A veces, en meditación... suelto un poco de presión a través
del llanto... pero a los pocos días... ¡Vuelta a empezar! Tal vez me venga
bien... hacer lo que tú dices que hagamos en ese escrito... Dejar de etiquetar
las emociones y aceptar simplemente lo que hay... Pero por lo visto, de
momento, eso no se me da muy bien. ¿Tienes algún artículo que hable de estas
emociones que yo estoy sintiendo? ¿De alguien que aunque no tenga motivo real
de queja (pues reconozco que mi vida podría ser mucho peor), se queja? También
reconozco que soy una quejica y una miedosa profesional y que quizá este es el
último reducto en el que me escondo para no aceptar mi herencia como Hija de
Dios. No sé... ¿Me podrías dar algún tipo de orientación? ¡Gracias!”
Comentario: Gran parte,
sino toda tu inquietud la podría reducir al siguiente comentario que haces, “Intento buscar en mi interior algo que
contrarreste esta emoción pero no lo consigo…” Tu
problema no tiene qué ver con que la vida sea aburrida o que no te encuentres
con deseos de hacer nada. El problema radica en que quieres seguir
percibiéndote como un individuo separado.
Ese único problema es lo que lleva al
“ser humano” a buscar en el mundo algo que le permita sentirse pleno o
“completo”. Inclusive, intentar entender cada situación, cada emoción, sea lo
que sea quiere “entender”. Esta es una etapa muy delicada en el despertar
espiritual porque por un lado están los deseos de buscar en el mundo aquello
que nos haga “feliz”, que nos de un sentido de vida, un propósito. Luego,
después de haber recorrido ese camino y no encontrar nada, aun cuando en
ocasiones se hayan alcanzado esas metas, está ahora la otra opción que es la de
intentar buscar en el interior para sentirnos en paz y feliz. Sólo que se hace
con el propósito de dejar de sentir esa sensación de vacío que ahora el
buscador experimenta y eso solo corrobora la creencia original que dice que soy
un ser humano separado solo que ahora mi nueva etiqueta es de ser un personaje
buscador. Es un callejón sin salida. Sigues reforzando la creencia de ser un
individuo separado como compartí al principio.
Es como si estás en un cuarto oscuro y te
mueves a todos los rincones para encontrar la luz. Al principio es excitante
porque de verdad crees que vas a encontrar la luz en algún sitio en ese cuarto
oscuro. Te reúnes con gente en el mismo cuarto oscuro con el propósito de
encontrar esa luz. Hacen excursiones muy excitantes y emocionantes en busca de
la luz. Leen libros sobre la luz que te hablan de donde se va a encontrar.
Encuentras personas que dicen estar “iluminadas” y los sigues, los escuchas, no
obstante después de muchos años buscándola en el cuarto oscuro te rindes y caes
en un estado de impotencia en el que sólo quieres dejar la búsqueda y la lucha
a un lado. Literalmente te rindes y te aquietas, no para buscar contestaciones
sino que porque solo quieres paz. En ese espacio de silencio donde ya dejas de
prestar toda tu atención a todo lo que ocurre a tu alrededor y a todas las
personas que se encuentran en ese cuarto oscuro intentando darte contestaciones
una voz interior te susurra “sal de ese cuarto”.
Al principio aparenta ser aterrorizante
porque si sales del cuarto pierdes todo lo que conoces y todo aquello que para
ti es “valioso”. En ese cuarto oscuro debido a que compartes el sistema de
pensamientos de todos los que se encuentran ahí; sus creencias, sus leyes, su
cultura, etc., salir de ese cuarto oscuro sería literalmente ir en contra de
todo lo que tú has creído es “verdad”. Mas sin embargo no eres feliz en ese
cuarto oscuro. Esto se le conoce por lo general como la noche oscura del alma
aunque en realidad sería más bien la noche oscura del ego.
Todos esos sentimientos y sensaciones de
confusión y pérdida que experimentas se podrían decir que es el sistema de
pensamientos del ego intentando a que continúes exponiendo tu atención en ese
personaje que tú crees ser. Volviendo a la analogía del cuarto oscuro, todo el
miedo y confusión que experimentas son todas las personas en el cuarto oscuro
diciéndote que no salgas del cuarto en el momento que tú les comunicas que una
voz interior te está diciendo que salgas de ahí. Y en vez de tu escuchar esa
voz interna y permitirle que te dirija estás en guerra con todos los que están
en ese cuarto oscuro y ahora quieres que se callen la boca y que te dejen
tranquila. A lo que voy es, todas esas emociones y esa confusión que sientes es
parte de un proceso de “dehacimiento” por lo cual el sistema de pensamientos
del ego, intentando proteger y defender su identidad a toda costa, continúa
llamando la atención para que dejes de prestar atención al silencio. Solo que
ahora que te rindes y el ego se siente amenazado intenta utilizar tu espacio de
silencio para que continues buscando.
Y como la mente no entiende lo que está
ocurriendo, debido a que el ego no puede vivir sin entender lógicamente nada,
sólo se te pide que te rindas a tu proceso permitiendo que todas esas capas te
vaya atravesando. Esta no es una contestación cómoda para el personaje que
creemos ser porque en realidad los que todavía desean sostener su identidad
personal lo que buscan son contestaciones que puedan entender para sentirse
“mejor”. Pero los que estamos ahora en el camino de despertar del sueño estamos
literalmente des-aprendiéndolo todo. Y todo lo que estás experimentando es esa ambivalencia
que por un lado deseas salir del cuarto oscuro pero que a su vez le temes a
salir y dejarlo todo porque crees que de verdad estás “dejando” algo. Es como
querer despertar de un sueño pero que al mismo tiempo le temes soltar el sueño
debido a que es lo que conoces y crees que pierdes algo si lo sueltas. Por lo
tanto, deseas seguir soñando, no porque seas feliz soñando sino que por miedo a
perder algo. Es el miedo lo que sostiene el sueño, no la felicidad. Y como dice
el viejo dicho, “mas vale malo conocido que bueno por conocer.”
Por eso que lo único que podría compartir
es que no intentes buscar en tu interior con el propósito de que sentimientos o
emociones se deshagan, ni siquiera hacer sentido de tu vida o intentar
entenderla. Pues de ese ser el caso tu atención sigue siendo en el personaje
“yo”. Estamos empezando ahora a vivir todas esas experiencias erradicando todo
significado para poder empezar a tener contacto con una paz que va más allá de
esta experiencia personal. En cierta manera se podría decir que la meta no es
buscar en el interior para que los sentimientos o emociones se deshagan o para
“entender” nada. Es más bien aprender a vivir en paz con todos los sentimientos
y emociones que aparente surgir, con todo lo que no entendemos, para así no
distraernos de nuestra esencia.
Volviendo a la analogía del cuarto
oscuro, el objetivo no es convencer a las personas en el cuarto, ni a que me
sigan, ni a que se callen la boca y me dejen tranquilo. Es más bien continuar
permitiendo que esa voz interna me vaya poco a poco dirigiendo hacia la puerta
de salida sin permitirme distraer por los gritos, los alaridos, los ataques,
las interpretaciones, las opiniones, en fin todo lo que las personas que han
elegido el miedo dentro de ese cuarto oscuro intenten decir o hacer para
persuadirme a que deje de caminar hacia la puerta de salida. ¡Eso es todo!
Dentro de tu dilema la buena noticia es
que no te estás volviendo loca sino que más bien estás recuperando la verdadera
cordura, sólo que todavía no lo experimentas así debido a que te encuentras por
así decirlo, oscilando entre dos mundos. No obstante tu destino qué es el amor,
la paz, la dicha plena ya están asegurados. Un Curso de Milagros lo plantea de
la siguiente manera: “A
la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que
tiene que haber un camino mejor (aquí comienza
la búsqueda). A medida que este
reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la
vida de cada persona. Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual
y, al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física. Este alternar entre los
dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un conflicto que
puede llegar a ser muy agudo (que es lo que
experimentas y al querer “entender” y por eso quieres buscar respuestas en tu
“interior”). Aun así, el desenlace
final es tan inevitable como Dios (sientas lo
que sientas vas a terminar despertando del sueño).” T-2.III.3:6-10
Por lo tanto, es cuestión de seguir
poniendo un pie frente al otro. Las emociones surgirán, la confusión surgirá,
pero según te rindes al Instante Santo, que es simplemente esos espacios de
rendición total al momento presente, el Espíritu Santo continuará haciendo Su
trabajo a través de ti. Mientras tanto recuerda una vez más que los Instantes
Santos no son momentos para buscar nada en el interior. Son espacios que nos
brindamos en completa rendición y aceptación a lo que es de manera que la mente
intelectual con todas sus interpretaciones se pueda dejar a un lado aunque sea
por solo pequeños momentos.
Todo lo que el amor te pide es que te
rindas completamente a este instante. El ego, en su último atento para sostener
su identidad se “espiritualiza” y ahora te dice que busques en tu “interior”.
Reconozco lo difícil que este proceso pueda ser simplemente porque queremos
contestaciones que nos puedan satisfacer intelectualmente más no hay ninguna.
El Curso lo plantea de la siguiente manera: “Las respuestas que el mundo ofrece no hacen sino suscitar
otra pregunta, si bien dejan la primera sin contestar”. T-27.IV.7:4
Según te vas sintiendo mas cómoda con la
incertidumbre, sabiendo ya que no hay nada que entender, aceptando cada momento
presente tal como se va desenvolviendo, puedes observarlo todo; emociones,
sensaciones, circunstancies, etc., como experiencias que simplemente surgen
pero que a su vez no tienen nada que ver contigo. Y te darás cuenta con esa
actitud que lo que se mantiene constante es esa paz subyacente que no depende
de nada. Eso es liberación. Este es un proceso que se va arraigando más cuando
se siente uno merecedor del amor de Dios. Al no sentirse uno amado por Dios
intenta buscar en el mundo todo aquello que le permita experimentar ese amor.
De ahí surgen las ambiciones, los deseos, las metas, los objetivos, las
relaciones especiales, mas sin embargo esa es la trampa que no permite poder
experimentarse el amor de Dios que ya es. Ese es en sí el trabajo que estamos
haciendo. Por lo tanto no hay nada qué buscar, no hay nada que entender, ni siquiera
nada en nuestra vida tiene que “cambiar”. Y todo esto va en contra de nuestra
experiencia como la vivimos. Por eso se nos dice; “El camino no es arduo, pero es muy diferente.” T-11.III.4:1
Con esa nueva comprensión empezamos a
abrirnos al reconocimiento de que,
“Todas las cosas obran conjuntamente para el bien (de la mente).
En esto no hay excepciones salvo a juicio del ego." T-4.V.1:1-2 ”¿qué
no ibas a poder aceptar si supieses que todo cuanto sucede, todo
acontecimiento, pasado, presente y por venir es amorosamente planeado por Aquel
cuyo único propósito es tu bien?"
W-135.18:1
Según nos abrimos al amor de Dios en
nosotros recordamos en cada momento que, “Si supieras Quién camina a tu lado por la senda que has
escogido, sería imposible que pudieses experimentar miedo.” T-18.III.3:2 “¡Ay,
criatura de Dios, si supieses lo que Dios dispone para ti, tu gozo sería
absoluto!.” T-11.III.3:1