Pregunta: “Hola Nick, quisiera preguntarte cómo hacer para lograr una buena relación con un hombre que tiene un carácter muy difícil, tiene modos muy duros y vaivenes en sus estados de ánimo. Perdió a su padre cuando era muy pequeño y forjó un carácter muy áspero, no ha convivido con ninguna mujer.
Y cuando hablamos de sus estados me dice que él es así que no va a
cambiar...Podría ser bipolar hay antecedentes en su familia ( como todos jaja)
o incluso llegue a pensar que era adicto a la cocaína. Entiendo que es un buen
hombre aunque es muy difícil tener una relación armoniosa c El. Quisiera
ayudarlo y ayudarme, para poder fluir. Él se reconoce difícil, no le gusta
mucho hablar sobre si... Qué charla podría escuchar que me ayude a entenderlo y
entenderme a mí que siento que puedo ayudarlo ( muchas veces me rechazó ) y
lograr que El pueda crecer para poder estar bien juntos. Saludos!
PD: cuál sería mi límite para saber si continúo en relación o lo
dejo porque no me hace sentir bien sus estados de ánimo? Pd2: estoy hace muchos
años en este camino de autoconocimiento y mi entendimiento de que todos somos
uno y que detrás del personaje hay amor hace que cuando me propone un hombre
difícil como este tener una relación me engancha el desafío sabiéndonos que
somos amor... Y cuando la propuesta viene un hombre tranquilo me aburro
enseguida... Entiendo que hay que vibrar en sintonía hasta ahora no me ha
pasado”
Comentario: Siento que detrás de
tu pregunta crees que tus relaciones son las que tienen que hacerte feliz.
Entonces cuando te envuelves en una relación y esa persona no te hace feliz
crees que el problema es la relación. Ahí es donde deduces que el problema con
uno es que tiene carácter fuerte y no quiere cambiar y el problema con otro es
que te aburre y así sucesivamente.
El objetivo es tener una relación con Dios.
Esa es la UNICA relación. Y ese es el amor del qué estamos hablando. Desde ese
espacio de plenitud compartes tu experiencia con la persona que esté en tu vida
en ese momento. Te comparto esto porque en tu pregunta observo donde estás
culpando a los hombres como si el problema estuviese fuera de ti.
Vamos ahora a otra parte de tu pregunta. El
que todos somos amor es nuestra realidad en Dios. Eso no significa que yo tengo
que estar en una relación conflictiva. Sin culpar y sin juzgar a nadie, si tú
pareja es una persona conflictiva, con amor en tu corazón puedes salir de la
relación y continuar con tu vida. Sólo que eres consciente de que tu pareja no
es culpable de tu experiencia pues de lo contrario lo que harás es cambiar de
relaciones pero la culpa inconsciente que está en ti será proyectaras a la próxima
persona.
Si te quedas en esa relación porque estás
mal entendiendo lo que significa el que todos seamos amor, y ahora crees que te
‘deberías’ quedar ahí, lo que estás haciendo es simplemente torturándote.
Recuerda que tu responsabilidad no es que tu pareja crezca, esa es su
responsabilidad. La tuya es que tú crezcas.
Si yo estoy en una relación de pareja y mi
pareja simplemente no quiere hacer cambios que podrían favorecer la relación,
tengo dos opciones, una es que me quedo en esa relación aceptando perfectamente
a mi pareja con todas sus situaciones, o simplemente reconozco que esa no es la
relación con la que yo quisiera continuar conviviendo y continúo con mi vida.
Si me quedo lo hago porque soy feliz en esa relación independientemente de que si
mi pareja haga cambios o no. Pero si no soy feliz en esa relación entonces
sentido común me dice que salga de ahí.
Pero de nuevo, si salgo de la relación lo
hago siendo consciente de que mi pareja es completamente inocente y qué
simplemente así fue como las cosas tuvieron que ser. Puedo agradecidamente
reconocer las oportunidades de perdón que se me ofrecieron en esa relación para
yo poder sanar. Según va sanando la mente el reflejo de esa sanación se
experimenta en la calidad de relaciones que terminó yo experimentando en mi
vida.
Lo que recomendaría, como un consejo
general para toda relación, es que utilices esa experiencia que tienes ahora
mismo para poner en práctica el perdón, dejando de poner la atención en la
relación y enfocando en tu proceso interno, y según la mente va sanando en ti
la vida misma decidirá si esa relación ha cumplido su propósito de enseñanza y
aprendizaje, y si ese es el caso la misma se disuelve por si misma. De no ser
así, continuarás en esa relación, pero no porque “deberías” sino que porque eso
sería lo que está sucediendo. Y recuerda, sentido común. Aun cuando sabes que
tu pareja no es responsable de tu felicidad, se honesta contigo misma y
pregúntate si eres feliz ahí. Y si ese no es el caso, entonces la pregunta que te
podrías hacer es por qué te sigues quedando ahí.
De esa pregunta pueden surgir
contestaciones que quizá tú no quieras escuchar. Es por eso que preferimos que
la pareja cambie en vez de reconocer que somos nosotros los que tenemos miedo
de soltar la relación debido a creencias como lo que podría ser, “no merezco
tener una relación sana”, “tengo miedo de quedarme solo(a) y por eso me quedo
en esta relación”, “me siento carente y necesito que esta relación me sostenga
ya que no confío en que Dios es mi sustento”, “necesito sacrificarme y por
consiguiente quedarme aquí para así merecer el amor de Dios”, y quién sabe qué
otras creencias escondidas puedan salir. Lo importante no obstante, es poder
mirar lo que salga con el Espíritu Santo para que nos enseñe a reconocer que
son falsas.
Así que aprovecha el currículo que se te
está presentando para tú sanar mientras confías que él también tiene su
currículo el cual le podrá sacar provecho cuando esté listo para ello. Y una de
las formas que pueda que le apoye a tu pareja a acelerar su proceso no es
pidiéndole que cambie sino que cambiando tú. A raíz de eso pueda que tu pareja
se anime a hacer un cambio ya que está observando el ejemplo que viene de ti,
sólo que seas consciente que esa no es la razón por la cual eliges tú hacer un
cambio personal. Eso simplemente podría ser una posible consecuencia del
trabajo personal tuyo. ¿Por qué? Porque no hay un “tú” y un “el”, solo hay Uno.