Pregunta: “Gracias por todo tu trabajo, y el amor que compartes. Voy a ser lo mas breve posible. Estoy haciendo el curso hace más de 4 meses, después de 20 años de estudiar metafísica, donde tomé consciencia que no sentía ni paz ni amor. Guauuu... darme cuenta de esto, me llevó un largo tiempito...y una gran desilusión de mi misma, al darme cuenta de la gran autocrítica e insignificancia de mi misma.
Empezar a meditar me hace llorar con un dolor inmenso,
así y todo, sigo. Tomé consciencia del nivel de represión emocional que
experimento. La culpa, el miedo, estar enferma y la desesperación me llevaron a
decidir comenzar el Curso, el cual conocía, pero nunca había practicado. Bueno,
ahora viene lo peor, darme cuenta de que todas mis vivencias son producto de mi
propia fabricación y de mis propios errores y decisiones, es el caos. Quiero
salir corriendo de mi misma, y la culpa ha aumentado tanto, de no puedo ni de
casualidad ver la santidad en mi. Hace dos días que no hago las lecciones y no
veo salida. Sigo adelante, pero con gran sufrimiento, bueno, con sufrimiento
como tenía antes de empezar el curso, pero ahora viendo mi responsabilidad en
todos los asuntos de "Mi" vida.
Lo único que quiero es perdonarme, y sentir paz y amor
para poder darlo al mundo, especialmente a mis hijos que son los seres que más
amo. Y acá, otro punto de conflicto, mi apego a mis hijos y el gran miedo a
perderlos, como consecuencia de seguir avanzando en el curso, ya que si es que
estoy aprendiendo bien, el mundo que veo no es real.
Me pregunto dónde quedarían mis hijos en todo esto, ya
que son mi mayor motor a cambiar radicalmente mi manera de ver. Bueno, disculpa
si no se expresarme bien, o si estoy exponiendo una situación un tanto
rebuscada. En realidad, te escribo como un pedido de auxilio, tal cual se lo
pido al Espíritu Santo, para ver si puedes ayudarme o alentarme a comprender un
poquito más y a no quedarme paralizada como me encuentro, frente a lo que
siento. Gracias de todo corazón. Te envío un abrazo,…”
Comentario: Me gustaría tocar algunos puntos
para ver cómo todo esto encaja. Dices, “Empezar a meditar me hace llorar
con un dolor inmenso, así y todo, sigo.“ Cuando no somos conscientes de
la culpa y el miedo suprimido buscamos la manera de entretenernos para así no
lidiar con esos sentimientos. No obstante, están ahí y están aflorando
constantemente. Cada vez que reaccionamos a algo o a alguien están aflorando sólo
que optamos por culpar en vez de tomar responsabilidad de qué están en nosotros
y es así como se mantienen suprimidos. Y cuando no tenemos a algo o a alguien a
quien culpar buscamos maneras de entretenernos para no tener que lidiar con
ellos. Nos la pasamos viendo televisión, hablando con otras personas, nos
escondemos en el trabajo, o tratamos de ahogar esos sentimientos de culpa a
través de substancias como alcohol, medicamentos, adicciones, etc.
Cuando empezamos a meditar, o digamos a aquietar la mente, todo eso que
siempre estuvo ahí sale a la superficie para que podamos ser conscientes de
ello y permitir que todo eso se libere. Lo que siento que está ocurriendo
contigo es que al no estar acostumbrada a estar en contacto con tu sentir
profundo te sientes abrumada por todas esas sensaciones. Recordemos que aunque
no siempre, pero en general, la ayuda que buscamos es para sentirnos “mejor”,
no para estar en contacto con esos sentimientos.
Por consiguiente te tengo muy buenas noticias. ¡Estás sanando!
Sólo que de nuevo, al no estar acostumbrada estando en contacto con
todos esos sentimientos suprimidos, ahora estás brindándote la oportunidad de
que salgan a la superficie para que puedas liberarte. Eso no significa que
nunca volverás a sentir, sino que más bien aprenderás a abrazar todo aquello
que sale del inconsciente, que en muchas ocasiones se experimenta como
sentimientos incomodos, con el amor que realmente eres.
De esa manera ningún sentimiento te abrumará sino que más bien
aprenderás a vivir en plena aceptación de lo que es, de lo que sientes en cada
momento y por consiguiente tendrás acceso a esa paz que sobrepasa todo
entendimiento. Por lo tanto no permitas que lo que sientas de alguna manera te
desanime a continuar tus espacios de quietud y meditación.
Otro punto de tu pregunta. Dices: “Bueno, ahora viene lo peor,
darme cuenta de que todas mis vivencias son producto de mi propia fabricación y
de mis propios errores y decisiones, es el caos.” Aquí estás utilizando
tu nuevo entendimiento para culparte y eso no es así. Por consiguiente vamos a
mirar más detalladamente tu inquietud. El ser consciente de que a un nivel
mucho más profundo lo que experimentas es producto de tu propia fabricación es
simplemente para que seas consciente y recuperes el poder que tienes de elegir
otro sistema de pensamientos. En otras palabras elegir a un Nuevo Maestro en la
mente que para efectos de Un Curso de Milagros se le conoce como Espíritu Santo
pero el nombre en sí es irrelevante.
Todo eso que te dices a ti misma no es porque hayas “elegido mal” o que
hayas tomado “decisiones erradas”, si no que porque estás eligiendo la voz de
el ego en vez de la del Espíritu Santo. ¡Eso es todo! Y cómo te sientes
abrumada por todos esos sentimientos que están surgiendo y a su vez escuchas
las historias que te cuentas a ti misma en la mente obviamente te sientes de
esa manera. ¡Y no pasa nada! Estás empezando a entrenar la mente a escuchar Una
Nueva Voz. Sin embargo comentas, “Hace dos días que no hago las lecciones y no veo
salida.”
Entiendo que al sentirte tan abrumada y sentir que las lecciones no te
brindan los resultados que deseas en este momento el sistema de pensamientos
del ego te dice, “no hagas las lecciones, como ves, no te sirven de nada…”
Sin embargo el curso nos recuerda en la introducción del libro de ejercicios: “Algunas
de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de
creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. Nada de eso
importa. Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. No se
te pide que las juzgues. Se te pide únicamente que las uses. Es usándolas
como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad.” W-pI.In.8:1-6
En medio de esa tormenta que no es nada más que tu sentir mezclado con
tus interpretaciones de todas tus creencias sólo se te pide que pongas un pie
enfrente al otro mientras vas de la mano de el espíritu santo atravesando todas
esas capas que se han interpuesto para intentar ocultar el amor que realmente eres.
Es por eso que este trabajo, aunque es simple, no es fácil. Especialmente al
principio que es cuando estamos mirando todas esas nubes. Y me gustaría hacer
hincapié de que no es a raíz de hacer el curso que experimentas todo ese miedo.
Es a raíz de TUS INTERPRETACIONES que experimentas todo ese miedo.
Si de verdad permitieses que el Espíritu Santo sea la única voz que
escuchas no experimentarías miedo alguno. Comparto esto por parte de tu
comentario cuando dices, “…otro punto de conflicto, mi apego a mis hijos
y el gran miedo a perderlos, como consecuencia de seguir avanzando en el
curso…”
Repito, cuando estás avanzando con el curso lo que se va erradicando es
el miedo. Por lo tanto no creas que tu avance con el curso aumenta el miedo. Es
que no estás acostumbrada a identificarte con el sistema de pensamientos de el
Espíritu Santo y estás utilizando la interpretación de el sistema de
pensamientos del ego por lo cual ahora crees que es el curso lo que te lleva a
experimentar todo ese sufrimiento. Sin embargo, como tu misma dices, “La
culpa, el miedo, estar enferma y la desesperación me llevaron a decidir
comenzar el Curso, el cual conocía, pero nunca había practicado.”
Finalmente el apego a tus hijos es nada más que una representación del
apego que tienes a tu creer que eres un cuerpo y qué puedes morir, por lo tanto
no es necesario que yo continué elaborando. Todo esto hará perfecto sentido en
su debido momento según vas avanzando con las enseñanzas del Curso. Llevas sólo
cuatro meses y el curso es un proceso de por vida. De por vida porque siempre
que haya apego a este mundo obstáculos se continuarán mirando para ser
desintegrados ante la luz de la verdad. Según se van deshaciendo los obstáculos
a la paz tu vida en general será mucho más feliz y tranquila, y esa es la
motivación para continuar perdonando.
Por lo tanto sólo quería hacerte ver que el proceso por el cual estás
atravesando es simplemente la culpa inconsciente aflorando para ser liberada.
Así que tranquila, vas por buen camino. Sólo tienes que recordar: “Si
supieras Quién camina a tu lado por la senda que has escogido, sería imposible
que pudieses experimentar miedo.” T-18.III.3:2 “¡Ay, criatura de Dios,
si supieses lo que Dios dispone para ti, tu gozo sería absoluto!.”
T-11.III.3:1