Wednesday, January 20, 2016

Cuando Sabes Lo Que Eres Te Compartes


Si sabes que eres amor, no puedes sino que compartirte ya que el amor no se busca sino que mas bien se comparte. El amor es símbolo de abundancia. Pero cuando hablamos de abundancia, no estamos hablando de bienes materiales, sino que de una comprensión que va mas allá de cualquier entendimiento intelectual. Es una experiencia de plenitud donde sabes que lo tienes todo en cada momento.

Según esa experiencia crece en la consciencia, lo que busca ahora es como compartirse ya que cuando tienes algo no compartes. Y no es algo que se hace por obligación sino que por naturaleza.

La pregunta entonces es cómo podemos experimentar ese amor para poder compartirlo. Aquí nos encontramos en una encrucijada pues el que hace esa pregunta es el que evade esa experiencia ya que si la tuviese desaparecería ese que pregunta.

El amor se comparte por el mero hecho de reconocerlo y se expresa de muchas maneras. El problema es que si queremos experimentar ese amor a raíz de una experiencia externa para supuestamente poder compartirlo estamos completamente cerrados a la experiencia del amor. Es como el que dice; “quiero tener una pareja para poder compartir mi amor”, o “quiero tener mucho dinero para poder compartir mi abundancia”, etc.

Todos esos son callejones sin salida porque estamos tratando de definir el amor. El amor no se define por lo que tengo o por lo que haga, el amor simplemente es. Es una experiencia que no requiere de nada para ser compartida. El compartirse es lo que el amor por naturaleza hace.

Pero si creo que necesito algo para así poder compartirlo, estoy identificado con la carencia, no con el amor. Y aunque tuviese una pareja, o todo ese dinero, no tendría nada que en realidad compartir. Seguiría igual que carente de amor, aun con una pareja o con dinero.

El amor es espontáneo. Esa espontaneidad sucede en el momento presente, donde no hay plan, donde no hay agenda, solo la experiencia de este momento. Pero para que pueda haber una apertura a este momento tiene que haber una confianza plena en la vida.

Esa confianza plena en la vida es la confianza en el amor. Cuando se confía en el amor, el amor dirige todos y cada uno de nuestros pasos, y por consiguiente, cada paso, cada palabra, cada expresión, cada acción es inspirada por el amor, y es así como el amor mismo se comparte sin nosotros tener que hacer nada. Somos nada mas que el vehículo a través el cual el amor se expresa.

Paradójicamente, esa expresión de amor es la que abre las puertas a experiencias que antes queríamos buscar o creíamos necesitar, que ahora son simplemente reflejos de ese amor que somos.

Por eso se nos dice: "Busca primero el renio de Dios y Su justicia, y todo se te dará por añadidura," [Matthew 6:33] Sin embargo, el Curso la lleva un poco mas allá cuando nos recuerda, "En vez de "Busca primero el Reino de los Cielos" di: 'Que tu voluntad sea antes que nada alcanzar el Reino de los Cielos' y habrás dicho: 'Sé lo que soy y acepto mi herencia'." T-3.VI.6:8 Pues tú eres el Reino. Tú eres el amor. Reconoce primero el amor en ti, y las añadiduras se presentan simplemente como testimonio del amor que eres para apoyarte a continuar experimentando ese amor, esa confianza plena en la vida.”

Y como lo que das recibes, ese amor que das lo recibes porque ¿a quien crees tú que le estás dando ese amor? A ti mismo porque solo hay uno. Es así como Dios se extiende a Si Mismo. Y al tu/yo ser Dios, compartimos lo que somos.

Por lo tanto: “No busques fuera de ti mismo. Pues será en vano y llorarás cada vez que un ídolo se desmorone. El Cielo no se puede encontrar donde no está, ni es posible hallar paz en ningún otro lugar excepto en él. Ninguno de los ídolos qué veneras cuando llamas a Dios te contestará en Su lugar. Ninguna otra respuesta que puedas utilizar como sustituto te proporcionará la felicidad que sólo Su respuesta brinda. No busques fuera de ti mismo. Pues todo tu dolor procede simplemente de buscar en vano lo que deseas, y de insistir que sabes dónde encontrarlo. ¿Y qué pasaría si no estuviese allí? ¿Preferirías tener razón a ser feliz? Alégrate de que se te diga dónde reside la felicidad, y no la sigas buscando por más tiempo en ningún otro lugar, pues buscarás en vano. Mas se te ha concedido conocer la verdad, y saber que no la debes buscar fuera de ti mismo.” T-29.VII.1:1-12

Siempre recuerda que lo único que te sostiene es el amor de Dios. Por eso se nos recuerda: “El Amor de Dios es mi sustento: He aquí la respuesta a cualquier problema que se te presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. Crees que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa "protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien" relacionado y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que dotas de poderes mágicos… Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo que no tiene valor. No te sustentará.” W-pI.50.1:1-3…2:1-5

Cuando sabes lo que te sustenta (el amor de Dios) y reconoces que somos Uno, ese sustento se comparte. No se puede hacer otra cosa.