Saturday, January 13, 2018

"El Sueño Feliz" por el Dr. Kenneth Wapnick


Extracto de su libro -El final de la Resistencia al Amor 2. MIRAR LA RESISTENCIA

Por eso, estar en el sueño feliz es estar en tu mente errada y tener los habituales ataques de ego, pero utilizarlos para mirar: aprender a perdonarte por haber elegido contra el amor, porque elegiste contra el amor en aquel instante original. No significa despertar y estar feliz y en paz. Podría significar despertar y sentirte ansioso, temeroso, culpable y especial; pero, ahora, ver esto como tu aula de clase. Pues por fin sabes que tienes un maestro que te instruirá adecuadamente.

Aprendes que este es un programa de estudios que tú escribiste, está compuesto por todas tus relaciones especiales. Ya no tienes que negarlas ni sentirte culpable, ni fingir que no son maravillosas, así pues, ya no le tienes miedo al dolor que conlleva experimentarlas como las cosas repletas de culpa que en verdad son. Es útil ser consciente de que el proceso de perdón conlleva atravesar la oscuridad, lo cual, por definición, no es agradable.

Un curso de milagros nos dice que el Espíritu Santo te conducirá a través del circulo de miedo y que Dios está al otro lado (T – 18.IX.3:7 – 9). Pero no puedes llegar a Dios a menos que atravieses el círculo de miedo. Recuerdo una imagen que mi esposa Gloria tuvo una vez. Hablaba de no poder llegar desde el mundo de la forma al mundo amorfo – es decir, a Dios – sin cruzar el puente de la desolación. Su significado era claro: solo puedes alcanzar el mundo amorfo lidiando con la desolación del sistema de pensamiento del ego, el puente que te conduce a casa. No es agradable.

El gran místico San Juan de la Cruz, creó esta frase evocadora: la noche oscura del alma, que describe la parte emocionalmente dolorosa del viaje a casa. No llegas a la cima de la montaña – que era su imagen – a menos que asciendas primero la noche oscura de mirar tu ego.

Un curso de milagro está muy en armonía con este aspecto del camino espiritual al enseñar que tienes que atravesar el ego. A veces, el proceso es extremadamente doloroso, pero lo que te da el valor, la fortaleza y la esperanza para prevalecer es darte cuenta de que es una parte inevitable del proceso y, sobre todo, que no tienes que atravesarlo tu solo. Ese es el valor de una relación con Jesús, nuestro tema siguiente.