Sunday, March 3, 2019

Detrás de Cada Sentimiento Esta la Paz


Esto es algo que he ido experimentando cada vez más. En los últimos meses, a raíz de un sinnúmero de experiencias vividas, en el que tantos conceptos han sido expuestos, memorias escondidas han salido a la superficie, todo eso ha generado una gran cantidad de sentimientos, que de no haber sido por esta comprensión, me hubiesen desbordado y destrozado.
También soy consciente de qué el amor que dirige todos y cada uno de mis pasos supo prepararme, sabiendo el momento en que estaba listo para mirar todas esas heridas profundas que ahora tocaba sanar. Por lo tanto, éste para mi es uno, y me atrevería a decir, el tema más importante a explorar.
Empezando por establecer la premisa de que paz es lo que realmente soy (somos), los obstáculos a ella surgen como movimientos sentidos. No como imágenes vistas, no como sonidos escuchados, no como palabras leídas, simplemente como movimientos sentidos. Porque si exploramos más a fondo de lo que estoy hablando, es obvio darse uno cuenta de que imágenes, sonidos, palabras, sea lo que sea que esté teniendo lugar, sin un sentimiento adherido a ello, no se experimentaría como un problema.

No te pido que creas en lo que estoy diciendo. Te pido que hagas la prueba tú mismo para que puedas ver como tu experiencia corrobora lo que acabo de decir. Por ejemplo, digamos un ser querido que murió hace muchos años y su recuerdo ya no mueve nada en ti. No estoy diciendo que no lo hayas querido. Pudo haber sido tu madre, tu padre, un hermano, abuelo, abuela, un amigo, un hijo, sea quien sea que de veras hayas querido, sólo que dado el tiempo concurrido no se genera en ti sentimientos de tristeza ni dolor, a menos que todavía haya residuo de algo que se necesite perdonar, que no se haya sanado en ti. Y si ese es el caso, éster ejercicio no te servirá, solo por ahora, hasta que esa herida haya sido sanada.

Continuando, trae ahora mismo la imagen de ese ser querido a tu mente. Como puedes ver, esas son imágenes visuales. Pero como no hay sentimiento alrededor de ellas dado que no se les está proyectando significado, no se les está proyectando culpa, no se experimenta una pérdida de paz. Esto corrobora, una vez más, mi planteamiento que dice qué nada tiene poder alguno de quitarnos nuestra paz, salvo cuando se experimentan sentimientos.

Entonces, la razón por la cual se dificulta ser consciente de esa paz que somos es porque cuando los sentimientos surgen, sobre todo esos que se experimentan extremadamente dolorosos, y el placer también cae dentro de esta ecuación sólo que por ahora voy a poner el enfoque en los que duelen, dado que el ser humano ha sido condicionado, genéticamente al igual que socio culturalmente a evitar el dolor y a buscar el placer, son una distracción imposible de ignorar.

Siendo el dolor y el placer dos caras de la misma moneda, los dos evocan sensaciones que no nos permiten ver lo que está detrás de ellas. Y eso que está detrás de ellas es la paz que tanto se busca y que por consiguiente no puede ser encontrada.

Volviendo a mi experiencia, observando, como cuando acojo, y le doy la bienvenida a cualquier sentimiento que surja, es como si el mismo deja de perder su poder, por lo que entonces puedo ser consciente de la paz que se encuentra detrás de ellos. Sólo que como hay una resistencia tan grande a esa paz debido a la fuerte identificación que tengo con mi experiencia física, hay que traer mucha conciencia a esta práctica. Es tan fácil quedarse enredado en la telaraña entre el placer y el dolor que cuando empieza uno a emprender este camino del desasimiento del miedo puede empezar a sentirse culpable por creer no estar haciendo "bien" su trabajo.

Pero tenemos que ser conscientes de que la evasion del dolor y la búsqueda del placer es un condicionamiento instalado desde que tenemos uso de razón, y aun antes, es nuestra manera habitual de vivir. Por lo tanto, primero estos conceptos se entienden a nivel conceptual. Luego, según se hace el trabajo se van llevando a nivel de experiencial. Este proceso, según el condicionamiento, según la resistencia, en fin, según el guión de cada uno, va a tomar el tiempo que sea necesario. Y es muy importante NO INTENTAR COMPARAR NUESTRO CAMINO CON EL DE “OTROS”.

Entonces, paz, siendo lo que soy, no lo que busco sino que lo que soy, cada sentimiento que surge a raíz de una interpretación consciente o inconsciente, primero se libera de cualquier historia que la mente quiere fabricar para sostener ese sentimiento, y segundo, lo que ahora toca es permitirle ser. Sentirlo, acogerlo, abrazarlo, amarlo. ¡No hay nada más que hacer!

Esto es lo que permite que nuestra Sabiduría Interna, o llámelo Sabiduría Universal, pueda transformar ese sentimiento a raíz de un cambio de mentalidad.

Ese cambio de mentalidad, o cambio de percepción, nos lleva a una comprensión en la que el sentimiento deja de ser un obstáculo para la paz subyacente que está siempre ahí. Esa paz nunca cambia. Los sentimientos y sensaciones, que, aunque son temporales, solo que cuando la mente se identifica con ellos aparentan ser permanentes, si se les permite ser sentidos sin interpretarlos, como nubes pasajeras continúan su rumbo sin perder de vista la paz que se encuentra atrás ellas.
Utilizando la analogía del cielo y las nubes, si uno deja de enfocar en las nubes nunca pierde conciencia de que aunque aparentan nublar el cielo, el cielo está siempre presente y nunca cambia. Las nubes, que son pasajeras y que según nacen también se disuelven, son las que cambian.

Cuando una nube (sentimiento) aparece, y es percibida, no puede negarse su aparente existencia. Pero puede ser reconocida como lo que es, y así nunca se pierde de vista la permanencia del cielo (paz). De la misma manera, la experiencia humana es una que es pasajera, e incluso ilusoria. Pero como eso que se percibe a este nivel no puede ser negado, y las sensaciones SON LA HERRAMIENTA MÁS PODEROSA que el sistema de pensamientos del miedo tiene para darle realidad a esta experiencia, mientras más se va uno haciendo consciente, volviendo a los dos vasos compartí, 1: dejar de proyectarle significados a los sentimientos, y 2: que es el que requiere valentía y coraje, sentirlos completamente, se aprende ahora a vivir la vida libre de miedo. No dije libre de sensaciones, dije libre de miedo.

Porque ahora toda sensación es bienvenida. De la misma manera que el cielo no se deja distraer por las nubes, solo las observa, la paz que somos no se deja distraer por las sensaciones, solo las observa.
En ocasiones, y hablo de experiencia personal, que no implica que sea la verdad absoluta, es solo mi experiencia, hay momentos en el que surgen imágenes, memorias, creencias que necesitaba ser vistas para que el proceso de deshacer la culpa inconsciente pueda continuar teniendo lugar. A eso se debe que hay diversas formas de terapia. Y todas y cada una de ellas, siendo inspiradas por el amor mismo, aunque no son la verdad, sirven para remover obstáculos mientras va uno abriéndose a la verdad.

Un escrito que postulé titulado: El Miedo al Rechazo, que se puede leer visitando el siguiente enlace: http://pucdm.blogspot.com/2019/03/el-miedo-al-rechazo.html surgió a raíz de una catarsis que tuvo lugar en mi vida. Me encontré en una tesitura donde sentí ese profundo sentimiento de rechazo. Y aunque el primer impulso fue reaccionar, algo en mí eligió sentarse en el sofá y sentir esos sentimientos de rechazo. Para mi sorpresa, pude ver como toda mi vida le he temido a ese sentimiento, me la he pasado huyendo de él, pero al verlo de frente, y esta vez permitirme acogerlo y abrazarlo, SENTIRLO en las tripas, sentí una experiencia transformadora que no puede ser explicada en palabras.


Es por eso que tengo en cuenta siempre que aunque pueda utilizar palabras como señaladores para compartir este mensaje, cada cual tiene un guión que necesito respetar. Los que estén listos para sentir, sentirán. Los que no estén listos para ello, siendo consciente de lo doloroso que esto puede ser, la vida buscará la manera de irlos preparando para cuando llegue ese momento puedan entrar en sus sentimientos más profundos para dejar de temerles y volver a contactar con esa paz subyacente, esa que está detrás de todo sentimiento.