Comentario: Por lo que veo estás
en guerra con esa energía que tú la llamas tristeza. No estamos negando que
estés sintiendo eso esa energía que está surgiendo, pero lo que te mantiene
sufriendo no es eso que etiquetas como “tristeza” ya que de nuevo, eso es sólo
energía que se está moviendo, sino que más bien la historia de victimismo que
te cuentas una y otra vez para sostener tu identidad como un personaje triste
que está sufriendo.
Obviamente no vamos a negar que una
relación de tanto tiempo haya generado un apego profundo. Sin embargo el tiempo
que haya durado la relación es completamente irrelevante, pues el problema aquí
es que sigues identificada con tu identidad como personaje separado de la
totalidad y es por eso que te experimentas sufriendo, necesitada del amor de un
“otro”.
El trabajo aquí no es cómo “superar” ésa
energía que en este momento está brotando a la superficie sino que más bien
abrazar eso que estás sintiendo debido a que cuando puedes abrazar esa energía
con amor te estás identificando con lo que realmente eres lo cual es amor. Es
así como sanas debido a que no estás en guerra con tus sentimientos sino que
estás permitiendo que el amor que eres lo abrace todo, incluyendo esos
sentimientos o esa energía que al etiquetarla tristeza aparenta ser la causa de
tu sufrimiento.
Abordando ahora a tu pregunta desde la
experiencia física como una relación de pareja, recuerda que mientras creemos
ser un personaje separado buscamos las relaciones con el propósito de sentirnos
plenos. Sin embargo esa es la trampa sutil por la cual no podemos reconocer
nuestra plenitud. Ahora puedes utilizar esa experiencia para qué mientras te
permites sentir y abrazar esa energía que se está moviendo dirijas tu atención
hacia el interior y recuerdes que lo que deseas es recordar que sólo el amor de
Dios es real y por consiguiente es el único sustento que verdaderamente deseas.
Como ves, nuestro enfoque no es intentar
“superar” nada ya que no hay nada que superar sino que utilizar las
experiencias que estás atravesando para recordarte una y otra vez que sólo el
amor de Dios es importante y que tú eres ese amor.
Ahora estás empezando a reconocer que
cuando vives desde la plena aceptación de lo que es sin justificar tus
sentimientos ni añadir historias a tus experiencias es que dejas de proteger tu
sistema de pensamientos y permites que el sistema de pensamientos de el
Espíritu Santo se acapare de tu mente.