Pregunta: “Hola Nick, con el tema acerca de la infidelidad...veo mucho en este circulo; no alcanzo a ver lo que tendría que ver aquí o simplemente sucedió como tenia que ser. Es un tema silencioso. Pero que mueve muchas cosas. Te agradezco tu tiempo.”
Comentario:
Primero que nada, todo sucede como tiene que suceder. Sin embargo, vamos a
mirar un poco mas de cerca tu inquietud. Cuando el deseo por una relación es la
búsqueda del placer, es porque la persona no se siente plena consigo misma y
busca algo “fuera” de la cual derivar la satisfacción que no encuentra en si
misma. Y como todo, una vez ese objeto deja de satisfacerla, necesita buscar
otro, y otro, y otro, y es un circulo interminable.
Cuando el deseo
profundo es la paz, ahora, la relación, o cualquier otro objeto o experiencia,
cuyo propósito era llenar un vacío se le cambia el propósito y se utiliza para
perdonar, para sanar. La única relación que tiene sentido y que nos puede
satisfacer totalmente es nuestra relación con la Fuente, con el Ser, con Dios
(con Uno mismo). No con ninguna “otra” persona u objeto. Si eso se tiene claro,
ahora la infidelidad deja de ser un problema porque a la relación no se le pone
limites. ¿Qué quiero decir con esto? Que tengo claro que la relación no es para
adueñarme de nadie o para aprisionar a nadie, sino para expresar mi libertad de
ser.
Pues si solo
hay uno, los limites que le impongo a mi compañera de camino son los limites
que me impongo a mi mismo. Y eso, creámoslo o no, genera resentimiento. La
paradoja es, cuando uno está en una relación en la cual la pareja tiene total
liberta de ser, es menos apto que la infidelidad tenga lugar. Eso no implica
que la pareja no sienta el deseo por otra persona. O que uno no sienta ese
deseo. Solo que el concepto infidelidad desaparece. No solo eso, si uno está
claro que la única relación es consigo mismo, ¿a quién le está siendo infiel,
sino que a si mismo? Por lo tanto, si la relación es con otra persona, el miedo
a la infidelidad, a la perdida, todo miedo automáticamente se activa. Porque
está corroborando la creencia en la separación, de que soy un ente separado de
todo.
Pero cuando la
relación es con la Fuente, lo paradójico es, ya no hay necesidad de una
relación de “pareja”. Ya uno está pleno. Y si se da la relación de pareja, que,
de hecho, hasta el concepto relación de pareja se cae, se disfruta como uno se
disfruta cualquier experiencia de vida, solo que, al no haber apego ni
expectativa, no hay sufrimiento. Si no hay miedo de perdida, si no hay miedo de
que la otra persona se vaya o se quede, eso es paz, y esa habría de ser el
objetivo, no solo de toda relación de “pareja” sino que de toda experiencia que
tenga lugar en este mundo.
Por
consiguiente, en vez de poner el foco en temas como la infidelidad, ¿por qué no
mejor utilizar la relación para perdonar, para sanar la mente de todo miedo?
Ahora toda relación tendría perfecto sentido. Inclusive el concepto de
“matrimonio” se caería por su propio peso porque no se puede sostener. La taza
de divorcio, que es mas de un 70% da testimonio de eso. Pero nos casamos porque
creemos que eso va a “asegurar” que nuestra pareja no se va a ir con otro, o
que no nos será “infiel”.
La realidad es,
no hay garantías en este mundo, solo experiencias. Y si el enfoque es en la
Verdad, en Dios, en la Fuente, por lo menos las experiencias del mundo dejan de
ser distracción a la paz, al amor, a la verdadera felicidad al cambiarles su
propósito, el cual es ¡soltarlo todo! Cuando sueltas experimentas paz, cuando
te aferras experimentas sufrimiento. Por consiguiente, la pregunta mas
importante en cada momento es, ¿qué es lo que realmente deseo en este momento?
Si se tiene claro que el deseo mas profundo es la paz interior, entonces, toda
experiencia es utilizada para cumplir ese único propósito. Es como decir, pongo
ahora todo en manos de Dios. O para efectos de el tema en discusión, pongo toda
relación en manos de Dios.
#nickarandes