Pregunta: “Hola Nick hace menos de un año que estoy en Un Curso de Milagros y todavía me cuesta ver el placer y las relaciones sexuales como experiencias "neutras" que no me pueden dar satisfacción, las veces que "sentí" la paz siempre se me presentaban nuevas experiencias para tener relaciones sex. Y toda la paz que sentía en un instante siempre la cambiaba por experiencias placenteras temporales, que puedo hacer? Muchas gracias!”
Comentario: Mirémoslo
de ésta manera. Imagínate que yo te digo, “Empecé
a ir al gimnasio la semana pasada y todavía no me he convertido en un
fisiculturista (bodybuilder), ¿que estoy haciendo mal?”
¿Ves que ridícula és esa pregunta?
Eso es exactamente lo que tú estás
haciendo cuando me dices que llevas menos de un año con Un Curso de Milagros ya
quieres tener la experiencia de la liberación de la culpa. El Dr. Kenneth
Wapnick cuando una vez un estudiante le dijo que sentía frustración porque
lleva más de 15 años con el curso y tuvo un ataque de ego, el Dr. Wapnick con
una sonrisa dulcemente le dijo, “no te preocupes llevas muy poco tiempo con el
curso.”
No estoy insinuando que nos tomarán 15
años, pueda que más jejeje. A lo que voy es, nuestro miedo a Dios es lo que nos
hace escondernos en un cuerpo. Y mientras todavía queramos seguir conservando
esta experiencia, deseos seguirán surgiendo. No obstante, mientras somos más
conscientes la intensidad de esos deseos va a ir disminuyendo ya que es la
mente la que le proyecta al cuerpo sus aparentes deseos. El cuerpo no puede
desear nada, es neutro. Es la mente que hace una interpretación y los efectos
de esa interpretación se experimentan a nivel corporal.
Si ves una mujer y te sientes excitado,
no fue la mujer la que causó esa excitación. Fue la interpretación que la mente
hizo de esa imagen lo que ahora en el cuerpo se experimenta como una
excitación. Si la mente no hace interpretaciones de esa imagen, la mujer se
percibiría como una imagen, que al igual que todas las imagines del mundo, son
neutras y no tienen el poder de hacernos sentir de ninguna manera. Que de
hecho, ese és el objetivo de Un Curso de Milagros, el reconocimiento de que
nada ni nadie tiene el poder de afectar nuestra paz y felicidad.
Esto es lo que naturalmente va teniendo
lugar cuando empezamos a desear la verdad sobre las ilusiones. Otra manera de
decirlo es, cuando deseamos la paz sobre las ilusiones. Es por eso que Un curso
de Milagros nos dice, “Desear
la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños. Pues nadie que
diga estas palabras de todo corazón desea ilusiones o busca la manera de
obtenerlas." W-pI.185.5:1-2
Para ti no obstante, al igual que para la
mayoría de nosotros, suprimir esos deseos sería un sacrificio. Así que lo que
vas a hacer es observar esos deseos inocentemente, traer conciencia a raíz de
la práctica del perdón, y confía en el proceso a través del cual la vida te va
llevando. Si sientes el deseo de acostarte con alguien, y no intentas manipular
la situación por lo cual los dos conscientemente desean disfrutar de esa
experiencia, pueden disfrutar de ella sin juicio y sin culpa. Una vez más,
siendo consciente del trabajo del perdón pues de lo contrario ese apetito
sexual se puede convertir en una obsesión.
También dices que cuando sientes la paz
siempre se te presentan esas experiencias para tener relaciones sexuales. Hay
un extracto en Un Curso de Milagros que dice, “Es muy probable, por lo tanto, que el ego te ataque cuando
reaccionas amorosamente, ya que te ha evaluado como incapaz de ser amoroso y
estás contradiciendo su juicio. El ego atacará tus motivos tan pronto como
éstos dejen de estar claramente de acuerdo con la percepción que él tiene de
ti. En ese caso es cuando
pasa súbitamente de la sospecha a la perversidad, ya que su incertidumbre habrá
aumentado. Es evidente, no obstante, que no tiene objeto devolverle el ataque.
Pues ¿qué podría significar eso, sino que estás de acuerdo con su evaluación
acerca de lo que eres?” T-9.VII.4:5-9
En otras palabras cuando empiezas a
deshacer el sistema de pensamientos del ego, que sería lo mismo que decir
deshacer tu identidad como personaje, observarás la resistencia que sale, que
no es nada más que memorias de lo que todavía creías ser saliendo a la
superficie que ahora pueden ser vistas bajo la luz de la verdad. Éstos son
momentos de mucha confusión porque por un lado está el deseo hacia la verdad
(la paz) mientras que por el otro todavía hay un apego esta identidad falsa (se
desean las ilusiones). El curso lo plantea de la siguiente manera; “Este alternar entre los dos niveles de
percepción se experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser
muy agudo.” T-2.III.3:9 Pero luego dice, “Aun así, el desenlace final es tan
inevitable como Dios.” T-2.III.3:10
Es una forma muy amorosa de recordarnos
que no importa cuan oscuro sea el túnel el desenlace siempre será la luz. Eso
nos inspira a continuar. Por lo tanto, una vez mas, continúa haciendo tu
práctica del perdón, reconociendo tu deseo por la paz de Dios, y no te juzgues
por tener deseos. Simplemente obsérvalos inocentemente, pues no importa lo que
termines haciendo en cada momento, sigues siendo el santo hijo de Dios
inocente. Porque a final de cuentas, hagas lo que hagas, la verdad es que, “en Dios estás en tu hogar, soñando con
el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad:" T-10.I.2:1
Pero no utilices eso que acabo de decir
ahora para dejar que tu mente divaga. Comparto esas palabras para que te
liberes de todo sentido de culpa mientras haces tu proceso, no para que
justifiques un comportamiento. Pues aunque sigues siendo inocente, todo
comportamiento motivado por el miedo genera consecuencias. Sin embargo,
eligiendo la mente recta conscientemente, anula toda posible consecuencia del
miedo. Por eso hay una bella oración en el curso que dice:
“Debo haber decidido
equivocadamente porque no estoy en paz.
Yo mismo tomé esa
decisión, por lo tanto, puedo tomar otra.
Quiero tomar otra
decisión porque deseo estar en paz.
No me siento culpable
porque el Espíritu Santo, si se lo permito anulará todas las consecuencias de
mi decisión equivocada.
Elijo permitírselo,
al dejar que Él decida en favor de Dios por mí.” T-5.VII.6:5-11
De ahora en adelante continúa haciendo tu
trabajo de perdón y lo que hagas o desees continuará reflejando tu nuevo estado
de conciencia.