“Padre, me diste todos Tus Hijos para que fuesen mis salvadores y mis consejeros de visión; los heraldos de Tu santa Voz. 2En ellos Tú te ves reflejado y en ellos Cristo me contempla desde mi Ser. 3No permitas que Tu Hijo se olvide de Tu santo Nombre. 4No permitas que Tu Hijo se olvide de su santo Origen. 5No permitas que Tu Hijo se olvide de que su nombre es el Tuyo.” W-pI.266.1:1-5
Cuando esa lección
habla de que, “…todos Tus Hijos para que
fuesen mis salvadores y mis consejeros de visión…”, es porque en todo y en
todos me estoy viendo a mi mismo. Sólo que lo que veo es lo que he negado en mi
y por consiguiente se lo proyecto a las imágenes que creo estar percibiendo.
¿Qué es lo que he
negado? Mirémoslo de la siguiente manera, ¿percibo odio en algún hermano? He
negado el odio en mi. ¿Percibo ataque en algún hermano? He negado el ataque en
mí. ¿Percibo injusticias en algún hermano? He negado la injusticia que reside
en mi. En otras palabras a todo aquel que juzgo (partes de mi mismo), lo
utilizo para no mirar lo que hay en mi.
Si de lo contrario
utilizo esas mismas imágenes que supuestamente provocan algún sentimiento en mi
y por consiguiente elijo la visión del Espíritu Santo, todos esos hermanos se
convierten en mis salvadores y consejeros de visión. Son mis salvadores y
consejeros, no porque me estén “salvando” o “aconsejando” sino que porque
muestran toda la culpa inconsciente que no quiero ver en mi y al poderla ver
reflejada en ellos puedo entonces elegir el sistema de pensamientos del
Espíritu Santo para corregir MI percepción errada.
De la misma manera que
vemos lo que no nos gusta de nosotros proyectado en algunos hermanos también
podemos ver lo que nos gusta de nosotros proyectado igual, solo que no lo
reconocemos en nosotros y una vez mas, hacemos algo especial de “ellos”. Una
Madre Teresa por ejemplo puede reflejar la compasión que existe en cada uno de
nosotros, Jesus representa el amor que ya existe en nosotros.
Lo que sucede es que
creemos que “ellos” son la causa de nuestro sentir, por consiguiente mas
"especiales" ya que no nos creemos merecedores del amor de Dios,
cuando ella, al igual que cualquier ejemplo como Jesus, Buda, Krishna, etc.,
son mas bien reflejos de lo que somos. Aquí no obstante, es donde lo que voy a
compartir va a sacudir nuestro cimiento.
Madre Teresa, Jesus,
Buda, Krishna, o cualquier símbolo que refleje el amor en cada uno de nosotros
no son nuestros salvadores y consejeros sino que mas bien nuestro recordatorio
del amor que somos. Hitler no obstante, o cualquier imagen que de alguna manera
saque a la superficie lo mas oscuro en nosotros es uno de esos salvadora y
consejeros de la que la lección habla. ¿Por qué? Porque al mostrarnos los
obstáculos al amor, nuestra ira escondida, podemos entonces invitar al Espíritu
Santo a que sane toda culpa y miedo de la mente.
Por consiguiente
gracias a esos consejeros y salvadores, que los vemos en nuestro día a día,
pues siempre que haya culpa inconsciente en la mente escondida se va a
proyectar "fuera", esos que nos presionan los botones, si al elegir
el sistema de pensamientos del Espíritu Santo podemos pasar por alto lo que
percibimos y recordar lo que realmente somos, Amor, es así como “...en ellos Cristo me contempla desde mi
Ser.”