Thursday, November 16, 2017

Olvidamos el Odio Cuando Dejamos a Un Lado las Comparaciones


“…olvidamos el odio cuando dejamos a un lado las comparaciones.” W-pI.195.8:2

Comentario: Las comparaciones son simplemente puntos de vistas que corroboran la creencia de que hay una separación. Cuando hago algún tipo de comparación, no importa cual sea, todo lo que hago es corroborando la creencia de que estoy viendo objetos separados y que uno difiere del otro. Y para que eso tenga lugar tengo que creer que “yo” soy un objeto separado de todo aquello que percibo. Es por eso que los ojos del cuerpo no ven nada simplemente juzgan. A eso se debe que a este mundo se le conoce como el mundo de la percepción. “Una vez que alguien queda atrapado en el mundo de la percepción, queda atrapado en un sueño. No puede escapar sin ayuda, porque todo lo que sus sentidos le muestran de la fe de la realidad del sueño.” (Prefacio UCDM)

Cuando rechazo algo de la misma manera que cuando lo deseo estoy corroborando la creencia de que hay una separación entre eso que rechazo al igual que eso que deseo y por consiguiente duele. Duele porque en realidad estoy corroborando la creencia de que me separé de Dios. Me percibo separado. Y todo lo que siento sigue corroborando esa creencia. Y si por encima de todo intento justificar, darle sentido a lo que siento, ya estoy completamente perdido. Es por eso que sea lo que sea que sintamos (percibimos con nuestros sentidos) no es para ser entendido sino que para ser acogido, abrazado, aceptado. En una sola palabra, perdonado. Perdonado, no para que se “vaya”, sino que para que pueda ser integrado y el conflicto desaparece.Un dolor físico pueda que no desaparezca al ser acogido, pero sin juicio no hay sufrimiento, y eso es paz interna.

Si no soy consciente busco una relación especial la cual no tiene que ver solo con una pareja. Puede ser con un objeto, un pensamiento, una idea, algo que yo crea que pueda darme lo que sea que deseo o de eliminar lo que sea que rechazo. Y de hecho, al todo ser un pensamiento, lo que pienso acerca de lo que creo “ver” (percibir) és la relación especial de donde surgen las comparaciones. Por eso es que necesito ser consciente de manera que pueda poner todo tipo de distracción, sea cual sea, pensamientos de deseo al igual que de rechazo, que no es nada mas ni nada menos que decir interpretaciones personales (juicios) al servicio de la Verdad para que el Espíritu Santo pueda hacer la corrección en la mente. Por eso es que Un Curso de Milagros hace tanto enfoque en recordar que ¡no sabemos nada! “Lo esencial, sin embargo, es que reconozcas que no sabes nada. El conocimiento es poder y todo poder es de Dios. Tú que has tratado de quedarte con el poder para ti sólo lo has "perdido". Todavía lo tienes, pero has interpuesto tantos obstáculos entre él y tu conciencia de él que no puedes utilizarlo. Todo lo que te has enseñado a ti mismo, ha hecho que seas cada vez menos consciente de tu poder.” T-14.XI.1:1-5

Y observemos que poner nuestros deseos al servicio del Espíritu Santo no significa sacrificio ni asumir que no “deberían” esta ahí. La condición “humana” es una donde los deseos surgen pues es así como se sostiene la creencia en la separación. Estamos hablando de ser conscientes, pues el sacrifico es una negación de nuestros deseos y eso también duele. El Espíritu Santo hace la corrección muy gradual y amorosamente si estamos dispuestos a poner nuestra mente bajo Su directriz. Que por eso se nos recuerda, “Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.“ T-4.I.4:7 Es por eso que la corrección la hace Él, no nosotros. Lo que sí depende de nosotros es darla la bienvenida. “Deshacer no es tu función, pero sí depende de ti el que le des la bienvenida o no.“ T-21.II.8:5

No se requiere de una voluntad perfecta, sino que mas bien de mi “…pequeña dosis de buena voluntad” T-18.IV, que es lo mismo que decir, ser consciente. El Espíritu Santo, con Su Voluntad perfecta, la comparte con nosotros y al unirnos a la Suya se restablece la cordura en la nuestra. Por eso se nos recuerda: “El Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te atraiga, te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas liberarte. Lo único que necesita es que estés dispuesto a compartir Su perspectiva, para que Él te la conceda en su totalidad. Y no tienes que estar completamente dispuesto porque Él lo está. Su tarea es expiar tu renuencia mediante Su perfecta fe, y es Su fe la que tú compartes con Él en el instante santo. Como resultado de reconocer que no estás dispuesto a ser liberado, se te ofrece la perfecta buena voluntad de la que Él goza. Invócale, pues el Cielo responde a Su llamada. Y permítele que Él invoque al Cielo por ti.” T-16.VI.12:1-7

Así que si quiero de verdad experimentar el amor de Dios (el cielo en la tierra) por así decirlo, hay que observar cuan fácilmente me distraigo con mis interpretaciones personales, permitir sentir lo que sienta, pensar lo que piense sin resistencia alguna de manera que el recuerdo de Dios (Amor) se restablece en la mente. Eso es paz ya que estoy viviendo el momento presente sin historias “futuras” ni “pasadas”, en plena aceptación de lo que es. Y el Espíritu Santo, “…si se lo permito anulará todas las consecuencias de mi decisión equivocada (decisión equivocada es haber elegido al ego en la mente con mis interpretaciones personales). T-5.VII.6:10 Y otra manera de decir “…anulará todas las consecuencias equivocadas” es decir, me brinda en este momento todo lo que realmente estaba deseando, paz interior.