Sunday, March 19, 2017

Mi Hermano Impecable is Mi Guía a la Paz


“Mi hermano impecable is mi guía a la paz. Mi hermano pecador es mi guía al dolor. Y el que elija ver será el que contemplaré.” W-pII.354

Comentario: vamos a mirar ese extracto oración por oración para ademas de ver su sencillez apreciar la profundidad de esa lección.

“Mi hermano impecable is mi guía a la paz.”
Lo que determina como me siento no tiene nada que ver con lo que mi hermano haga o deje de hacer sino que más bien como lo vea yo a él. Si lo percibo como inocente no voy a poder sino que sentirme bien conmigo mismo.

“Mi hermano pecador es mi guía al dolor.”
Si percibo a mi hermano como pecador no voy a poder sino que experimentar dolor independientemente de lo que él haga o deje de hacer. Al igual que la oración anterior, esto es debido a que mi hermano y yo somos lo mismo. En esto se basa la ley que dice que lo que das recibes.

“Y el que elija ver será el que contemplaré.”
Cuando dice el que elija ver, no es que intelectualmente voy a decidir verlo de una manera y por consiguiente no sentir los efectos de cómo lo veo. Tiene que ver más bien con el sistema de pensamientos que estoy identificado en cada momento. Las razón es porque con el sistema de pensamientos del ego es imposible ver a mi hermano inocente aunque a veces pueda autoconvencerme de que puede ser así.

El trabajo del perdón profundo no es ir por el mundo pretendiendo que he perdonado o diciendo que he perdonado. Es más bien observar cautelosamente los sentimientos de culpa, de miedo, que están escondidos y que a su vez muy rápidamente surgen cuando viene a la mente el pensamiento de un hermano que por alguna razón u otra lo considere culpable, alguien que yo sienta me haya hecho algún daño o injusticia.

De la única manera que puedo percibir inocencia en mi hermano es cuando a raíz de elegir el sistema de pensamientos del Espíritu Santo puedo reconocer la inocencia en mi. Es por eso que el cambio de mentalidad del que hablamos surge a raíz del deseo por la verdad, no él de ir por el mundo intentando ver personajes “inocentes”, que aunque en algunas ocasiones pueda servir de puente de entrada, sigue manteniendo la mente enfocada en el sueño.

Cuando verdaderamente estamos determinados a perdonar, lo que estamos diciendo es que nuestro deseo por la verdad es más importante que nuestro deseo por todavía querer conservar el mundo. Entonces lo que se hace ahora es que se atiende muy cuidadosamente a los sentimientos que surgen en cada momento, que a su vez quieren ser dirigidos o proyectados a las imágenes, a nuestros hermanos, y volver a redirigir la mente hacia la verdad.

Aunque el trabajo es muy simple no es necesariamente fácil. Es muy simple en el sentido de que todo lo que tengo que hacer es ser honesto conmigo mismo en cada momento que un sentimiento de culpa surja y que inmediatamente se lo quiera dirigir hacia algo o alguien, y en ese momento tomar conciencia y recordar que “nunca estoy disgustado por la razón que creo.” W-pI.5, o reconocer que esto no significa nada, o que lo que siento no tiene nada que ver con la historia que estoy utilizando para justificar ese sentimiento y dejar mi mente bajo la directriz del Espíritu Santo.

Pero a su ves no es fácil porque mientras el sentimiento aparenta tener el poder de acapararnos, la historia que la mente utiliza para justificarla es perfectamente lógica.

No obstante, la motivación para poder profundizar en el perdón es simplemente recordar, por más difícil que aparente ser, qué será imposible poder sentirme bien conmigo mismo hasta que no pueda sentirme bien con mi hermano, pues una vez más, mi hermano es mi guía hacia la paz debido a que él y yo somos lo mismo. En cierta manera se podría decir que nunca estoy perdonando a nadie sino que siempre me estoy perdonando a mí mismo por haber juzgado a “alguien”.

Una vez más, el trabajo aparenta ser dificultoso porque la lógica del sistema de pensamientos del ego tiene pruebas concretas de que mi hermano me hizo daño. Pero no importa la razón por la cual yo crea sentirme de la manera que me siente, la salida siempre será la misma, y es: “Mi hermano impecable is mi guía a la paz.”

¿Por qué? Porque, "El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa cuán odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño." T-27.VIII.10:1-6