Pregunta: “Muchísimas gracias Nick. Te leo, me llega a mi correo tus escritos y en este caso me pareció meritorio comunicarme contigo, primero para saludare afectuosa mente, y segundo darte las gracias. No voy a contar mi cumulo de experiencias desde que estoy leyendo Un Curso de Milagros, libro al que le ofrecí bastante resistencia, y aun hay algunas lecciones que las he hecho a regañadientes y otras me opuse vehementemente, ya no me juzgo. El tema es que amanecí con un rollo que tiene tiempo y al leer esto me confirmo algo....el solo saber que estamos aquí y nos encontramos en, pareciera, diferentes escenarios, solo para tomarnos de la mano y seguir adelante, entonces recibe mi mano, yo necesito de la tuya como de tantos hermanos que leo en facebook y tocan mi corazón ya que no voy a ningún grupo físico. Bueno Nick, te saludo con el AMOR de DIOS y te bendigo desde lo mas profundo de mi ser.”
Comentario: Agradezco
tu mensaje y reconozco tus buenas intenciones. Sin embargo agarrarnos de la
mano en la forma no es lo que nos lleva a la experiencia de la unidad sino que
mas bien abrir la mente al sistema de pensamientos del Espíritu Santo para que
nos ayude a recordar que la separación de Dios nunca ha ocurrido, y que esta
experiencia física no es nuestra realidad.
Simplemente adentra en el silencio y deja
que la mano del Espíritu Santo te lleve poco a poco a un cambio de mentalidad.
De lo contrario tu atención continua siendo en el mundo, por lo que pasas por
alto el mensaje. El mensaje no es que me sigas ni que nos “agarremos” de la
mando, aunque a veces pueda que emplee esas palabra como un decir. Es que en tu
silencio y quietud te abras a la memoria que yace en tí que dulcemente te
susurra, “Ven, por lo tanto, a
mí y descubre la verdad que mora en ti.”
T-7.V.11:1
Pero aun así, entiendo lo que quieres
decir, solo que veo mucho eso de “apoyarnos” los “unos” a los “otros” sin
darnos cuenta como el ego utiliza eso para sostener su identidad como personaje
separado.
De nuevo,
gracias por tus palabras y las acepto con mucho cariño. Solo quería clarificar
eso porque es muy fácil caer en la idea de hacer de alguien algo especial sin
darnos cuenta que eso es lo que nos mantiene distraído en nuestro deseo de
seguir percibiéndonos como un cuerpo en un mundo de separación. Pues como muy
bien se nos recuerda: “Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti
mismo. Tal como lo trates, así te tratarás a ti mismo. Tal como pienses de él,
así pensarás de ti mismo. Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o
bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo. Cada vez que dos
Hijos de Dios se encuentran, se les proporciona una nueva oportunidad para
salvarse. No dejes de darle la salvación a nadie, para que así la puedas
recibir tú. Yo estoy siempre contigo, en memoria tuya.” T-8.III.4:2-8