Friday, January 26, 2018

LECCIÓN 262: No dejes que hoy perciba diferencias.

"Padre, tienes un solo Hijo. Y es a él a quien hoy deseo contemplar. Él es Tu única creación. ¿ Por qué habría de percibir miles de formas en lo que sigue siendo uno solo? ¿Por qué habría de darle miles de nombres, cuando con uno solo basta? Pues Tu Hijo tiene que llevar Tu Nombre, ya que Tú lo creaste. No permitas que lo vea como algo ajeno a su Padre o a mí. Pues él es parte de mí, así como yo de él, y ambos somos parte de Ti que eres nuestra Fuente. Estamos eternamente unidos en Tu Amor y somos eternamente el santo Hijo de Dios. Nosotros que somos uno, queremos reconocer en este día la verdad acerca de nosotros mismos. Queremos regresar a nuestro hogar y descansar en la unidad. Pues allí reside la paz, la cual no se puede buscar ni hallar en ninguna otra parte." W-pII.262.1:1-9;2:1-3

Comentario: Es muy importante recordar que cuando habla de que no perciba diferencias, no está hablando de lo que los ojos "ven". Los ojos en realidad no pueden ver, solo juzgar.

Por consiguiente, todo lo que yo crea "ver" a través de los ojos va a ser diferencias, cuerpos diferentes, diferentes formas, todo tipo de separación.
Sin embargo cuando mi mente está centrada en el perdón, está lúcida, en la paz, los ojos podrán ver diferencias, pero a un nivel más profundo siento el amor que me une a todos mis hermanos y en ese sentido no percibo diferencia alguna.

Ya no siento amor especial por ninguna de las partes sino que el amor y la paz que está en mi es la que extiendo a todas y cada una de las partes, que una vez más, los ojos perciben como separadas, pero que a nivel del contenido, a nivel emocional por así decirlo, hay un amor que es lo que se percibe en todo.

Ese amor es el amor que hay en mí. Y cuando estoy lleno de ese amor, cuando estoy lleno de esa paz, ya las imágenes, independientemente las formas que tengan, no me distraen de ese espacio de ecuanimidad, de cordura, que se encuentra en mí.
Por lo tanto cuando percibo algún tipo de especialismo, amor especial u odio especial hacia cualquiera de las imágenes, pongo en práctica el perdón para que una vez más, con la ayuda del Espíritu Santo, con la ayuda de Su visión, El me ayude a que hoy deje de percibir diferencias.

Es por eso que hay que tener mucho cuidado de no confundir la forma con el contenido. En otras palabras, de no caer en la trampa de creer que el curso nos está hablando a nosotros como "seres humanos". Porque de nuevo, los ojos no pueden ver absolutamente nada ya que la realidad es que aquí no hay nada, ni siquiera un "yo" "mirando".