Thursday, March 22, 2018

La Liberación de Todo Sufrimiento

En mi experiencia, la única causa de todo sufrimiento es la creencia de que estoy separado de mi Fuente. El primer paso para mi, que me ha apoyado en traer la atención aquello que es consciente de mi experiencia, por consiguiente retirando la atención de la experiencia física objetiva, es estar completamente convencido, una vez y por todas, de que nada de lo que este mundo me ofrezca me puede hacer feliz.

Siempre y cuando crea que hay algo en el mundo que puede hacerme feliz, no estoy completamente listo para entregarme a la paz. Eso es debido a que todavía va a haber una búsqueda, por más sutilmente que sea, que continúa dirigiendo la atención hacia el mundo como mi fuente de felicidad.

Una vez que soy consciente, aunque sea intelectualmente, de que nada en el mundo puede hacerme feliz, es que puedo observar la experiencia que está teniendo lugar en cada momento presente, al igual que como la evaluó, en función a esa creencia de que dice que si las cosas fuesen "diferentes" entonces podría ser feliz. Este proceso, aunque no tiene que ser así, tiende a ser doloroso en el sentido de que por un lado todavía valoro cualquiera que sea la fantasía que haya inventado, la cual sostiene la creencia de que algo en el mundo puede hacerme feliz, mientras que por el otro reconozco que no hace sentido ir en busca de nada del mundo, porque nada que el mundo me ofrezca puede hacerme feliz.

Ahi es donde lo único que me sirve, es poner en practica, una y otra vez, retirar de atención del mundo objetivo y enfocar más y mas en "Eso" que es consciente de cada experiencia. Eso que es consciente de esta experiencia se le conoce como el observador. Lo cual es simplemente el trasfondo que se sostiene, inmutable, imperturbable, no importa lo que esté teniendo lugar en mi experiencia presente.

Ese trasfondo, que no cambia, se le conoce como paz, se le conoce como felicidad. Siempre y cuando mi identificación sea con el trasfondo, mi paz, mi felicidad es permanente. Cuando por momentos mi atención va dirigida hacia un objeto en el mundo, ya sea una relación, una situación, una estado alterado inducido por droga, una fantasía, una creencia, algo que yo desee que crea que pueda hacerme feliz, he perdido de vista completamente el trasfondo. Es ahi cuando me encuentro oscilando entre el dolor y el placer. Cuando esa oscilación tiene lugar, todo lo que tengo que hacer es, permitir que la experiencia y/o sentimiento, sea tal y como es, libre de juicios e interpretaciones. Es así como la mente va poco a poco asentándose e identificando con el trasfondo.

De ese modo, la paz, la felicidad, es restaurada. Mientras más me voy identificando con ese espacio, con ese trasfondo, ya que el deseo por el mundo se va cayendo por su propio peso, esa paz, ese felicidad se va experimentando como algo más permanente en vez de algo tan temporal como se experimentaba antes. Es por eso que se dice que no tengo que hacer nada.

Pero este no es un proceso que se puede "acelerar". Es algo que naturalmente va ocurriendo según el deseo por la verdad se sigue incrementando. Por lo tanto, es importante no intentar suprimir nuestros deseos, ni siquiera dejar de ir a busca de ellos. Simplemente es ser consciente, para que una y otra vez, según observamos la falta de paz permanente que tiene lugar al seguir eligiendo esos deseos personales, el deseo por la verdad se va ir asentando. En ese sentido, este es un proceso muy amoroso, porque la vida nunca nos pide que sacrifiquemos nada. Solo nos pide que seamos conscientes. Cuando ya el mundo deja de tener valor para nosotros, y el goce de estar en paz es lo que en todo momento se desea, muy gustosamente somos nosotros los que soltaremos el mundo ¡Eso es todo!

De aquí en adelante, es disfrutar cada experiencia que se presenta, desde la posición del observador, desde la posición de la conciencia, desde ese trasfondo, que una vez más, es consciente de la experiencia sin sentirse afectada por ella. Este no es un trabajo que se hace para sentirse uno "mejor". Es la consecuencia natural que tiene lugar cuando de corazón se desea la verdad.