Wednesday, November 23, 2016

¿Que Son Los Impulsos Inaceptables del Cuerpo?


Pregunta: “Estoy leyendo UCDM... Si tienes chance, por favor, explica el párrafo 2 de la sección V (La ilusión del cuerpo-ego. Pág 72) del capítulo 4... Empieza así: "Una de las causas principales..."... Específicamente la oración 5: " El ego por consiguiente, trata de ocultar no solo los impulsos "inaceptables" del cuerpo", sino también los Pensamientos de Dios, ya que ambos suponen una amenaza para él." Gracias, un abrazo …”

Comentario: Vamos a leer el párrafo completo primero:

2. Una de las causas principales del estado de desequilibrio del ego es su falta de discernimiento entre lo que es el cuerpo y lo que son los Pensamientos de Dios. 2Los Pensamientos de Dios son inaceptables para el ego porque apuntan claramente al hecho de que él no existe. 3El ego, por lo tanto, los distorsiona o se niega a aceptarlos. 4Pero no puede hacer que dejen de existir. 5El ego, por consiguiente, trata de ocultar no sólo los impulsos "inaceptables" del cuerpo, sino también los Pensamientos de Dios, ya que ambos suponen una amenaza para él. 6Dado que lo que básicamente le preocupa es su propia supervivencia ante cualquier amenaza, el ego los percibe a ambos como si fueran lo mismo. 7Y al percibirlos así, evita ser aniquilado, como de seguro lo sería en presencia del conocimiento.” T-4.V.2:1-7

Disectémolso:

“Una de las causas principales del estado de desequilibrio del ego es su falta de discernimiento entre lo que es el cuerpo y lo que son los Pensamientos de Dios.”
Los pensamientos de Dios tienen que ver con la realidad, no la experiencia física. Toda ésta experiencia física es una proyección que niega los pensamientos de Dios, que niega nuestra realidad en Dios. El ego no puede discernir entre los pensamientos de Dios y el cuerpo porque los dos son mutuamente exclusivos debido a que el cuerpo mismo es una negación de nuestra realidad en Dios.

“2Los Pensamientos de Dios son inaceptables para el ego porque apuntan claramente al hecho de que él no existe.”
Utilizando un ejemplo dual, cuando estás despierto, eso sería el equivalente a los pensamientos verdaderos, los pensamientos de Dios. Luego cuando te acuestas a dormir y te pones a soñar, los sueños no son pensamientos verdaderos sino que imágenes proyectadas. Ahí es donde se proyecta un “mundo” un “cuerpo”, en fin, objetos.

“3El ego, por lo tanto, los distorsiona o se niega a aceptarlos. 4Pero no puede hacer que dejen de existir.”
Eso es lo que un sueño haría, negar tu realidad como si no estuvieses en la cama y estuvieses en un sueño, en un mundo ajeno a ti, pero aun así no puede hacer que dejes de existir como el que está en la cama soñando el sueño.


“5El ego, por consiguiente, trata de ocultar no sólo los impulsos "inaceptables" del cuerpo, sino también los Pensamientos de Dios, ya que ambos suponen una amenaza para él.”
Los impulsos inaceptables seria como decir, todo aquello que de alguna manera apunta hacia la verdad, como lo que seria la paz interior. El ego no quiere que entres en silencio, o que dejes de interpretar, eso seria un impulso inaceptable porque retornaría tu atención hacia la mente, hacia el interior donde se puede elegir el sistema de pensamientos del Espíritu Santo y por consiguiente se deshace el ego.

Y recuerda que cuando hablo de “interior”, no es que haya un “interior” y un “exterior” sino que mas bien es una manera de decir, dejar nuestras interpretaciones, dejar de poner nuestra atención fija hacia los objetos (mundo “exterior”, “yo” separado). El ego quiere que mantengas tu atención en el mundo, en el cuerpo, en lo físico, pues es así como pasa por alto nuestra realidad en Dios, es así como pasa por alto los pensamientos de Dios, que para los efectos del ejemplo que compartí, es como niega el hecho de que soy el soñador del sueño en vez del que se cree estar aquí (cuerpo) siendo soñado.

“6Dado que lo que básicamente le preocupa es su propia supervivencia ante cualquier amenaza, el ego los percibe a ambos como si fueran lo mismo. 7Y al percibirlos así, evita ser aniquilado, como de seguro lo sería en presencia del conocimiento.”
Al hacernos creer que ésta es nuestra realidad, y que el cuerpo es parte de la realidad, asume que los pensamientos de Dios dan lugar a un cuerpo. Por consiguiente nos hace creer que los dos son lo mismo. Pero una vez mas, los pensamientos de Dios no tienen nada que ver con ésta experiencia física. Por consiguiente no son lo mismo. El cuerpo es parte del sueño, de la negación de la verdad, y los pensamientos de Dios son parte de nuestra realidad los cuales solo pueden ser experimentados cuando se deja el sueño a un lado. El Espíritu Santo amorosamente sirve como interprete entre los pensamientos de Dios y nos los hace llegar recordándonos una y otra vez que estamos sano y salvo en Dios, y que nada de este sueño puede de ninguna manera afectar nuestra inocencia, nuestro amor, nuestra realidad.

Seria como si en el sueño hay un monstruo persiguiéndote, y simultáneamente hay una voz muy dulce que si aquietas la mente, que sería un impulso inaceptable, la puedes escuchar diciendo una y otra vez, “estás soñando mi amor, no hay monstruo, no hay nada, no creas lo que tus sentidos muestran, estás en mis brazos, tranquilo, relájate…” Pueda que la imagen del monstruo continue ahí, pero tu enfoque ahora es en tu interior y descansas en esa paz, y por consiguiente el monstruo deja de tener efecto sobre ti hasta que o desaparece o te ries de él. Porque en realidad no es que un monstruo apareció, sino que lo inventaste tú y con tu miedo lo sostienes.

Por eso es que el ego tiene tanto temor a que eliges el sistema de pensamientos del Espíritu Santo, porque el ego, aunque no existe, en nuestra experiencia solo existe porque somos nosotros los que lo sostenemos. Somos nosotros los que le damos “vida.”

Es por eso que en el prefacio del curso se nos recuerda: “Lo que la percepción ve y oye parece real porque sólo admite en la conciencia aquello que concuerda con los deseos del perceptor. Esto da lugar a un mundo de ilusiones, mundo que es necesario defender sin descanso, precisamente porque no es real.”