Thursday, July 23, 2015

No Hallarás Paz Hasta Que Hayas Extraído Los Clavos de Tus Hermanos

“No hallarás paz hasta que hayas extraído los clavos de las manos del Hijo de Dios y hayas sacado la última espina de su frente.” T-11.VI.7:1

Lo que se nos recuerda es que hasta que no podamos reconocer la inocencia en todos y cada uno de nuestros hermanos(as) no podremos experimentar paz. La razón es porque como todos somos uno, cada odio, resentimiento, ataque que sienta hacia un hermano no podré sino que experimentar las consecuencias de ese juicio en mi mismo.

Por eso se nos recuerda que, ”El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo." T-27.VIII.10:1 O ”¿Quién transmitiría mensajes de odio y de ataque si entendiese que se los está enviando a sí mismo?" T-19.IV.B.i.14:11

Lo que hace que este trabajo sea tan difícil es que el mundo constantemente da testimonio de que la ira, el odio y la venganza es justificada ya que constantemente tenemos la “prueba”; en el mundo vemos las injusticias que se cometen constantemente hacia un hermano, hacia un pueblo, hacia una nación, hacia un mundo, hacia uno mismo etc.

Sin embargo lo que se nos olvida es que el mundo da constante testimonio de nuestro estado de conciencia. Es “…la imagen externa de una condición interna" T-21.In.1:5 Por lo tanto si quiero percibir injusticia el mundo se convertirá en el efecto a través el cual eso será lo que percibiré de la misma manera que si quiero percibir amor el mundo se convertirá en el efecto a través el cual eso será lo que percibiré.

Antes de continuar tengamos algo muy claro. No estamos insinuando de que si percibo solo amor el mundo de las formas cambiara para acomodarse a mi percepción. En otras palabras, si solo percibo amor entonces en este mundo se acabaran las guerras, las injusticias, todos se querrán y se amarán, etc. No es eso a lo que vamos porque este mundo es el mundo de la dualidad y por consiguiente el perfecto amor del que hablamos es uno que va mas allá del mundo de la dualidad.

Lo que si sucede es que cuando los ojos ven un mundo donde hay dualidad, la mente consciente reconoce que como solo el amor es real, todo aquello que aparente ser un ataque se considera ahora como una petición de amor, otra oportunidad para observar la culpa inconsciente para que la misma sea sanada.

Por eso se nos recuerda, “Al haberte enseñado a aceptar únicamente los pensamientos de amor de otros y a considerar todo lo demás como una petición de ayuda, te ha enseñado que el miedo en sí es una petición de ayuda. Esto es lo que realmente quiere decir reconocer el miedo. Si tú no lo proteges, el Espíritu Santo lo re-interpretará. En esto radica el valor principal de Aprender a percibir el ataque como una petición de amor.“ T-12.I.8:7-10

Por consiguiente si hay ira en mi, si hay resentimiento, si hay odio, si hay autocastigo, esa culpa inconsciente es la que se proyecta en las escenas que aparento ver “fuera” de manera que pueda justificar mi sentido de víctima.

Por lo tanto el mundo constantemente está dando testimonios de mis deseos secretos. "Si algo te puede herir, lo que estás viendo es una representación de tus deseos secretos." T-31.V.15:8 Otra manera de decirlo seria, "Cuando crees que estás proyectando lo que no deseas, es porque todavía lo deseas." T-12.VII.7:6 Y lo que deseo es sentirme separado de Dios, por lo cual se proyecta un "yo" en un "mundo" pero eso sería otra conversación, y no es necesario para efectos de esta nota.

Continuando, el que me encuentre experimentando algo que no desee no es razón para sentirme culpable por esa aparente proyección sino que se utiliza esa proyección ahora para invitar a otro Maestro (Espíritu Santo), pues esa proyección se utiliza para tomar consciencia de lo que está escondido en lo más profundo del inconsciente. De esa manera toda experiencia en el mundo se convierte ahora en mi currículo para sanar. Es por eso que se me recuerda que, "Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego." T-4.V.1:1-2

Una manera muy simple de ver la culpa inconsciente en mi es mirándola en un hermano. Si veo a alguien como culpable de algo, sea lo que sea, esa es MI culpa inconsciente, que ahora en vez de tomar responsabilidad de ella se la proyecto a la primera imagen que puede servir para despojarme de ella. Pero sigo sintiéndola porque “Las ideas no abandonan su fuente.” W-pI.132.5:3

Y OJO! Eso no significa que si veo a alguien cometiendo una injusticia que esa es mi culpa inconsciente. A lo que voy es, si me encuentro juzgándolo. atacándolo, haciéndolo sentir como verdugo, como victimario, esa rabia que siento, esa es MI culpa inconsciente, o como el curso le llama, “…los pecados secretos y odios ocultos, …” T-31.VIII.9:2 que no quiero ver en mi y se los proyecto a la imagen que sirva para justificarlos. Eso requiere una corrección de percepción en mi para poder tomar consciencia de que ahí solo hay una petición de amor.

No tengo que estar de acuerdo con su comportamiento, pero aun así, puedo sentirme unido a él en amor, en comprensión, en contenido. Es así como no me dejo distraer por las ilusiones, y como permito que el Espíritu Santo sane mi mente de toda culpa inconsciente. Eso es estar atento, eso es estar consciente.

Así que si quiero sentir el amor de Dios, la inocencia pura en mi, si quiero de verdad experimentar esa paz, tendré que sacarle todos los clavos de las manos a todos mis hermanos, y todas las espinas de la frente a todos mis hermanos, pues hasta que no quede ninguna en ellos, continuaré yo sangrando.

Y el ego preguntará, ¿pero que hay de los violadores, de los asesinos, de los gobiernos tiránicos, de mi pareja que se fue con otra persona y abandono su familia, de mi pariente que me molestó sexualmente, de los niños que mueren de hambre a diario, de los…? Es por eso que necesitas la visión de un Nuevo Maestro (Espíritu Santo). Pues esas preguntas serán por siempre imposibles de contestar mientras te sigas identificando con el sistema de pensamientos del ego. Pues recuerda, el sistema de pensamientos del ego es lógico, y según su lógica no hay posible salida.

Lo más directo a una contestación que pueda satisfacer esas inquietudes sería observar como te sientes. En otras palabras, ¿como te sientes cuando juzgas? ¿Como te sientes cuando alimentas historias en tu mente? No obstante, ¿como te sientes cuando sueltas las historias, las justificaciones, y simplemente descansas en este espacio, en este instante, en este momento? Ahí esta la contestación.

La pregunta es, ¿puedes, o quieres aceptarla? ¿O prefieres elegir la contestación que el ego te brinda? Y esa es tú decisión. Ese es tú único libre albedrío, elegir entre el sistema de pensamientos del Espíritu Santo que te brinda paz, o el del ego que hace todas esas preguntas que no pueden ni serán contestadas debido a que, “Las respuestas que el mundo ofrece no hacen sino suscitar otra pregunta, si bien dejan la primera sin contestar”. T-27.IV.7:4