Pregunta: “Querido Nick, hace unos meses te descubrí en Facebook y YOUTUBE y he resonado mucho con tus pláticas, gracias. Mi confusión es la siguiente. Se nos ha enseñado a pedir a Dios lo que necesitamos, hoy día me doy cuenta que el que pide siempre es el ego y se nos enseña en Un Curso de Milagros que no necesitamos nada. Sin embargo, en esta experiencia terrenal, hay necesidades que cubrir económicas.
En alguna de tus pláticas en Madrid comentabas ese momento dónde te
sentiste paralizado, estabas en una situación difícil y no sabías que hacer, si
moverte o no. Eso es lo que estoy experimentando, tú mencionaste que moverse
era la opción y esperar a recibir guía, empujar un poquito. ..la cuestión es
que no sé a dónde moverme! Esto dado a que YO NO SE NADA, y deduzco entonces
que lo que pudiera yo creer que es la opción para moverme pudiera provenir del
ego.
Yo pido al Espíritu Santo me guié y me de claridad aceptando mi
confusión y el no saber nada, pero sigo en ese estado de no saber que hacer o
como resolver mii situación. Perdí “todo”, incluso mi casa. Tengo un negocio
que va muy lento y a veces no puedo pagar ni mi renta, tengo adeudos de pago de
impuestos y me asusta, lo admito, acabar en la calle, me cuesta sentir paz
cuando tengo adeudos….yo sé que todo esto lo estoy proyectando yo misma, pero
no sé como detenerlo, y también de hecho sé que yo no puedo solucionarlo porque
quien lo haría sería mi ego ya que no puedo solucionar un problema desde la
misma fuente que lo creo, por eso lo entrego al Espíritu Santo pero la
sensación de estar paralizada no cambia. Gracias Nick y un abrazo.”
Comentario: Mi realidad, al igual
que la tuya es que somos Dios, y de que el mundo no determina nuestro estado
mental aunque eso sea lo que aparente estar ocurriendo. Le estás pidiendo al
Espíritu Santo que arregle tu problema creyendo que tu sabes cual es el
problema. El problema, según como lo ve el Espíritu Santo es que te sientes
desconectada de tu fuente, que te sientes separada de Dios. Tu problema según
el ego es que tienes problemas financieros y ahora quieres resolverlos para que
tu puedas recuperar tu paz.
La lección de perdón que se te está
brindando es la de recordar que eres el Santo hijo de Dios inocente y no ese
personaje que se siente no merecedor del amor de Dios. Me gustaría mirar dos
observaciones de tu comentario: Una es cuando dices: “…yo sé que todo esto lo
estoy proyectando yo misma, pero no sé como detenerlo,..” Y la otra cuando
comentas: “…y también de hecho sé que yo no puedo solucionarlo porque quien lo
haría sería mi ego ya que no puedo solucionar un problema desde la misma fuente
que lo creo…”
Primero que nada tú no estás proyectando
nada, tú simplemente estás observando la proyección que tienes frente. Por
consiguiente no eres culpable de lo que se esté proyectando pero sí tienes el
poder de elegir el sistema de pensamientos de el Espíritu Santo para que te
enseñe a percibir tu experiencia de otra manera. Eso es todo lo que se te pide.
Y segundo, el asumir que el querer solucionarlo es de el ego puede ser
fácilmente la creencia que te paraliza para así no hacer lo que posiblemente
sería lo que se tendría que hacer.
Antes de continuar me gustaría hacer
hincapié que yo no te puedo decir que hacer o qué no hacer específicamente ya
que eso podría añadir culpa a tu dilema. Más yo no tengo toda la información
necesaria para poder formular una opinión. Y lo que tuvo lugar en mi proceso
cuando me encontré lidiando con problemas financieros en una circunstancia como
esa fue mi currículo personalizado por el cual yo tuve que pasar para aprender
las lecciones de perdón que fueron necesarias para mí.
Continuando con tu pregunta, elegir la paz
es soltarlo todo. En mi caso era una manera de rendirme completamente y
entregarme en total aceptación a mi experiencia tal y cual como se estaba
expresando. Con una mente más tranquila surgían las inspiraciones para tomar la
acción que me sentía era la más apropiada en cada momento. Una de ellas fue
declararme en bancarrota, aun cuando me decían que si yo hacía eso estaba
“afirmando” al “universo” que era carente, blah, blah, blah, y paradójicamente,
de esa acción en adelante las cosas en mi vida empezaron a cambiar. No obstante,
ninguna acción específica resolvió mi problema, pero el proceso acumulativo de
las acciones que se fueron tomando unidas con mi propósito de perdonar fueron
las que me condujeron a la situación en la que me encuentro ahora.
Eso no significa que ahora tú te que
declarar en bancarrota para “resolver” tu problema. Pueda que para ti eso no
sería lo correcto y por consiguiente las consecuencias fuesen peores. Por eso
es que hay que tener mucho cuidado cuando intentamos aconsejar a otras
personas. Por consiguiente, según como tú planteas tu pregunta, tú percibes tu
problema como que no tienes suficiente dinero para arreglar tu vida. Yo no
obstante, leyendo tu misma pregunta, el ÚNICO problema que percibo es que tu
mente está anclada en miedo. Y soy plenamente consciente que tu miedo no
proviene a raíz de tu situación financiera sino que proviene a raíz de que te
sientes desconectada de tu Fuente.
El ego, espiritualizándose ahora, te dice
que si te “conectas” a tu fuente se “arreglarán” tus problemas financieros sin
darte cuenta que tu atención sigue siendo en el problema financiero, en el
mundo. Y los problemas financieros tienen que ver con las cosas de el mundo mas
lo que tú eres no es de este mundo. Por lo tanto puedes observar tu situación
financiera, no como un problema que se tiene que “arreglar” sino como una gran
oportunidad que te brindas para poner en práctica el perdón y recordar una vez
más que lo que tú realmente eres es Espíritu y no cuerpo separado, Consciencia
y no individuo, Amor y no miedo, o para resumirlo en una sola palabra, Dios.
Por consiguiente, en lo práctico,
estableciendo como intención que la paz de Dios sea lo más importante en tu
vida, puedes empezar a hacer lo que sientas que podrías hacer para resolver tu
problema económico, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE SI CREES QUE ES EL EGO O NO, sin
apego alguno a resultados específicos ya que es así como la vida misma te va
dirigiendo. Y si lo que sea que estás haciendo proviene de el ego pues
simplemente no se dará. Pero por lo menos no te encuentras paralizada.
En otras palabras, vive tu vida normal
haciendo lo que cualquier ser humano haría utilizando su sentido común. La
diferencia es que al hacerlo sin apego a resultados específicos, lo haces en
paz y tranquilidad confiando en que la vida sabe qué es lo mejor para ti. Por
lo tanto permite plantear la siguiente pregunta, ¿Como no sabes tú si lo mejor
que te podría pasar en este momento en tu vida es que lo perdieses todo? ¿Esa
pregunta genera algún miedo en ti? Si ese es el caso, estás sacrificando tu paz
interior por las cosas del mundo. Y esa es la única lección que todos
necesitamos aprender.
Por eso es que en mi libro Lo Que Pasa
Cuando Dejas Ir afirmo que sales mejor perdiendo todo lo que tienes y
manteniendo tu paz interior que adquiriendo todo lo que deseas a expensas de
perder tu paz interior. Por lo tanto voy a cerrar esta nota con el siguiente
ejercicio que te invito a que pongas en práctica:
Siéntate cómoda, cierra los ojos, y
¡suéltalo todo! En otras palabras, ¡libérate de todo ahora! Siente esa paz que
brota de ti cuando no te aferras a nada. Qué mas da si pierdes todo lo que
tienes. ¡Suéltalo! Empieza por ahí, y ahora confía en lo que sea que te sientas
inclinada a hacer, lo cual muy bien puede ser que hagas algo, o puede ser que
no hagas nada.
Es así como se abra uno a la guía del
Espíritu Santo. Pero OJO! La guía no es para que “resuelvas” tus problemas tal
y como tu crees percibirlos. Eso es lo que te tiene aprisionada y llena de
miedo. La guía es para que sueltes todo, y si se supone que ese “problema” que
tienes se arregle de la manera que creías así será. Y si se supone que no, es
porque es lo mejor que te puede pasar. La pregunta es, ¿confías en eso? ¿puedes
confiar en la Vida? Por eso se nos recuerda; ”Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En
esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego." T-4.V.1:1-2