La meditación no
es para que la mente se pierda en el cuerpo sino para que el cuerpo desaparezca
en la mente.
Es importante ser
consciente del gran regalo que la meditación nos ofrece dado que es la
herramienta que nos apoya a ser conscientes del contenido de la mente de manera
que la paz pueda ser restablecida.
Lo que ocurre, no obstante, es que el
objetivo en realidad es ser consciente de que somos amor, unidad, Dios, y no
“individuos” “separados”. En ese sentido, el sistema de pensamiento del ego
puede apoderarse de la meditación, y en vez de apoyar a la mente a recordar su
esencia, la desvía al traer la atención al concepto de “yo”, a la identidad
personal, que paradójicamente es la que se está deshaciendo. En ese sentido me
gustaría compartir lo siguiente en referencia a la meditación.
Lo que se haga
con el cuerpo relacionado con la meditación no es a donde queremos poner el
enfoque dado que con lo único que se está trabajando es con la mente. La
meditación puede tener lugar mientras el cuerpo está sentado con los ojos
cerrados su espalda recta en alguna postura específica, de la misma manera que
puede tener lugar mientras los ojos están abiertos, mientras estás hablando por
teléfono, mientras estás haciendo ejercicio, mientras estás interactuando con
alguien, mientras estás viendo la televisión, mientras estás observando un
paisaje en la naturaleza, en fin, en cada instante.
Cuando se utiliza
la meditación como práctica para intentar controlar o dirigir la mente, tiene
que haber un "yo" que está haciendo esa práctica. Es así como la
mente se identifica con el “yo” lo cual corrobora la creencia de que soy un
cuerpo. Antes de continuar, y esto es ¡muy importante!. Si la persona se
encuentra meditando como práctica, es porque esa es la Voluntad del Amor
expresándose a través de esa persona. En otras palabras, éste escrito que
comparto es solo una descripción de la dinámica que tiene lugar cuando el ego
se apodera del concepto meditación.
Cuando hay una
rendición total, una aceptación total, sin intentar hacer nada especial ni con
el cuerpo ni con la mente, sin ninguna intención personal es como desaparece
ese sentido de un "yo" "haciendo" algo. En ese sentido, creámoslo
o no, el cuerpo desaparece en la mente dado que el cuerpo es una proyección de
la mente. Por ejemplo, mientras estás leyendo éstas palabras lo que está
ocurriendo es que la experiencia de leer está teniendo lugar. No hay una
sensación de un "yo" que está leyendo. Leer simplemente ocurre. Eso
es meditación.
Sin embargo, al
haber hecho el comentario, es que te percatas de un "yo" que está
"leyendo". ¿Me explico? La vida es una constante meditación hasta que
traemos la atención a este "yo". Ahí es donde el "yo"
(mente identificada) se pone a "meditar", y la meditación se
convierte, una vez más, en una práctica que la mente utiliza para mantener su
atención en la forma, en lo físico, en el cuerpo, en lo ilusorio, intentando “controlar”
los pensamientos, las sensaciones, pasando completamente por alto su esencia
como conciencia, como unidad, como amor.
Esto no puede ser
descrito de ninguna forma porque trasciende la forma. Es una experiencia. Una
que no le ocurre a este " yo", pues no existe un "yo". Explicado
de otra manera, la meditación simplemente ocurre tal como está ocurriendo ahora
mismo sin ningún esfuerzo personal. Vamos a explorar esto un poco haciéndote unas
preguntas. ¿Estás percatado de que mientras lees la digestión está teniendo lugar
en el cuerpo o eres tu quien conscientemente estás controlando y teniendo en
cuenta el proceso de digestión? ¿Estás percatado de que mientras lees la respiración
está teniendo lugar sin tu hacer nada al respecto? ¿Estás percatado de que
mientras lees estas palabras la sangre está siendo bombardeada por el corazón y
fluye a través de todo el cuerpo o tienes tú que controlar ese proceso? Sin
embargo, ahora que lo menciono, pueda que te encuentres prestando atención a
esos detalles que están ocurriendo sin tu consentimiento, sin tu ser consciente
de ello.
Lo mismo con la
lectura hasta que traje tu atención a ello. Antes de que lo mencionara estabas
meditando. Ahora que te hice consciente de que estabas leyendo, dejaste de
meditar y la mente puso su enfoque en un “yo” que esta haciendo una acción que
se le conoce como leer.
Cuando la mente
se identifica con los pensamientos y las sensaciones, la meditación deja de
tener lugar y ahora la mente quiere "meditar" para no sentir esas
sensaciones, para evadir esos pensamientos, y se esconde en una cueva para no
sentir, para no mirar, y todo lo que tiene lugar es una mente completamente
identificada con lo ilusorio. Quiere ahora cambiar algo. Es por eso que la
meditación no es algo que "yo" como personaje "hago".
¡Simplemente es! ¡Dios Es! ¡Amor Es!
A Ramesh Balsekar
le preguntaron cuál era el requisito para alcanzar la iluminación, la cual su respuesta
fue, “dejar que querer alcanzar la iluminación.” En otras palabras, cuando ya
no te importe en lo absoluto la iluminación, entonces la mente está lista para
esa experiencia, cuando le toque, si es que le toca. Porque la iluminación no
es algo que el personaje “yo” “alcanza”. La iluminación ocurre cuando ocurre. Y
la iluminación es nada mas y nada menos que ser consciente de que no soy el
hacedor.
Cuando la identificación
con un “yo” se va desvaneciendo, lo cual creámoslo o no nos está ocurriendo
durante el día, esos son estados de meditación. Por ejemplo, cada vez que estás
envuelto en una actividad, volviendo a nuestro ejemplo, como ahora mismo que
estás leyendo estás palabras, si te das cuenta, por momentos no eres consciente
de que eres un “tú” leyendo. Sino que hay una oscilación entre un “tú” leyendo
y la experiencia de leer misma. En esos intervalos que no eres consciente de
ese “tú” leyendo sino que la experiencia de leer es lo que hay, eso es meditación.
Ahora te das
cuenta que meditas mientras te encuentras haciendo algo que tiene tu mente
completamente enfocada en el presente. La vida es una meditación. Solo cuando
la mente pone su enfoque en este “yo” es que la meditación aparente detenerse y
la mente se encuentra dispersada entre pensamientos del pasado y del futuro, que
curiosamente, es lo que hace que ahora este “yo” quiera ponerse a “meditar”. Por
eso es que la meditación no es para que la mente se pierda en el cuerpo
albergando un “yo” que “medita”, sino para que el cuerpo desaparezca en la
mente, dado que lo único que hay es Mente, es Conciencia, es Amor, es Dios.