Wednesday, March 27, 2019

Compartiendo Extractos de Un curso de Milagros

“Los milagros demuestran que el aprendizaje ha tenido lugar bajo la debida dirección, pues el aprendizaje es invisible y lo que se ha aprendido sólo se puede reconocer por sus resultados. Su generalización se demuestra a medida que lo pones en práctica en más y más situaciones. Reconocerás que has aprendido que no hay grados de dificultad en los milagros cuando los apliques a todas las situaciones. No hay situación a la que los milagros no sean aplicables, y al aplicarlos a todas las situaciones el mundo real será tuyo. En esta santa percepción te volverás íntegro, y por tu propia aceptación de la Expiación, ésta irradiará hacia todos aquellos que el Espíritu Santo te envíe para que les des tu bendición. La bendición de Dios mora en todos Sus Hijos, y en tu bendición de ellos radica la bendición que Dios te da a ti.” T-12.VII.1:1-6

Comentario: Miremos este extracto oración por oración:

“Los milagros demuestran que el aprendizaje ha tenido lugar bajo la debida dirección, pues el aprendizaje es invisible y lo que se ha aprendido sólo se puede reconocer por sus resultados.” T-12.VII.1:1

La debida dirección es la de el Espíritu Santo (Sabiduría Interna, Maestro Interno, Jesús, llámesele como se le quiera llamar). El aprendizaje es invisible porque no tiene nada que ver con un cambio en lo "externo" (en este mundo). Lo que está cambiando es nuestra percepción de lo externo. Es un cambio de mentalidad. Y lo que se ha aprendido es a estar en paz con lo que es. Por consiguiente, el hecho de que puedes estar en paz con lo que sea, en función al reconocimiento de lo que eres, esos son los resultados por lo cual se puede reconocer que el milagro (cambio de mentalidad) ha tenido lugar.

"Su generalización se demuestra a medida que lo pones en práctica en más y más situaciones." T-12.VII.1:2

Según se van presentando situaciones, que, aunque aparenten ser "diferentes" unas de otras; situaciones financieras, situaciones de salud, situaciones de pareja, situaciones de familia, situaciones de gobierno, en fin, cualquier cosa que tenga lugar, cuando hay un cambio de mentalidad (milagro) se va dando uno cuenta que todo es lo mismo. Y en ese sentido el aprendizaje se va generalizando.

"Reconocerás que has aprendido que no hay grados de dificultad en los milagros cuando los apliques a todas las situaciones." T-12.VII.1:3

No hay grados de dificultad en los milagros en el sentido de que un sueño es un sueño. En otras palabras, cuando estás durmiendo y te pones a soñar, en el sueño se pueden percibir diferencias, cuerpos "sanos" y cuerpos "no sanos", guerras entre países y períodos de paz, falta de dinero o mucho dinero, falta de trabajo o exceso de trabajo, personas discutiendo o estando de acuerdo, me roban el coche o me regalan uno, y la lista de escenas, o de posibilidades que tienen lugar en un sueño son infinitas, al igual que en esta experiencia “humana”. Sin embargo, todas tienen algo en común, y es que forman parte del sueño. Cuando la mente es consciente de que está soñando un sueño, el cambio de percepción aplica a TODAS las situaciones. Ninguna tiene que “cambiar” para que la mente se sienta “mejor”. Lo único que la mente necesita es recordar que es un sueño y en ese sentido ninguna de las circunstancias le pueden afectar. Por eso, una mente milagrosa no es la que hace que una escena cambie por otra. Una mente milagrosa es una que reconoce que todo es un sueño y por consiguiente NO SE SIENTE AFECTADA POR NADA de lo que tengas lugar en el sueño.

"No hay situación a la que los milagros no sean aplicables, y al aplicarlos a todas las situaciones el mundo real será tuyo." T-12.VII.1:4

Cuando ocurre ese cambio de mentalidad en el que las imágenes dejan de tener efectos sobre la mente que las sueña, se es consciente de esa paz que mora en el interior la cual no puede ser perturbada por nada ni por nadie (La Paz que sobre pasa todo entendimiento). Y como la condición del Mundo Real es paz, es como decir, "vives" en la "tierra" mientras que eres consciente de tu Esencia. Otra manera de decirlo sería, se percibe el mundo con toda sus “diferencias”, más ninguna de ellas afecta la paz en la que la mente descansa. Como ir al cine y estar viendo una película en 3-D. Si se te olvida que es una película reaccionas a ella. Si por el contrario eres consciente de que sólo es una película no reaccionas a ella. Puedes verla igual que todos los espectadores la ven, solo que mientras todos están reaccionando tú estás en paz porque ese cambio de percepción en ti (milagro) no ha tenido lugar en el resto de los espectadores. Ellos reaccionan a las "diferentes" escenas como si cada una fuese algo aparte de las demás mientras que tu vez la misma película con todas sus "diferentes" escenas. sabiendo, no obstante, que todas forman parte de lo mismo, de UNA SOLA película.

"En esta santa percepción te volverás íntegro, y por tu propia aceptación de la Expiación, ésta irradiará hacia todos aquellos que el Espíritu Santo te envíe para que les des tu bendición." T-12.VII.1:5

Aquí hay que tener mucho cuidado porque el ego puede utilizar este extracto para sostener su deseo de sentirse especial (separado del "resto"). Volviendo a la analogía del sueño, la aceptación de la Expiración para ti mismo implica qué sabes que eres la mente soñadora y por consiguiente tu percepción te mantiene integra. No reaccionas a nada porque sabes íntegramente qué eres la mente que sueña el sueño y nada más. Prestemos ahora atención, todos "aquellos" que el Espíritu Santo te envía no son personas "separadas". Son imágenes de tu propio sueño para que puedan ser reconocidas como parte del sueño. En ese sentido, cuando la vida te presenta escenarios, qué en este caso serían "personas" que “vienen” hacia ti, no es para que se haga nada especial de ello. Es simplemente para observar sí todavía la mente reacciona a ellos como si fuesen "reales". Cuando la mente no reacciona a ellos lo que se "irradia", que seria otra manera de decir, lo que se experimenta es paz interior. Dicho de otra manera, estas bendiciendo esa parte de tu mente que en un principio se percibía como separada de ti, y ahora se reconoce como una parte íntegra de la mente misma (de ti). Por eso es que no tengo que hacer nada con "nadie". Solo observar cuan real hago la película para mí, en función a como todavía reacciono a ella. Eso es todo.

"La bendición de Dios mora en todos Sus Hijos, y en tu bendición de ellos radica la bendición que Dios te da a ti.” T-12.VII.1:6

Otra manera de decirlo sería, la bendición de Dios mora en la únicamente que existe. Y si la mente no se deja distraer por el sueño, no reacciona al sueño, no ataca al sueño, no juzga el sueño, no condena el sueño, y con sueño me refiero a todas y cada una de sus aparentes “diferentes” partes, cuando eso puede ser reconocido la bendición de Dios se mantiene íntegra en la Mente. Utilizando una vez más la analogía del cine, si puedo ver la película y no ataco, no juzgo ninguna de sus escenas, que aunque ser perciben como "diferentes", "separadas" unas de las otras, pero que en realidad forman parte de la ÚNICA película, simplemente por el mero hecho de saber que es una película estoy tan en paz con ella, tal cual como estaba ANTES de entrar al teatro, y continúo experimentando esa misma paz DESPUÉS de salir del teatro.

Por eso la bendición de Dios mora en mi porque es mi Realidad (letra mayúscula). De nuevo, es mi Realidad, no importa si voy al teatro o no. No importa lo que esté ocurriendo en "mi" mundo soñado. Amor es lo que Soy. Unidad es lo que Soy. Por eso es que el trabajo de perdón es volver a traer la mente a ese espacio íntegro en el que se reconoce como lo que Es, Amor (mente soñadora), aun cuando en el mundo en el que me experimento "vivir" se perciben “diferencias”. Hay un extracto del Curso que resume esa actitud, y es, “Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. NO CAMBIAS DE APARIENCIA, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos.” W-pI.155.1:1-3