Cuando hay un deseo profundo por la paz verdadera experimentaremos lo mejor de nosotros y también a la superficie saldrá lo peor de nosotros.
Lo mejor de nosotros es la toma de conciencia de que somos el espacio inamovible en lo que todo, inclusive pensamientos sensaciones y circunstancias se ven como movimientos pasajeros.
Lo peor de nosotros es el miedo escondido, los pensamientos con los que la mente todavía se sigue identificando.
No obstante, en lo peor de nosotros, paradójicamente, se nos ofrece la oportunidad de rendirnos completamente y no hacerle caso a la mente de manera que podamos descansar en lo MEJOR de nosotros que es PERMANENTE; siempre ha sido, es, y siempre será. Le podemos llamar paz, amor, Dios, y aunque le podemos llamar lo que sea, por qué no mejor dejemos de darle nombre y disfrutemos de la EXPERIENCIA DIRECTA de lo que es vivir sin creernos nada de lo que la mente trate de vender?
Esa es la experiencia presente, esa es la "meta". Es decir, "regresar" al lugar de donde NUNCA NOS FUIMOS. Y esa experiencia de paz; de felicidad que está teniendo lugar AHORA MISMO se pasa por alto cuando la atención va a lo que sea que la mente este fabricando.
Si no se cree uno el contenido de la mente lo obvio se hace evidente. ¿Y que es lo obvio? De nuevo, la EXPERIENCIA PRESENTE.
Y esa experiencia es SIEMPRE paz es SIEMPRE felicidad.
No le hagas caso a la mente y comprueba la verdad compartida con estas palabras. -Un servidor 😊