Saturday, January 5, 2019

Ama a Tu Prójimo Como a Ti Mismo No Es Un Mandamiento


En una reciente conversación que tuve con Fayna, ella hizo hincapié en que amar al prójimo como a ti mismo no era un mandamiento, sino mas bien una descripción. La conversación tuvo lugar debido a que observaba como me iba sintiendo en función y la experiencia de relación, y ella reconocía que para poder amar a alguien verdaderamente, tiene primero que uno amarse a si mismo. Pero amarse a si mismo tiene que ver con una aceptación total de sus condicionamientos.

En mi caso, uno de los condicionamientos que ha generado gran conflicto en relaciones de pareja es el hecho de que por la razón que sea, me gusta sentirme libre, nunca me sentí inclinado a tener hijos ni una familia. Lo curioso del caso es, también reconozco que parte de mi condicionamiento es el deseo por afecto y compartir. Y aunque no lo sé con absoluta certeza, me atrevería a decir que el deseo de afecto y compartir forma parte de todos. Pero de nuevo, no lo sé. Solo que como en mi caso había tanto condicionamiento de miedo, quizás el miedo a ser abandonado al no poder, o quizas no querer cumplir las expectativas de una relación, o no querer sentir sensaciones de sufrimiento y dolor, eso me llevaba a una experiencia de conflicto interno tan grande que se somatizaba en mi cuerpo.

Entonces sufría en todas mis relaciones. Porque por un lado quería tener esa pareja, pero por el otro lado no quería perder mi libertad. Cuando la vida me pone en relación con una mujer tan consciente como lo es Fayna, que se podría deducir que ella representa esa parte de mi que es consciente, empezamos un camino juntos, que aunque para los ojos del mundo tiene la apariencia de una “pareja”, los dos sabíamos que somos compañeros de camino, listos para mirar el miedo, para que de una forma u otra empiece ese proceso de deshacerlo.

Siento que hay un amor muy profundo que nos une. Pero me costaba mucho trabajo sentir ese amor dado que primero tenia que amarme a mi mismo. Y amarme a mi mismo implicaba ser completamente honesto conmigo mismo, y aceptar todos y cada uno de mis condicionamientos. Reconozco que estaba el miedo de “perder” a esa mujer tan maravillosa que la vida me había puesto en el camino. Pero también reconozco que la convivencia en familia no es algo que a mi de verdad me generaba mucho entusiasmo. No tenia la paciencia suficiente para lidiar con niños, no quería sentirme de ninguna manera aprisionado. Sin embargo, la vida, que muy amorosamente tiene un plan para nosotros, me llevó a esa comprensión de amarme con TODOS mis “defectos”.

Lo curioso del caso es que el llamarle defectos me lleva a juzgarme. Porque si son defectos, eso implica que hay algo “mal” en mi que se tiene que “arreglar”. ¿Y quien dice que ser impaciente es un “defecto”? ¿Y quien dice que no querer vivir en convivencia de familia es un “defecto”? Según pude ser consciente que no tenia “defectos”, sino “condicionamientos”, algo empezó a cambiar en mi. Una actitud de total aceptación a mi personaje. Ese amor que empecé a sentir en mí fue el amor que se empezó a extender hacia ellos. Y ahora, cuando digo que amo a Fayna al igual que a los niños con todo mi corazón, y que cada uno tiene total libertad de ser, es porque me he dado la total libertad a mí de ser. Por eso es que puedo amar a mi prójimo como a mi mismo. Dado que lo que extiendo hacia ellos es el amor y la aceptación que me extiendo a mi. Fayna y yo no estamos en una relación de “pareja”, de hecho, nunca lo estuvimos. Pero tampoco es una relación abierta en el sentido de buscar otras personas para satisfacer necesidades. Estamos en una relación de amor, que durará por siempre, no importa si en la forma estemos juntos o no.

Esto me recuerda un escrito por la pareja de Eckart Tolle, Kim Eng, donde ella dice:

«Durante mis viajes, una de las preguntas más frecuentes que me hacen es “¿Qué se siente al tener una relación con un ser iluminado?” ¿Por qué esta pregunta? Tal vez ellos tienen la idea o la imagen de una relación ideal, y quieren saber más sobre ello. Tal vez sus mentes quieren proyectarse a un futuro en el que ellos también estarán en una relación ideal y se encontrarán a sí mimos a través de ella

Por lo tanto, ¿qué se siente al tener una relación con un ser iluminado? Siempre que tengo la idea en mi cabeza “Tengo una relación” o “estoy en una relación”, no importa con quién, sufro. Esto lo he aprendido.

Con el concepto de “relación” vienen expectativas, recuerdos de relaciones pasadas, y además conceptos mentales condicionados personales y culturales de lo que una “relación” debería ser. Después trataría de hacer que la realidad se ajustase a estos conceptos. Y nunca lo hace. Y vuelvo a sufrir. La cuestión del asunto es: no hay relaciones. Sólo existe el momento presente, y en el momento sólo hay un relacionarse.

Cómo nos relacionamos, o mejor dicho cómo de bien amamos, depende de lo vacíos que estamos de ideas, conceptos, expectativas.»

El regalo mas preciado que mi experiencia con Fayna me ha brindado es el reconocimiento del amor que surge en un compartir, libre de etiquetas, y con total libertad de ser. Me gustaría compartir la siguiente historia la cual titulo, Hogar o Prisión.

Hogar o Prision
por Nick Arandes

Había un hombre que tenia un pájaro que amaba muchísimo. Era una especie muy exótica. Única en el mundo. Lo tenia en una jaula preciosa, muy grande, lo alimentaba y cuidaba mucho de su pájaro. Le decía todos los días lo mucho que lo “amaba”. ¿Por qué pongo la palabra amaba entre comillas? Ya lo verás.

Sin embargo, ese pájaro se podía ver que no se sentía alegre. Como que no tenía vida. Simplemente estaba en su jaula, comía, dormía, y lucía muy bien para que quienes visitaran la casa pudiesen mirarlo. Una noche, su dueño tuvo un sueño en el que la siguiente frase llegó a su mente. “Cuando amas algo, deseas lo que hace feliz a aquello que amas.”

Entonces fue a donde su pájaro, y lleno de miedo hizo algo que nunca se hubiese imaginado. Abrió la puerta de la jaula de par en par. El pájaro se fue volando, y su dueño, aunque triste en un principio debido al apego que tenía, sin embargo, observó como ese pájaro recobró vida cuando el dejó la puerta de la jaula abierta y dio un paso hacia atrás. El pájaro voló y se fue. Su dueño, no obstante, que ya en este caso dejó de ser dueño, le seguía poniendo comida, quizás con la esperanza de que su pájaro volviese. Meses después, algo curioso empezó a tener lugar. Observaba que cuando se levantaba en la mañana, la comida no estaba.

El creyó que otros pájaros se la estaban comiendo, así que se levantó en medio de la noche, y con la luz apagada esperó a ver que sucedía. Para sorpresa suya, vio a su pájaro venir, entrar en la jaula, comerse la comida e irse. La siguiente noche, se levantó y vio lo mismo suceder. Una semana después, cuando el pájaro estaba en la jaula comiendo, el enciende muy suavemente la luz, y el pájaro en un principio se asustó. Pero su dueño se mantuvo a distancia. El pájaro se pone en la puerta de la jaula, y el dueño no hace ningún movimiento. Simplemente sonríe y le dice, aunque el pájaro no lo entienda, “quiero que sepas que mi amor por ti es tan puro y tan grande, que quiero que seas libre y feliz. Y que siempre tendrás aquí un lugar donde regresar, con comida y un techo si lo necesitas.

El pájaro vuela de la jaula hacia la ventana y se posa ahí. El dueño va hacia la jaula, le pone comida fresca y agua y se va. El pájaro entra de nuevo en la jaula, come, bebe agua, solo que esta vez se quedó en la jaula. Con el tiempo, el pájaro se dio cuenta que esa jaula siempre iba a estar abierta. En ese momento, su jaula dejó de ser una prisión y se convirtió en su hogar. Y su dueño dejó de ser un guardia de prisión y se convirtió en su familia.

------- FINAL DE LA HISTORIA -------

Las puertas del compartir que tiene lugar entre Fayna y yo están de par en par abiertas para que cada uno salga y entre en función a lo que la vida depare. Para mí, eso es amor. Nuestro compromiso es con la paz interior. Recientemente fuimos a ver a un comediante que a su vez trae consciencia a su espectáculo decir, “El amor no es dos personas que se miran el uno al otro a la cara (encerrados en los confines de su jaula). Al amor son dos personas que juntos miran en la misma dirección.”

La esencia de todos y cada uno de nosotros es libertad. Libertad de ser. Para algunas personas su condicionamiento los lleva al matrimonio, tener hijos, formar una familia. Para otros su condicionamiento los lleva a ser nómadas. Y ninguno de los condicionamientos es “correcto” ni “incorrecto”. Es lo que es. Cuanto sufrí intentando encajar en el condicionamiento cultural.

Que curioso que mi condicionamiento es libertad, es no necesariamente vivir en un entorno de familiar con hijos y una perra. Sin embargo, aquí estoy, con dos hijos, una perra y una compañera de camino maravillosa. Y me siento libre, estoy en un hogar.

Amarse a uno mismo es permitirse ser, aceptarse plenamente. Y solo en ese caso se le puede permitir al otro ser, y así es que puedes amar al prójimo como a ti mismo.