Friday, September 1, 2017

Las Transiciones de Pareja No Son Dolorosas

Recientemente tuve una conversación con una muy querida amiga que estaba pasando por un proceso de transición relacionado al tema de pareja. La relación parece no estar funcionando y por consiguiente estaba contemplando la posibilidad de separarse.

En ese momento me sentí inclinado a compartir qué aunque aparente que las transiciones son dolorosas en realidad es el apego a ellas lo que las hace dolorosas. En otras palabras cuando no existe apego a algo no existe dolor alguno cuando eso deja de estar en nuestra vida. Por consiguiente una transición es simplemente un intercambio de escenas.

La pregunta es, ¿por qué se apega uno a las cosas, en este caso a una relación de pareja? Aunque podríamos explorar esta temática utilizando diferentes posibles escenarios como lo que seria el apego a un objeto, a una opinión, a una creencia, a una situación, a la muerte de un ser querido o de uno mismo, etc., me gustaría en este caso poner el enfoque en las relaciones de pareja.

Relaciones de pareja, o relaciones de “amor” como también se le conocen, desde el miedo son simplemente sustitutos al amor de Dios; al amor que ya somos que si fuésemos consciente de ello no necesitaríamos buscar algo o alguien que nos lo proveyese. En ese sentido toda relación de pareja se desvanecería. ¿Significa esto que no podríamos tener una relación de pareja? No. Lo que significa es que esas relaciones ahora tendrían un propósito opuesto al que generalmente se les otorga. Las relaciones se utilizarían con el propósito de sanar de manera que podamos extender el amor que ya somos y no de adquirirlo de ellas.

Cuando se nos olvida lo que realmente somos y por consiguiente nos percibimos solos buscamos relaciones para completarnos por lo cual eso genera un apego psicológico. Dado ese el caso si la relación se deshace no es que pierda a una pareja sino que inconscientemente estoy perdiendo mi sustento de vida, el amor de Dios, y es ahí cuando se genera el dolor que no es más que una forma sutil de “morir”. No obstante, si a raíz de un trabajo de perdón somos conscientes de que no estamos solos, y de que nos sentimos bien con nosotros mismos, sabemos ahora que todo encuentro tiene el propósito de ayudarnos a recordar eso.

Entonces las relaciones simplemente se ven como grandes oportunidades para perdonar y nada más. Y según el apego psicológico se desvanece las relaciones se experimentan, se disfrutan, se comparten, siempre observando si algún tipo de apego surge para inmediatamente elegir el sistema de pensamientos del Espíritu Santo. Eso es a lo que yo le llamo ser consciente dentro de una relación.

Según vamos integrando la experiencia misma de saber que sólo Dios es nuestro sustento y de que nunca estamos solos, si por la razón que sea la relación llega a su fin, en otras palabras ese escenario de relación de pareja cambia a un escenario de no relación de pareja, se acepta sin dolor alguno debido a que una vez más no existe apego psicológico.

Todo lo que estamos haciendo con el trabajo del perdón de Un Curso de Milagros no es “arreglar” nuestras relaciones de pareja sino que utilizarlas como currículo para profundizar en el perdón debido a que ellas, como cualquier cosa que se valora en este mundo, sirven para mantenernos apegados a él. Mas sin embargo el perdón es para soltar el mundo completo. Por lo tanto se nos recuerda; No deposites tu fe en ilusiones. Te fallarán. Deposita toda tu fe en el Amor de Dios en ti: eterno, inmutable y por siempre indefectible. Ésta es la respuesta a todo problema que se te presente hoy.” W-pI.50.4:1-4