Friday, December 18, 2015

No Te Das Cuenta Cuánto Caso Le Haces a Tus Dioses…


“No te das cuenta cuánto caso le haces a tus dioses y de cuán alerta te mantienes en su favor. No obstante, ellos existen únicamente porque tú los honras. Honra sólo lo que es digno de ser honrado y tendrás paz.” T-10.III.10:4-6

¿Cuales son nuestros dioses? Nuestras creencias, nuestros apegos, todo aquello a lo que le damos valor; nuestra identidad separada. Y sin embargo, esos dioses no son los que nos dominan, somos nosotros los que los elegimos y le damos realidad.

Llevándolo al simple termino ego, el ego no tiene ningún poder sobre nosotros porque el ego es nada mas que una creencia, no una realidad. Por algo se nos recuerda: “El ego no esas más que una parte de lo que tu crees acerca de ti.” T-4.VI.1:6

Sin embargo no puedo pretender que no está ahí, ni que no soy yo pues estoy completamente identificado con esa identidad. Pero aunque le presto mucha atención, puedo ser consciente de ello y entonces empezar a elegir un Nuevo Maestro (Espíritu Santo).

Solo que para elegir al Espíritu Santo tengo que desear la paz interna. Al Espíritu Santo no se elige para “resolver” nuestros problemas sino que para que nos brinde paz. Y por lo general, no deseamos elegir el Espíritu Santo. Deseamos seguir sintiéndonos separados y “elegir” al Espíritu Santo para que haga de esta ilusión algo mas placentero.

La razón es porque si elijo al Espíritu Santo temo que voy a “perder” todo eso a lo que le he dado tanto valor, aun cuando eso que valoro es la fuente de todo sufrimiento. ¡Qué paradójico! Me apego a lo que me hace sufrir por miedo a elegir la paz de Dios por miedo a perder eso que me hace sufrir. Un circulo vicioso ¡completamente demente!

Sin embargo, para abrirnos a la Verdad no tenemos que sacrificar lo que deseamos, pero si ser conscientes de que eso que deseamos no nos va a llenar y que queremos abrirnos a la paz de Dios en nuestra mente. Según me brindo esos espacios de tomar consciencia de que lo que deseo es la paz y no el conflicto, el Espíritu Santo me apoyará a confiar en El a raíz de la paz que experimento cada vez que elijo Su sistema de pensamientos.

Según esa paz va creciendo, los apegos naturalmente se van a ir dejando a un lado ya que la paz empieza a valorarse mas que las ilusiones. Ese es un proceso de discernimiento consciente, y se hace a diario. Pues como dice el extracto, “No te das cuenta cuánto caso le haces a tus dioses y de cuán alerta te mantienes en su favor.” Si mi atención está en las ilusiones constantemente, y no me brindo espacios de quietud, obviamente mi máxima atención está en el mundo de las formas, en lo que valoro, y por consiguiente el sistema de pensamientos del ego es el que rige mi vida. Y la consecuencia de ello es el dolor y el sufrimiento.

Pero si me brindo espacios de quietud, si deseo la paz de Dios con todo corazón, aun cuando todavía me encuentro reconociendo que deseo cosas en el mundo, el Espíritu Santo hará Su trabajo muy gradual y amorosamente. A eso es a lo que se refiera como “La pequeña dosis de buena voluntad.” T-18.IV Y por consiguiente soy yo quien soltaré el sistema de pensamientos del ego, pues una vez mas, soy yo el que lo elijo en todo momento inconscientemente. Por eso el extracto también me dice “No obstante, ellos existen únicamente porque tú los honras.”