Pregunta: “Me pregunto si los seres humanos tenemos ciertas necesidades reales, inherentes a nosotros... o todo es un programa mental que lo hace ver así. Soy madre de un niño y una bebé, y es agotador atenderlos las 24 horas. Ni ir al baño sola puedo. Empiezo la mañana disfrutando los momentos con ellos... pero conforme avanza la tarde, tras estar tantas horas tan intensas de prestarles atención, consolarles, acompañarles en sus berrinches, peleas entre ellos, de contestar preguntas y más preguntas al mayor mientras la pequeña llora.... etc... Ya no tengo más paciencia ni más energías...
Siento que necesito un apoyo, compañía, poder delegar tareas del
hogar y crianza... pero no es posible; siento que sería renovador tener ratos
para mí sola en que poder pasear al aire libre y despejarme, conversar con
otras madres sobre nuestras experiencias... ¿No es esta una necesidad real?
¿Tengo que aceptar mi rutina como es y experimentar desde ahí la paz? ¿No
necesitamos un respiro, una desconexión de vez en cuando, tomar oxígeno? ¿No
necesitamos vivir en compañía, en comunidad? ¿No es sano y necesario criar a
los hijos en comunidad en lugar de aislados en casa?
Por otra parte, te planteo que llevo años con deseos de mudarme a
otra cuidad que me facilitaría estar con otras madres con las que poder
conversar y compartir, lugares bellos y amplios donde pasear y que mis hijos
jueguen al aire libre (pues donde vivo es difícil), es un sueño, un deseo...
Pero comprendo que no puedo saber si realmente sería más feliz viviendo allí o
lo estoy idealizando. Es más, me pregunto si lo que busco con ese deseo es de
verdad una solución practica... o huir de mi vida. ¿Me acompañas un poco en
todo esto y me ofreces unas palabras? Muchas gracias y un gran abrazo.”
Comentario: a veces en este
camino nos hacemos la vida más complicada de lo que es y luego empezamos a
cuestionar si “debería” hacer una cosa o si “debería” hacer otra. Voy a
comentar brevemente con la parte de tu pregunta sobre las necesidades del ser
humano y luego vamos al resto. El ser humano per se no es el que tiene
necesidades debido a que es una proyección de la mente. Sin embargo mientras mi
experiencia sea la de ser un ser humano, la mente que le dota a esa proyección
todo lo que crees necesitar aparentaría como que es el ser humano el que
necesita. Pero todo en realidad es un juego mental.
No obstante, una vez más, mientras esta sea
mi experiencia no intentó pretender negar mis aparentes necesidades. El curso
lo plantea de la siguiente manera: “El cuerpo es sencillamente
parte de tu experiencia en el mundo físico. Se puede exagerar el valor de sus
capacidades y con frecuencia se hace. Sin embargo, es casi imposible negar su
existencia en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una forma de negación
particularmente inútil.” T-V.3:8-11
Hay necesidades que aparentan ser muy
básicas las cuales si no se cumplen el ser humano dejar de “existir” como por
ejemplo, respirar, comer, eliminación, etc., esas son las que según la
programación mental podrían considerarse necesidades básicas y necesarias.
Luego hay otras aparentes necesidades como las que sería el afecto,
convivencia, etc., que aunque no determinan la supervivencia de la especie
pueden tener un efecto psicológico significativo en la experiencia humana. Pero
todas esas necesidades, o aparentes necesidades tienen lugar en la mente y no
en el cuerpo. Es por eso que el trabajo de perdón es para la mente y no para el
ser humano debido a que lo que está siendo sanado es la mente de la creencia en
la separación. De esa creencia no existir, no existiría la experiencia de seres
humanos ya que nuestra experiencia física es simplemente lo que se proyecta
para distraer a la mente de su realidad en Dios.
Vamos ahora a la segunda parte de tu
preguntas porque ya que ésta aparenta ser nuestra experiencia no estamos aquí
para negarla sino que para aprender a percibirla de otra manera. En tu guión
como madre por ejemplo tienes ciertas responsabilidades. Pueda no obstante que
hayan creencias escondidas por la cual sientes que no tengas ayuda disponible.
Aquí yo no puedo entrar en detalles porque no conozco tu situación ni tu
actitud ni lo que sea que tú creas sobre ti misma. Sin embargo te puedo
compartir que cuando pedimos ayuda al Espíritu Santo siempre hay tiempo y
espacio para Su apoyo.
Te puedo decir que si no tienes tiempo para
ti misma debido a tus responsabilidades sería lo mismo que decir que Dios no
podría darte tiempo y espacio como si de verdad tus hijos fueran un obstáculo
para Él. ¿Crees tú de verdad que tu situación podría interponerse entre tu
deseo de conectar con tu Ser? La contestación es muy simple, ¡no!
Por lo tanto, aunque no vamos a negar que
tienes ciertas responsabilidades, pueda que a un nivel más profundo tu voluntad
no es la de darte esos espacios para comulgar con tu Ser a diario. Y esto no
requiere horas esto simplemente requiere un minuto de tu tiempo esporádicamente
para empezar a abrir la puerta. Por algo el curso nos recuerda: “Uno puede fácilmente pasarse una hora sentado inmóvil con los ojos
cerrados y no lograr nada. O bien puede, con igual facilidad, dedicarle a Dios
sólo un instante, y en ese instante unirse a Él completamente.”
M-16.4:5-6 Esa es una pregunta que te tendrás que hacer y ser completamente
honesta contigo misma.
Y la otra parte de tu pregunta con relación
a tus deseos de mudarte a otro lugar, aunque teóricamente sabemos que nuestra
felicidad no depende de donde estemos, eso tampoco significa que sí tenemos el
deseo de mudarnos a otro lugar o de realizar un cambio en nuestra vida que no
lo hagamos. Ahí es donde hacemos lo simple complicado. Si tienes deseos de
mudarte a un nuevo lugar por las razones que creas, si es un deseo genuino,
date la oportunidad de moverte en esa dirección mientras haces tu trabajo de
perdón. Y si se da bien y si no también.
Pero esas es la clave, el desapego al
resultado. Pues a final de cuentas, donde quiera que tu vayas las lecciones de
perdón siempre estarán vigentes. Por qué entonces no mejor perdonar desde un
espacio que te apetezca si es posible que perdonar desde uno en el que no te
sientas bien. Por eso es que el mejor consejo que se puede ofrecer, sobre todo
en este camino “espiritual” es, ¡vive tu vida normal! Solo que ahora lo haces
mas conscientemente.
¿Te gusta alguien?, pues comparte con esa
persona. ¿Te quieres mudar a la playa? Pues busca información. ¿Deseas un coche
nuevo? Pues haz de tu parte. Lo que sucede, y eso si que pueda crear un poco de
conflicto al principio, es que una vez que somos conscientes de que el mundo no
tiene nada que me ofrezca, pueda que muchos de esos deseos, o caprichos pierden
su poder sobre nosotros, y puede que no sepamos ni que hacer. Y en eses caso
solo confiamos en el proceso, pues a final de cuentas ya es la paz de Dios lo
que deseamos. Y donde todavía hay apego a la forma, se reconoce y se perdona,
sin negar el deseo y suprimirlo.
Pero ve sintiéndolo. Mientras tanto, una
vez mas, si tu voluntad es la de elegir esos espacios de paz para comulgar con
el Espíritu Santo, y dices que no tienes tiempo por las razones que sean, eso
yo lo cuestionaría. Si tienes tiempo para Facebook, para chatear, para ver
televisión, siento que tienes tiempo para respirar y decir, “Padre, me entrego
a Tí para que se haga Tu Voluntad.” Y la ayuda que necesites (añadiduras) se te
presentarán como apoyo para que sigas sanando la mente de la creencia en la
separación.
Y aquí finalizo con lo siguiente. ¿Cual es
tu deseo, la paz de Dios, o que se te arreglen tus problemas en el mundo? Esa
es la pregunta que no queremos oír la contestación. Pues a final de cuentas, tu
problema no es que tienes que lidiar con tus responsabilidades como madre y que
quieres mudarte a un lugar nuevo, etc., es que te crees ser un ser humano
separado del todo, pero esa comprensión se va a ir poco a poco restaurando
según tu eliges la paz de Dios sobre todas las cosas, o si quieres un termino
menos “religioso”, cuando eliges la Verdad sobre las ilusiones.
Pues recuerda; “Deseo la
paz de Dios: Decir estas palabras no es nada. Pero decirlas de corazón lo es
todo. Si pudieras decirlas de corazón, aunque sólo fuera por un instante, jamás
volverías a sentir pesar alguno, en ningún lugar o momento."
W-pI.185.1:1-3 Luego en esa misma lección nos recuerda:
“Desear la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños. Pues
nadie que diga estas palabras de todo corazón desea ilusiones o busca la manera
de obtenerlas." W-pI.185.5:1-2