Pregunta a Nisargadatta Majarah: “Por favor, dígame cual senda hacia la realización es la más corta.”
Respuesta de Nisargadatta: Ninguna vía es corta o larga, pero algunas personas tienen más
seriedad y otras menos. Yo puedo hablarle a usted sobre mí mismo. Yo era un
hombre simple, pero confié en mi Gurú. Lo que él me dijo que hiciera, eso hice.
Me dijo que me concentrara sobre «yo soy» —eso hice. Me dijo que yo soy más
allá de todo lo perceptible y concebible —yo le creí. Le di mi corazón y mi
alma, toda mi atención y todo mi tiempo libre (yo tenía que trabajar para
mantener a mi familia). Como resultado de la fe y de la aplicación seria, yo me
realicé en tres años. Usted puede escoger cualquier vía que le convenga; su
seriedad determinará el grado del progreso.
Comentario: Observen
que Nisargadatta no se entregó a su Gurú (a la persona). El simplemente confió
en las palabras de su Gurú y se entregó completamente a la práctica del
reconocimiento del «yo soy» a diario. Su deseo y determinación por recordar lo
que «yo soy» fue lo que lo llevó a la experiencia. Esto es muy importante
porque a veces creemos que tenemos que seguir a un Gurú cuando en realidad un
Gurú es simplemente un señalador qué apunta en una dirección y somos nosotros
quienes tenemos que hacer el trabajo.
En Un Curso de Milagros Jesús o Espíritu
Santo es nuestro Gurú. Él no hace el trabajo por nosotros sino que constantemente
apunta hacia la verdad y somos nosotros quienes de corazón tenemos que desear
la verdad para sacarle provecho al trabajo. Que por eso Nisargadatta habla de
que, “…pero algunas
personas tienen más seriedad y otras menos…su seriedad determinará el grado del
progreso.” Que conste que cuando habla de
seriedad no tiene que ver con rigidez ni tomarse la práctica en “serio” sino
que mas bien habla de compromiso.
Si hay un compromiso honesto de sanar, de
recordar la verdad, uno hace el trabajo necesario, no para “realizarse” sino
que mas bien para ser consciente del amor que uno es. De lo contrario nos
convertimos en personajes que buscan la realización y pasamos por alto nuestra
esencia verdadera que está presente en cada momento. A eso se refiere Nisargadatta
cuando dice, “Me dijo que yo soy
más allá de todo lo perceptible y concebible —yo le creí.”
El trabajo que Jesus o Espíritu Santo
hace por nosotros es el deshacimiento de la culpa inconsciente, pero somos
nosotros los que tenemos que desear a Dios. Por eso el Curso nos recuerda, “El amor aflorará de inmediato en
cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. Esto
quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia,…” T-4.III.4:7-8
Por algo es que no hay “practicas especiales”
para reconocer lo que ya somos, salvo que de la mejor manera que podamos ser
conscientes. Si durante nuestro proceso aparenta como que hay alguna practica
especial que nos apoye aunque sea por un tiempo, eso sucederá muy
orgánicamente. Yo a diario, por lo general, de la mejor manera que puedo,
observo mi mente, observe cada experiencia, observo los deseos, las inquietudes
y me abro a cada instante siendo consciente de que no soy el personaje Nick
Arandes que cree estar sintiendo u observando o pensando, sino que soy eso que
observa cada movimiento, cada experiencia, cada sentimiento que aparenta estar
teniendo lugar en la “vida” de este personaje que se le conoce como Nick
Arandes.
Inclusive mientras escribo esta nota soy
consciente de que no soy “yo” el que la escribe aunque es lo que aparenta ser,
sino que lo que hay es una experiencia; la experiencia de escribir. Y que no
significa nada y que no tiene importancia alguna salvo que me siento inspirado
a escribirla. Es como tomar un segundo plano y ahora es cuestión de observar la
experiencia de este personaje sin juzgarlo ni atacarlo ni siquiera venerarlo.
Pero esto que comparto en palabras es solo una experiencia que no se puede
transmitir. No estoy hablando de que esté “iluminado” o “realizado”. Estoy
hablando de mi practica y proceso. Es muy bonito ahora observar la película que
se desenvuelve. Y lo importante para mi no es lo que acontece en la película.
Lo importante para mi es poder observarla en paz. Da igual lo que haga o lo que
deje de hacer. Solo la paz de Dios es mi deseo profundo mientras confío en el
guion que se despliega. ¿Que haré en el “próximo” momento? No se. Pero cuando
el “próximo” momento llegue (que en realidad es siempre el momento presente
porque no hay “próximo” pero es el lenguaje lineal que utilizamos), y me
encuentre haciendo lo que sea que este haciendo lo sabré.