Sunday, March 26, 2017

Leccion 356: La Enfermedad no es Sino Otro Nombre para el Pecado


“La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado. La curación no es sino otro nombre para Dios. El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.” W-pII.356

Comentario: Si no somos conscientes de que el curso es una enseñanza puramente no dual, y de que la misma va dirigida a la mente que está soñando el sueño, no al “yo” (personaje) que se cree estar teniendo esta experiencia física, se va a intentar aplicar la lección al cuerpo en vez de a la mente. Eso se le conoce como la típica confusión de niveles.

Cuando el curso habla de la “enfermedad” no tiene nada que ver con un “cuerpo” que esté “enfermo” sino que con la creencia (enfermedad) en la mente de creer ser un cuerpo. Por lo tanto otro nombre para la creencia en la separación es el pecado.

Miremos esa lección linea por linea y luego cerramos con la oración que le sigue.

“La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado.”
La creencia en la separación es otro nombre para el pecado.

“La curación no es sino otro nombre para Dios.”
Recordar que eres Dios y no un cuerpo separado es otro nombre para Dios, para la verdad.

“El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.”
El ser consciente de que soy Dios (ese es el milagro) es una invocación que se le hace a Dios (a Uno Mismo).

Si permitimos que el ego interprete esas palabras vamos a creer que está hablando de la curación de un “cuerpo” y va a intentar llevar la mente a pedir un “milagro” desde una perspectiva dual en donde se percibe un “cuerpo enfermo” desear un “cuerpos sano”. Y eso no es curación sino que mas bien es un intercambio de ilusiones pasando por alto que nuestra Realidad es Dios y no individuo separado, que nuestra realidad es amor y no miedo, que nuestra realidad es unidad y no separación.

Cuando uno es consciente de que Un Curso de Milagros va dirigido a la mente que sueña el sueño y no al personaje “yo” que cree “existir” en este mundo, es fácil no confundir su teoría, y las lecciones son simples de entender y de poner en practica. Pueda que el curso no sea fácil de aplicar debido a la resistencia que hay a la verdad, pero no se puede negar lo simple que es su enseñanza si reconocemos que el objetivo es despertar del sueño.

Vamos ahora a leer el resto de esa lección reconociendo su contexto puramente no dual, y al igual que cualquier otra lección que estemos leyendo, donde se utilizan palabras como “curar” o “cuerpo” o “mundo” o “hermanos”, etc., ya siendo conscientes, podremos ponerlas en practica libre de confusión.

Oración de esa lección:
“Padre, prometiste que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese hacerte. No importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido. Él es Tu Hijo, y Tú le contestarás. El milagro es un reflejo de Tu Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe. Tu Nombre reemplaza a todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor alguno. Tu Nombre es la respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nombre él invoca el suyo propio.” W-pII.356.1:1-6

“Padre, prometiste que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese hacerte.”
El Hijo no es un “ser humano” que se encuentra en el mundo separado de Dios. El hijo somos todos en el sentido de que es la parte de la mente que proyecta el sueño. Entiendo que el ego es el que que proyecta el sueño. Pero lo que intento explicar es que el ego en sí no existe, solo la mente es lo único que existe. Y el hijo de Dios se encuentra en la mente no en el sueño. Por lo tanto cuando se erradica en la mente la creencia que da lugar a la proyección de un sueño, la mente se sana. O para los efectos de este ejemplo se “cura”.

“No importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido.”
No importa si cree estar en un mundo separado de otros. No importa cual aparente ser su “problema”, salud, dinero, relaciones, trabajo, gobierno, etc. No importa que se crea haber convertido en un cuerpo. En otras palabras lo que ocurra en el sueño es completamente irrelevante. Un sueño es un sueño y no tiene ningún poder para afectar al Santo Hijos de Dios que es la mente que se percibe dividida. Por eso, y repito, es bueno hacer hincapié de que Un Curso de Milagros no va dirigido a lo que ocurra en el sueño. El sueño es simplemente lo que mantiene a la mente distraída de su realidad como mente.

“Él es Tu Hijo, y Tú le contestarás.”
El es Tu y Tú eres Él y por consiguiente siempre contestarás. Contestará porque es la mente hablando consigo misma, no con un cuerpo. Por eso el Instante Santo nos brinda la oportunidad de dejar de prestar atención a las formas, al cuerpo, a esta experiencia física. Así es como se puede escuchar Su Voz, “Nuestra Voz”, la Única Voz. Y esa voz no es algo que nosotros como “seres humanos” “escuchamos”, pues eso refuerza la creencia en el sueño. Es simplemente la Única Voz que existe, que para efectos de utilizar un lenguaje descriptivo, esa Voz se le conoce como Amor.

“El milagro es un reflejo de Tu Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe.”
El milagro, siendo un reflejo del amor, lo único que hace es que al recordarle a la mente que su realidad es Dios y no esta experiencia física de separación, todo miedo automáticamente se erradica. Es por eso que el milagro no tienen nada que ver con lo que suceda en el mundo de las formas sino que tiene que ver con un cambio de percepción, un cambio de mentalidad. Es simplemente una corrección que tiene lugar en la mente. Al elegir la interpretación del Espíritu Santo el miedo es reemplazado por la paz, por el amor, y por consiguiente un milagro ha ocurrido independientemente de que en la forma ningún cambio haya tenido lugar. Pues de nuevo, pues lo que se está “curando”, es la creencia EN LA MENTE de que la mente es algo separado de Si Misma, de que es algo separado de Dios.

“Tu Nombre reemplaza a todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor alguno.”
El reconocimiento de la verdad (Tu Nombre) reemplaza la creencia en la mente de que eres un cuerpo que existe en un mundo de separación. Eso es reemplazar todo pensamiento de pecado. En otras palabras cuando estas durmiendo y sueñas una pesadilla (el pecado es soñar), en el momento que eres consciente de que estás soñando un sueño, aunque el contenido de ese sueño (la pesadilla) no cambie, dejas de sufrir dolor, inclusive puedes empezar hasta a reírte de ella.

“Tu Nombre es la respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nombre él invoca el suyo propio.”
La Verdad (Tu Nombre) es la respuesta que le das a la mente porque una vez que la mente deja de enfocar en el sueño Se está recordando a Si Misma.

En resumen:

La curación es para la mente que está enferma por creer que es un cuerpo.
El pecado es creer que somos un cuerpo pasando por alto que lo que realmente somos es mente soñando.
El milagro es simplemente recordar que nuestra realidad es mente y no cuerpo separado.