Saturday, July 18, 2015

¿…Te Condenarías a Ti Mismo Por Eso?

Pregunta: “Hola querida alma compañera soy de Argentina, leí hace meses esto de Un Curso de Milagros, ‘Elige de tu entorno una persona con la cual sientas conflicto, escudriña en tu interior aquella que te genere perturbación y cataloga sus ‘pecados’ sin fijar la atención en ninguno de ellos, sólo enumeráis. Examina todas las cosas negativas que hayas pensado acerca de ella, y pregúntate: te condenarías a ti mismo por eso?.... y la verdad colapse, porque mi respuesta será si me condenaría... ¿esta bien mi interpretación? Muchas gracias por leerme espero que cuando puedas me des una mejor con esto.”

Comentario: A lo que la lección va es que si tu hermano es un espejo, cuando lo condenas a él te condenas a ti misma. No está diciendo que juzgues el comportamiento de tu hermano por el que lo condenarías sino que reflexiones y te preguntas si estarías dispuesta a condenarte a ti misma. Recuerda que la manera mas simple de ver la culpa inconsciente en ti es cuando la ves en el “otro.” Por eso es que se “proyecta.” Lo que no queremos ver en nosotros lo proyectamos “fuera.”

Por lo tanto, cuando vez a un hermano y el ego te dice que es culpable, pregúntate, ¿estaría dispuesto a condenarme a mi misma? Y reconociendo que mi hermano es un pensamiento proyectado, si lo condeno a él me condeno a mi. Por algo el curso me recuerda: “…crees que la razón por la que tienes algo contra tu hermano es por lo que él te hizo a ti. Mas por lo que realmente lo culpas es por lo que tú le hiciste a él. No le guardas rencor por su pasado sino por el tuyo. Y no tienes fe en él debido a lo que tú fuiste. Tú eres, sin embargo, tan inocente de ello como lo es él.“ T-17.VII.8:1-5

Esa actitud es la que me motiva a practicar el perdón porque si me quiero liberar de la culpa inconsciente, que es la que proyecto sobre él, tengo que liberar a mi hermano del juicio que tengo yo sobre él. Por lo tanto, veo un hermano que me hace sentir mal, y la tendencia es de juzgarlo, de atacarlo, y reconociendo que él y yo somos lo mismo me pregunto, “¿me condenaría a mi mismo por eso?”

Es ahí donde asumo completa responsabilidad de mis proyecciones, y al no querer condenarme a mi mismo tengo entonces que dejar de condenarlo a él. Todo juicio es un auto juicio de la misma manera que todo perdón es un auto perdón.