Pregunta: “Hola, Nick. Fascinada por UCDM y tus charlas. Hace tiempo que leo el libro y practico sus ejercicios a diario, pero hay un aspecto en que no veo apenas resultados: se trata de mi relación con mi madre. Me resulta tan difícil, enfermizo y frustrante cada encuentro que tengo con ella que el malestar me dura varias horas. Lo que suelo hacer al empezar el día y, en concreto, cuando voy a quedar con ella (que es a diario), es encomendarme al Espíritu Santo y pedirle paz.
Intento despojarme
de todo sentimiento de esperanza en algún resultado concreto y me repito que
toda experiencia que tenga vendrá de El porque se lo he pedido desde mi
ignorancia y confianza total. Solo le pido paz, solo eso, día tras día, pero
cuando me encuentro con ella, tan destructiva, amargada, criticona y
egocéntrica hay algo muy profundo y visceral que puede conmigo.
En algún momento
muy breve puedo verla de otra forma y por segundos puedo amarla como hermana e
hija del Padre, sabiendo que representa una proyección de mis elecciones
egoicas. Llevo meses intentando soltar, confiar y ponerme en manos del Espíritu
pero me sigue resultando muy dolorosa esta relación. Tanto que llega a
enfermarme. Te agradecería mucho alguna reflexión sobre este asunto.Llevo toda
mi vida intentando sanarlo. Muchas gracias, un saludo y toda mi admiración.”
Comentario: Cuando dices, “Intento despojarme de
todo sentimiento de esperanza en algún resultado concreto…” es un buen
primer paso porque estás abierta a la completa aceptación de lo que es. Sin
embargo luego dices, “Llevo meses intentando soltar, confiar y ponerme en
manos del Espíritu pero me sigue resultando muy dolorosa esta relación.” Ahí,
sin darte cuenta está la expectativa o el deseo de que algo cambie.
¿Y por qué querrías
que algo cambiase? Porque estás utilizando el perdón para sostener tu
identidad. Cuando dices que haces el trabajo para que el Espíritu Santo te de
paz, lo que no estás viendo es que a un nivel más profundo quieres todavía
sostener la idea de que tú eres un personaje separado y que ahora quieres que
ese personaje esté en paz.
En todo momento el
mundo está constantemente reflejando el contenido de mi mente. Al no ser
consciente de ello proyecto a las ilusiones ese contenido y ahora creo que son
las ilusiones las que me hacen sentir de la manera que me esté sintiendo.
Recordemos que el contenido de mi mente es la creencia en la separación. Por
eso es que se percibe un mundo dividido, personas, arboles, animales, objetos,
etc. Luego, a ese conjunto de ilusiones le adjudicamos una jerarquía de valores
y es por eso que algunas de ellas aparentan tener algún efecto sobre nosotros.
La familia, o alguien o algo con quien o con que haya algún vinculo emocional
son las lecciones de perdón mas difíciles.
Si utilizas Un Curso
de Milagros para aplicárselo al mundo, todo lo que estás intentando hacer es
llevar la verdad a las ilusiones en vez de lo contrario. Por eso se nos
recuerda: “Cuando tratas de llevar la verdad ante las ilusiones, estás
tratando de hacer que las ilusiones sean reales y de conservarlas justificando
tu creencia en ellas. Llevar las fantasías ante la verdad, no obstante, es
permitir que la verdad te muestre que las ilusiones son irreales, lo cual te
permite entonces liberarte de ellas. No mantengas ni una sola idea excluida de
la verdad, pues si lo haces, estarás estableciendo diferentes grados de
realidad que no podrán sino aprisionarte. No hay grados de realidad porque en
ella todo es verdad (y la Realidad NO ES de este “mundo”).” T-17.I.5:4-7
Por lo tanto lo
primero que hay que ser conscientes de es que la paz no es para el personaje
sino que para la mente que “supuestamente” sueña el personaje. Cuando la mente
está en paz eso se refleja a través de el personaje. Esto es muy importante
tenerlo en cuenta porque lo que distrae a la mente de la verdad es su enfoque
en el personaje. Es como cuando duermes y estás soñando. La mente que duerme
puede estar en paz o experimentar conflicto dependiendo de donde esté su
atención. Si su atención es en el sueño pasa completamente por alto que es
mente y no personaje soñado. Dado ese el caso, si el sueño es placentero la
mente está entretenida con sensaciones placenteras. Pero si el sueño es de
miedo la mente está atemorizada, no porque haya algún peligro verdadero sino
que, al igual que con el sueño placentero, porque su enfoque es en el sueño
creyendo que esa es su realidad sin darse cuenta de que su realidad, una vez
mas, es mente soñando.
Reconociendo que la
practica del perdón no es para el personaje sino que para la mente que lo
sueña, un ejercicio que puedes hacer es, según atiendes los sentimientos que
sientes en ese momento, puedes empezar por, “nunca estoy disgustada por la
razón que creo.” W-pI.5 Este ejercicio es importante porque te apoya en
desvincular la historia que la mente se hace a raíz de todo lo que sientes. Es
así como por lo menos se deja de culpar. Observa como en tu pregunta estás
asumiendo que la que te hace sentir así es tu mamá. Y ya que tu mente ésta
distraída completamente con el mundo de los efectos (tu mamá y su
comportamiento) no puedes tener acceso al Espíritu Santo el cual Su propósito
es recordarte que lo que ves es una proyección que no tiene el poder de afectar
al Santo Hijo de Dios (que somos todos). Cuando vuelves a tomar consciencia
dejando a un lado tus interpretaciones Él puede hacer Su trabajo.
Siendo consciente de
ello, el próximo paso podría ser repetir para tu interior, “eso que creo estar
viendo ´fuera´ está en mi mente.” Luego puedes decir utilizado específicamente
la experiencia con tu mamá, “el regalo que mi mamá, siendo parte de el
contenido de mi mente, me muestra es simplemente las partes de mí que están
pidiendo amor y ese amor es lo que deseo ahora concederles.”
Observa que el amor no
es para tu mama, es para tí, que al negarlo y por consiguiente no
experimentarlo, lo cubres de culpa y es eso lo que le proyectas a la imagen que
crees es la causante de tu perdida de paz. Por eso su comportamiento es la
excusa perfecta para “justificar” todo ese miedo escondido. Ese mismo miedo,
miedo a Dios, se le puede proyectar a un taxista que llega tarde, o a un jefe
que es muy demandante, o a un ordenador que no esta funcionando, en fin, a
todo. Pues todas las proyecciones apoyan la creencia de que eres un cuerpo
teniendo una experiencia física, y de nuevo, lo que estamos perdonando es la
creencia en la separación. Que de nuevo, esa creencia ocurre en la mente no en
la forma.
Puedes entonces ahora
utilizar la experiencia con tu mamá como un gran ejercicio para que puedas
conectar más y más con el amor que hay en ti. Según vas aceptando el amor en ti
misma, puedes aceptar a tu mamá con todo su sistema de pensamiento que según
comentas es amargado, criticón y egocéntrico, sin querer cambiarla. Sabes ahora
que vas a ir a visitar a una inocente y Santa Hija de Dios que está llena de
miedo. Eso despierta la compasión en ti, y eso es lo que compartes. Y no estoy
hablando de falsa empatía o lástima, nada de eso. Estoy hablando de una
compasión que comprende su proceso ya que simultáneamente sabes que es el tuyo
y el de todos. Esa compasión no es afectada por lo que se proyecte en el mundo
de las ilusiones ya que surge naturalmente del reconocimiento que nuestra
realidad es en Dios.
Todo el sufrimiento
que experimentas es porque interpretas su comportamiento como errado cuando en
realidad ella está experimentando las consecuencias que desea experimentar. Es
así porque a un nivel inconsciente es lo que ha, y seguirá eligiendo hasta que
haya cambio de mentalidad. No obstante, al juzgarla tú a ella, y creer que es
ella la que te hace sentir así (la proyección de la culpa inconsciente), todo
lo que haces es elegir el mismo sistema de pensamientos que ella está
eligiendo. Sólo que tú lo utilizas para posicionarte como víctima, que al igual
que ella, es una elección inconsciente hasta que en ti haya un cambio de
mentalidad. ¿Ves como las dos sufren de lo mismo?
Es por eso que este
extracto del curso para el ego es muy duro porque el ego solo quiere proyectar
la culpa inconsciente “fuera” y es así como sostiene su identidad como víctima
separada de Dios. Pero para la mente que es consciente es un bálsamo porque le
recuerda que tiene el poder de elegir otro sistema de pensamientos, el del
Espíritu Santo. El extracto dice así: "El secreto de la salvación no es
sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No importa
cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. No importa quién
desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad.
No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que
sientas, eso sigue siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las
figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa
cuán odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser
que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño."
T-27.VIII.10:1-6
Por consiguiente, el
ego quiere que mantengas tu atención fija, en el mundo, en las formas, que en
este caso sería tu mamá. Y es así como mantienes tu atención en ti como cuerpo.
Por lo tanto, puedes hacerte la siguiente pregunta, “¿es verdad que la paz de
Dios es lo que deseo?”. Porque si eso es lo que de verdad deseas, recuerda lo
siguiente: “Desear la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los
sueños. Pues nadie que diga estas palabras de todo corazón desea ilusiones o
busca la manera de obtenerlas." W-pI.185.5:1-2
Es bueno ser
consciente de lo que desear la paz de Dios es. Sin embargo no te preocupes por
lo que vaya a ocurrir en tu mundo, no va a desaparecer de buenas a primeras.
Pero sí, empieza a llevar tu atención a la mente. Paras un momento y en
silencio te rindes completamente, dejando a un lado todas las interpretaciones.
Esa es una practica que haces a diario, el Instante Santo, para que así el
Espíritu Santo pueda apoyarte en restaurar la paz en ti. Esa paz no es de este
mundo pero se puede experimentar en él con un cambio de mentalidad. De ahí,
observa muy conscientemente los sentimientos que surgen cuando piensas o vas a
ver a tu madre para utilizarlos como lecciones que el amor quiere que aprendas
pues es así como puedes ver los obstáculos al amor incondicional que realmente
eres.
No es un trabajo fácil
cuando la mente está muy distraída con el sistema de pensamientos del ego. Pero
es simple porque a final de cuentas el proceso es el mismo, “elige de nuevo.”
T-31.VIII Que es lo mismo que decir cambiar de mentalidad, no para que seas un
“mejor” personaje, sino que para que conscientemente recuerdes que eres mente y
no cuerpo. Ese es a final de cuentas el objetivo del verdadero perdón. Cuando
eres consciente de ello, eres consciente de lo que tu mamá es, de lo que todo
es, y te liberas de tus interpretaciones pues las mismas son reemplazadas por
la mentalidad del Espíritu Santo. Otra manera de decirlo, son reemplazadas por
la paz de Dios.