Pregunta: “Hola, Nick. Soy estudiante del curso desde hace dos años y medio y práctico el perdón a diario. He conseguido ver las cosas de otra manera con sucesos que ocurrieron en mi vida y he "perdonado" a mis hermanos por lo que nunca me hicieron, llegando a ver su inocencia. Pero me cuesta más aplicar el perdón a mí misma. Llevo casado más de 20 años y hubo una época de mi matrimonio hace muchos años, en que mi relación pasó por una grave crisis. Entonces intenté buscar otra relación de pareja sin dejar a mi esposa. Después de dos meses la culpa no me dejaba tranquilo, así que aposté por mi matrimonio y aquel episodio quedó en el olvido. Tenemos hijos pequeños y me siento bien con mi esposa. Ella también estudia el curso. Pero llevo alrededor de tres meses que ese recuerdo no hace más que quitarme la paz. Lo entrego una y otra vez al Espíritu Santos pidiéndole que me ayude a ver mi inocencia. Entonces, siento paz por momentos pero al poco tiempo vuelve a aparecer la culpa... y así vivo últimamente, Nick. No sé qué hacer al respecto. No quiero hacerle daño a mi esposa… no quiero contárselo, no quiero separarme, por mí y por mis niños... ¿cómo puedo hacer, Nick? Cómo puedo ver mi inocencia?? Gracias.”
Comentario: Primero que nada me
gustaría clarificar algo con relación al perdón antes de elaborar en tu
pregunta. Dices: “He conseguido ver las cosas de otra manera
con sucesos que ocurrieron en mi vida y he "perdonado" a mis hermanos
por lo que nunca me hicieron, llegando a ver su inocencia.”
Aquí puede que haya una confusión de
niveles debido a que tú no puedes perdonar a ningún hermano a menos que te
hayas perdonado a ti mismo. ¿Por qué? Porque el perdón es un cambio de
mentalidad a través del cual recuerdas la verdad.
Cuando hablamos de perdonar a un hermano
por lo que nunca hizo, por lo que nunca ocurrió, a lo que vamos es que lo que
nunca ocurrió fue que el Santo Hijo de Dios se haya separado de su Padre. Eso
es lo que nunca ocurrió, no algo específico en el mundo. No vamos a negar que
mientras nuestra experiencia sea la de percibirnos como seres humanos en un
mundo de separación, al principio el perdón se aplicará a cosas específicas
sólo para ir poco a poco preparando la mente para el verdadero perdón. Pero
quiero ir directamente al grano.
En otras palabras, utilizando ejemplos de
este mundo, yo no estoy perdonando a Hitler porque “nunca ocurrió” el que
hubiese asesinado o mandado a asesinar judíos. Yo no estoy perdonando a un
hermano que me traicionó porque la traición “nunca ocurrió” ya que en el mundo
de las formas, donde yo creo que estoy existiendo y donde se proyecta un
aparente pasado, esos acontecimientos ocurrieron.
Pero cuando soy consciente de la Verdad, de
que no soy un cuerpo mente en un mundo de separación, todos esos
acontecimientos obviamente no pudieron haber ocurrido ya que son tan irreales e
ilusorios como mi experiencia misma. Tu inquietud no surge a raíz de lo que tú
crees que le hayas hecho a tu esposa sino que todavía te crees que eres ese
personaje viviendo una experiencia física en el cual eso que tú me cuentas
aparentemente “ocurrió”.
Por consiguiente siento que estás tratando
de aplicar el perdón a la forma en vez de a la mente qué es la que tiene que
sanar. Por eso es que se puede generar mucha frustración cuando se pone en
práctica el perdón porque creemos que tenemos que “perdonar” hermanos y
experiencias específicas en el mundo, y nos la pasamos “entregando” al Espíritu
Santo todo aquello que creemos estar “perdonando”, cuando en realidad lo que
estamos haciendo sin darnos cuenta es solidificar más y más y en la mente la
creencia de que somos seres humanos separados en un mundo de separación, y que
ahora estamos “perdonando.”
Vamos ahora a abordar tu pregunta a nivel
físico dual, para luego llevarla al plano de la consciencia. Todo lo que haya,
y esté ocurriendo en nuestra vida forma parte de un guión que ya está escrito
en el cual no tenemos control sobre el mismo. Lo que sea que haya ocurrido en
nuestro “pasado” simplemente fue algo que en la verdad nunca ocurrió de la
misma manera que la experiencia misma que estamos viviendo ahora mismo tampoco
ha ocurrido. Pero como aquí es donde creemos estar la práctica diaria de los
Instantes Santos es ayudarnos a recordar nuestra realidad en Dios y no nuestra
historia.
Al haber elegido el sistema de pensamientos
del ego, obviamente en nuestra historia habremos hecho cosas de las cuales no
nos habremos sentido muy bien. Pero todas esas experiencias, que no difieren de
fantasías sobre cosas que quisiésemos que ocurriesen, son simplemente
distracciones para que nuestra atención deje de estar en el Instante Santo, el
cual es este momento, y este puesta en el mundo de las ilusiones (experiencia
física, pasado y futuro).
Todo lo que haya “ocurrido” en tu vida al
igual que en la vida de “todos” (incluyendo tu pareja) ocurrió perfectamente
orquestado por el amor mismo cuyo propósito es apoyarnos a recordar lo que
realmente somos, no esta experiencia de separación, sino que somos Uno en la
mente de Dios. Por consiguiente, observa esa culpa inconsciente que está
surgiendo sobre un aparente pasado que inconscientemente estás utilizando para
auto castigarte reforzando la creencia de que eres un ser humano, y ahora
utilízala como otra oportunidad para que el Espíritu Santo te recuerde que tu
realidad es en Dios. Ese en sí es el trabajo del perdón.
Dado ese el caso no tienes que perdonar a
nadie por lo que haya hecho en la forma de la misma manera que no tienes que
culparte ni “perdonarte” por lo que tu crees haber hecho en la forma. De esa
manera tu atención vuelve a retornar a este Instante Santo donde el “pasado” y
el “futuro” se desintegran ante la luz de la Verdad.
Recuerda siempre que donde no hay pasado
(que es solo un pensamento) no hay culpa y donde no hay futuro (que es solo un
pensamiento) no hay preocupación. Por consiguiente lo que se experimenta es la
paz y el amor de este momento. Y esa experiencia no tiene lugar en la forma
sino que en la mente. Es ahí donde se experimenta la paz y el amor verdadero. Y
es por eso que el perdón va dirigido a la mente y no a la forma, no a los
acontecimientos ni las personas.
Eso es lo que queremos decir con entrenamiento
mental. De lo contrario el ego se la va a pasar distraído con los
acontecimientos en la forma (memorias del pasado y fantasías del futuro) y nos
la pasaremos toda nuestra vida “perdonando” la forma como si de verdad algo
ocurrió, que a eso se le conoce como hacer un juicio.
Así que para los efectos es tu situación,
lo que ocurrió así tuvo que ocurrir. ¿Por qué así tuvo que ocurrir? Porque
ocurrió. Tan simple como eso. Por lo tanto, independientemente de lo que haya
ocurrido en tu “pasado”, o que esté ocurriendo ahora, el cual ese no es tu
caso, pero quién sabe si alguna otra persona que esté leyendo esta nota ese
fuese su situación, puedes elegir el sistema de pensamientos de el Espíritu
Santo, y conforme a esa elección la mente se libera de toda culpa y no te
encontrarás repitiendo una lección que ya ha sido aprendida.
Y eso que “ocurrió” en tu vida no es algo
que le tienes que contar a tu pareja a menos que al elegir el sistema de
pensamientos de el Espíritu Santo, libre de toda culpa y de
todo miedo, te sintieses inspirado a compartir. Y no es porque eso sería
lo “moral” sino que porque eso sería lo más amoroso en ese experiencia para la
sanación de los dos.
Es como si el no mentir sería lo moral, lo
“correcto”, y tú siendo un buen católico, solo para efectos de este ejemplo,
que obedece muy fielmente los mandamientos, llega un soldado Nazi a tu casa
donde tienes escondido a una familia judía. Si te dejas llevar por el sistema
de pensamientos de el ego, él te diría que lo “correcto”, lo “moral” es decirle
al soldado Nazi que tienes una familia judía en tu casa cuando el te pregunte.
Sin embargo, al elegir el sistema de pensamientos del Espíritu Santo sientes
que lo más amoroso sería mentirle a ese soldado Nazi. Y paradójicamente,
mentirle en ese caso seria lo correcto, lo moral según la Verdad, porque de
nuevo, sería lo mas amoroso.
Por consiguiente, disfruta mucho de tu
familia, continúa eligiendo el sistema de pensamientos del Espíritu Santo
recordando lo que el curso nos dice, “Perdona el pasado y
olvídate de él, pues ya pasó.” T-26.V.14:1 “El perdón es
lo que nos libera totalmente del tiempo y lo que nos permite aprender que el
pasado ya pasó.” T-26.V.6:1 “El milagro no hace sino
mostrar que el pasado ya pasó, y que lo que realmente ya pasó no puede tener
efectos.” T-28.I.1:8
Y sea lo que sea que haya ocurrido en tu
vida se te concedió tal como lo pediste de la misma manera que a tu pareja se
le concedió tal como lo pidió. No hay víctimas, no hay villanos, sólo un sueño
de separación en el cual no importa lo que aparente estar ocurriendo, el Santo
Hijo de Dios (que somos todos) sigue soñando inocentemente en los brazos del
Padre.
Y para que te rías un rato, si tu pareja en
algún momento se le cruzó el pensamientos de estar, o de haber deseado otro
chico, aunque haya sido una fantasía, como lo único que existe es Mente, y la
forma no está separada del Todo ya que la forma es un efecto de la Mente, ella
también te ha sido infiel. A eso se refiere la Biblia cuando decía: “Habéis oído que se dijo: `No cometerás adulterio’. Pero yo os digo
que todo el que mire a una mujer (hombre) para codiciarla(o) ya cometió
adulterio con ella (él) en su corazón.” [Mateo 5:27-28] Y pueda que lo
siga haciendo hasta que todo deseo se haya sanado de la mente. Así que TODOS
hemos sido infieles, y pueda que lo sigamos siendo, si somos capaces de ser
honestos con nosotros mismos.
Por consiguiente, no se niegan los deseos,
sino que se elige Un Nuevo Maestro (Espíritu Santo) para que sean
transformados. Por eso se nos recuerda: “El Espíritu Santo sólo
te pide este pequeño favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen hacia
una relación especial que todavía te atraiga te unas a Él en un instante santo
y ahí le permitas liberarte." T-16.VI.12:2