotros". Nuestra única función es perdonar. Ese cambio de mentalidad tiene lugar por sí solo. No obstante, el resultado inmediato que se pueda experimentar a raíz de la práctica del perdón, a raíz de ese cambio de mentaliad es paz interior. En otras palabras, lo práctico del Curso, no es que lleguemos a un estado en el que no veremos proyecciones, como cuerpos ni el mundo. Mas bien, el mundo y los cuerpos se seguirán percibiendo igual, sólo que la mente descansa en paz mientras se observan las proyecciones. Jesús percibía el mundo tal cual como "nosotros" lo percibimos. La diferencia es, no se dejaba distraer por las proyecciones debido a que su mente estaba descansando en la percepción del Espíritu Santo.

Por consiguiente, deja que tu hermano se comporte como le dé la gana. Sólo observa como caes “tú” en la trampa de creerte lo que percibes en función a como reaccionas a ello. Si no hay reacción, no pasa nada. Pero si hay reacción, es momento de perdonar. Y ese es todo el trabajo que Un curso de Milagros hace; deshacer en la mente la creencia en la separación. Y no es un trabajo fácil. Porque esta experiencia de un “yo” la percibimos como nuestra realidad, y no queremos soltarla. Pero no pasa nada, porque creas lo que creas, sigues estando en Casa, solo que soñando un sueño de separación. Por eso hay un extracto del curso que dice, "En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad: ¿Deseas realmente hacerlo?" T-10.I.2:1-2 Y esa es la pregunta, ¿deseas realmente hacerlo?

Si me preguntas cómo hago este trabajo, que es solo mi manera de aplicar el mensaje mientras para ti pueda ser otra, es muy simple. Observo cuando surge un pensamiento de ataque o de juicio hacia un hermano o situación (imagen proyectada), e inmediatamente tomo conciencia de que lo que sea que esté sintiendo no tiene nada que ver con esa imagen proyectada. Atiendo el sentimiento liberándolo de significado. Simplemente le permito ser. Es así como estoy abierto a que el Espíritu Santo se encargue de la corrección. “Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.” T-4.I.4:7.

Como ves, no llevo la atención hacia “afuera” porque tengo claro que ahí no hay nadie. Paradójicamente, al dejar de proyectarle significado a lo que sea que esté sintiendo, permite que se caiga el juicio hacia mi hermano o circunstancia, y, en ese sentido, se podría deducir que estoy bendiciendo. ¿Por qué? Porque si no estoy condenando, por deducción, tengo que estar bendiciendo. Si no estoy rechazando, por deducción, tengo que estar aceptando. Si no estoy atacando, por deducción, tengo que estar amando.

A eso se debe que el Curso no intenta enseñar lo que el amor es, sino, mas bien, observar los obstáculos, solo que vistos con un Nuevo Maestro (Espíritu Santo), para, según se van desintegrando, la mente va siendo restaurada a su estado natural de amor. Por eso hay una cita, entre muchas del Curso que dice, "Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso." T-16.IV.6:1-2

Y cuando habla de buscar los obstáculos, no necesariamente implica que deliberadamente te pongas a buscar obstáculos, aunque alguna lección del curso, solo para ese ejercicio, como parte del entrenamiento mental, te pida que busques en tu mente algún obstáculo. Ellos saldrán por sí solos. Cada vez que reaccionas al mundo, ese es un obstáculo. Cualquier sensación de miedo, es un obstáculo porque corrobora la existencia de un “yo” que puede “peligrar”. Ese “yo” (proyección de la Conciencia) es el que aparenta experimentar miedo, no la Conciencia. Según los obstáculos van surgiendo se van perdonando. Y perdonando implica dejar de proyectarles significado. Eso es todo. “El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten. Simplemente observa, espera y no juzga.” W-pII.1:4

Por eso este es un trabajo de por vida hasta que todo obstáculo haya sido perdonado y la mente esté lista para despertar de este sueño de separación. Porque, a final de cuentas, el ultimo obstáculo que se tendrá que dejar a un lado, es este “yo”, este cuerpo que me creo ser, dado que ya no es necesario sostenerlo. Tal como nos recuerda la lección 135: “El cuerpo, que de por sí no tiene valor ni es merecedor de la más mínima defensa, sólo requiere que se le perciba como algo completamente ajeno a ti, para convertirse en un instrumento saludable y útil a través del cual la mente puede operar hasta que deje de tener utilidad. Pues ¿quién querría conservarlo una vez que deja de ser útil?” W-pI.135.8:2-3

Cuando ese extracto dice, “…sólo requiere que se le perciba como algo completamente ajeno a ti,…” lo que implica es que no confundamos el cuerpo como parte de nuestra verdadera identidad. En otras palabras, el cuerpo, siendo parte del sueño, aunque se encuentra dentro de la mente que no sueña, no forma parte de esa mente, es ajeno a la mente que lo sueña. Por eso es ajeno a ti. Porque Tú (Ti) en esencia, eres Conciencia, Dios, Verdad. No cuerpo.

Y recuerda, el perdón no te va a despojar de este mundo. Te va a enseñar a vivir en paz en él. El cuerpo se dejará a un lado, como muy bien dice el extracto de la elección que acabo de compartir, cuando deje de ser necesario. Y cuando eso tenga lugar, a raíz de esta nueva toma de conciencia, se dejará feliz-mente.

Bueno, esto fue lo que este aparente “yo” se sintió inspirado a escribir. Espero haya podido ser útil.

#nickarandes

Thursday, October 3, 2019

Amar Es Tan Simple, Es Lo Obvio, ¿Y Por Qué Se Experimenta Tan Difícil?

Antes de abordar el tema en discusión, utilizo los siguientes párrafos como preámbulo para establecer una base. Amar (letra mayúscula) es simple porque es el estado natural del Ser. El Ser (Amor) es la Totalidad, que incluye todo, “tú”, “yo”, “el resto” (palabras entre comillas porque no hay tú, yo ni el resto, solo Uno; Totalidad).

La experiencia de un cuerpo, no obstante, es el límite que se le a puesto a la Totalidad de manera que pueda definir quién soy "yo" en mi experiencia "humana". Mi limite es “yo”. Porque “mi” cuerpo, que percibo como “separado” del “tuyo", me lo muestra.

Y observemos que estoy utilizando la palabra percibir, porque una ilusión, aunque no es real, se percibe así. Aun así, aunque ese limite esté establecido, el deseo profundo por Amar (Unión) pone a uno en constante contacto con los obstáculos al amor (el miedo a desaparecer como entidad separada).

Habiendo compartido ese preámbulo, ahora voy a utilizar la palabra amor con letra minúscula porque quiero tocar el tema desde nuestra experiencia dual. Amar es simple porque es mi naturaleza. Pero cuando surgen los obstáculos observó lo difícil que en ocasiones se me dificulta amar (unirme). Tengo momentos que siento un amor (aceptación) por todo, y es ahí que me doy cuenta lo simple, lo natural que es amar. Pues la idea de un “yo” separado se desvanece.

Sin embargo, surgen pensamientos en mi mente de viejos resentimientos que necesitan ser perdonados, y eso surge, porque, aunque por un lado quiero amar (unirme), por el otro le tengo terror a amar (a unirme). Porque si me uno, de nuevo, como entidad separada, tengo que desaparecer. Entonces, el problema no es tanto querer amar o no. El problema es no querer soltar mi identidad como un “yo” separado.

¿Cómo entonces puedo aprender a amar mientras me experimento como un cuerpo? No pretendo impartir una contestación a esa pregunta. Solo puedo recordar que no hay un "yo", que solo hay Amor (Dios, Energía, Conciencia, Espacio, como se le quiera llamar). Este momento, este instante, con las sensaciones que tengan lugar, con los pensamientos que tengan lugar, con las circunstancias que tengan lugar, es lo único que hay. Si se acepta todo tal como es, se podría entonces deducir que ¡eso es Amar! Y es por eso que amar es tan simple, es lo obvio.

Pero no utilicemos estas palabras como conceptos para auto engañarnos creyendo que estamos “amando” mientras hay miedo y resentimiento escondido. Estas palabras las utilizo para, más bien, darme cuenta que cuando siento que no estoy amando es porque no estoy aceptando. En mi experiencia, que no implica que sea la verdad absoluta, lo que observo cada vez más, es que, cuando vivo en total aceptación de Lo-que-Es, aun cuando la experiencia presente puede experimentarse físicamente incómoda o dolorosa, estoy totalmente abierto y receptivo a amar incondicionalmente. Y es ahí cuando me percato de que amor es lo que soy, no lo que “siento”.

Y puedo continuar viviendo cualquier experiencia, sobretodo, aquellas que son percibidas como incomodas o dolorosas, sabiendo que todo es pasajero, no con la intención de que eso que esté teniendo lugar se valla. Sino porque esta experiencia física, que de por sí, es pasajera, todo lo que acontece dentro de ella también lo es.

Hay quienes pueden argumentar, “pero en mi caso es muy difícil soltar este resentimiento, no puedo dejar a un lado estos sentimientos, este dolor no se va…”, etcétera. El problema es, y prestemos mucha atención, en ese argumento está muy claramente la no aceptación. Esa es la paradoja. Si quiero que esto se “vaya”, es porque no estoy aceptando, estoy rechazando, por consiguiente, no estoy amando.

¿Cómo entonces se le puede decir a una persona que acepte cuando se encuentra en medio de un dolor agudo, de un movimiento fuerte, de un sufrimiento intenso, de una profunda angustia?

Decirle a una persona que se encuentra experimentando una condición extremadamente aguda que acepte es como añadir sal a una herida. Estas palabras no van dirigidas a una persona que se encuentra en medio de una angustia profunda, aunque si le han llegado a una persona en esa situación, pueda que la misma vida, sabiendo que esa persona está lista para ello, les sirvan como contestación a su plegaria. Pero a lo que voy es, una mente que está receptiva, utiliza estas palabras como recordatorio para empezar a tomar conciencia en este instante, y según se vayan integrando, esa nueva actitud aflora automáticamente en momentos en la que pueda encontrarse atravesando un período dificultoso.

Un futbolista no aprende a patear una pelota en medio de un torneo, de la misma manera que un guitarrista no aprende a tocar la guitarra en medio de un concierto. Recordemos que amor es lo que somos, sólo que ha sido negado. La aceptación nos va llevando a, conscientemente, tomar conciencia de ese amor que somos. Al igual que el futbolista que practica cuando no hay jugadores enfrente, está ahora preparado para ejecutar una patada magistral en los últimos minutos del partido, de la misma manera, el guitarrista podrá deleitar a la audiencia con una impecable actuación a raíz de todo el tiempo que dedicó a practicar su instrumento sin estar enfrente un público.

Aceptar no es “aprender” a amar, sino, más bien, dejar de resistir. Cuando la vida, la experiencia presente no se resiste, no puede existir otra cosa que amor. Cuan simple, cuan obvio, sin embargo, cuan imposible es experimentarlo cuando se la pasa uno resistiendo la experiencia presente. Y repito, no soy “yo”, el “ser humano”, el “límite” el que está amando. Amor es lo que Soy, y es por eso que se dice que ¡Amor Es!

#nickarandes