Comentario: Cuando ya eres lo que deseas no puede existir el deseo por eso
que ya eres. ¿Ves como el pez se muerde la cola?
Es por eso que no intentamos experimentar
lo que somos. Todo lo que hacemos es observar la interferencia, los obstáculos,
de manera que según los mismos se van dejando a un lado, la experiencia se
revela a sí misma.
En ese sentido, no hay necesidad de
meditar para intentar experimentar ese amor o esa paz de la que hablamos. Todo
lo que se hace es observar muy cuidadosamente cuan fácilmente me distraigo con
mis juicios y con mis interpretaciones de manera que pueda rendirme. En esa
rendición es que se abre la puerta para esa comprensión que va más allá de las
palabras.
Es por eso que este camino es tan simple,
y sin embargo, es tan frustrante para aquel que busca.
Por eso yo siempre cito la historia del
estudiante que le pregunta al maestro que si práctica la meditación se
contestarán sus preguntas. A lo cual el maestro le responde que no contestará
ninguna de sus preguntas pero que eliminará al que está preguntando.
Y no hay que sentirse mal por el hecho de
estar buscando. Si eso es lo que está ocurriendo, forma parte del guión que
amorosamente se está orquestando para que el buscador finalmente pueda ser
consciente de que no hay nada que buscar.