En ese momento me sentí inclinado a
compartir qué aunque aparente que las transiciones son dolorosas en realidad es
el apego a ellas lo que las hace dolorosas. En otras palabras cuando no existe
apego a algo no existe dolor alguno cuando eso deja de estar en nuestra vida.
Por consiguiente una transición es simplemente un intercambio de escenas.
La pregunta es, ¿por qué se apega uno a
las cosas, en este caso a una relación de pareja? Aunque podríamos explorar
esta temática utilizando diferentes posibles escenarios como lo que seria el
apego a un objeto, a una opinión, a una creencia, a una situación, a la muerte
de un ser querido o de uno mismo, etc., me gustaría en este caso poner el enfoque
en las relaciones de pareja.
Relaciones de pareja, o relaciones de
“amor” como también se le conocen, desde el miedo son simplemente sustitutos al
amor de Dios; al amor que ya somos que si fuésemos consciente de ello no
necesitaríamos buscar algo o alguien que nos lo proveyese. En ese sentido toda
relación de pareja se desvanecería. ¿Significa esto que no podríamos tener una
relación de pareja? No. Lo que significa es que esas relaciones ahora tendrían
un propósito opuesto al que generalmente se les otorga. Las relaciones se
utilizarían con el propósito de sanar de manera que podamos extender el amor
que ya somos y no de adquirirlo de ellas.
Cuando se nos olvida lo que realmente
somos y por consiguiente nos percibimos solos buscamos relaciones para completarnos
por lo cual eso genera un apego psicológico. Dado ese el caso si la relación se
deshace no es que pierda a una pareja sino que inconscientemente estoy
perdiendo mi sustento de vida, el amor de Dios, y es ahí cuando se genera el
dolor que no es más que una forma sutil de “morir”. No obstante, si a raíz de
un trabajo de perdón somos conscientes de que no estamos solos, y de que nos
sentimos bien con nosotros mismos, sabemos ahora que todo encuentro tiene el
propósito de ayudarnos a recordar eso.
Entonces las relaciones simplemente se
ven como grandes oportunidades para perdonar y nada más. Y según el apego
psicológico se desvanece las relaciones se experimentan, se disfrutan, se
comparten, siempre observando si algún tipo de apego surge para inmediatamente
elegir el sistema de pensamientos del Espíritu Santo. Eso es a lo que yo le
llamo ser consciente dentro de una relación.
Según vamos integrando la experiencia
misma de saber que sólo Dios es nuestro sustento y de que nunca estamos solos,
si por la razón que sea la relación llega a su fin, en otras palabras ese
escenario de relación de pareja cambia a un escenario de no relación de pareja,
se acepta sin dolor alguno debido a que una vez más no existe apego
psicológico.
Todo lo que estamos haciendo con el
trabajo del perdón de Un Curso de Milagros no es “arreglar” nuestras relaciones
de pareja sino que utilizarlas como currículo para profundizar en el perdón
debido a que ellas, como cualquier cosa que se valora en este mundo, sirven
para mantenernos apegados a él. Mas sin embargo el perdón es para soltar el
mundo completo. Por lo tanto se nos recuerda; “No deposites tu fe en ilusiones. Te fallarán. Deposita toda
tu fe en el Amor de Dios en ti: eterno, inmutable y por siempre indefectible.
Ésta es la respuesta a todo problema que se te presente hoy.” W-pI.50.4:1-4