Monday, July 18, 2016

Invoco al Espíritu Santo, El Instante Santo Y No Me Sirve


Pregunta: “Hola, Hermano, quería compartir ésto contigo: llegamos el jueves a Los Angeles desde Madrid y todavía hoy ni nos encontraron las maletas. Estuve muy feliz durante todo el camino y pedí varias veces que por favor me guiase el Espíritu Santo, de hecho pedía siempre que lo recordaba el Instante Santo y desde que estoy aquí estoy perdonándome expiando el sufrimiento que me genera no tener las maletas...Me está constando liberarme. Por favor, Hermano Nick, sé de tu inspiración. Algún consejo.? Muchísimas gracias”

Comentario: Suelta el apego a las maletas y ahí es que te liberas. Si aparecen bien, y si no también. Es ahí donde aprendiste la lección que es la misma siempre en todo momento, nada de este mundo tiene valor.

El Espíritu Santo y el Instante Santo se invocan para que recuerdes que estás en este momento descansando en Dios y que esta experiencia de separación no es tu realidad.

Si invocas al Espíritu Santo con el propósito de que algo en tu mundo cambie, como por ejemplo que las maletas aparezcan, simplemente le estás dando realidad al sueño y ahora quieres que el Espíritu Santo corrobore esa creencia falsa en tu mente.

Todo lo que el Espíritu Santo nos enseña a raíz de un cambio de percepción es a dejar de darle valor al mundo y sus diferentes símbolos de manera que puedas desapegarte de él y por consiguiente abrirte a tu realidad en Dios ya que es imposible despertar de un sueño si hay apego a cualquiera de las partes del sueño.

Ese es el significado de, "…es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que un hombre rico entrar al reino de Dios." [Marcos 10:25]

Esa frase no tiene nada que ver con dinero sino que con apegos. Sólo que en ese ejemplo se utilizó el dinero pero en tu caso la misma frase aplicaría a las maletas o a cualquier cosa de este mundo con la que existe algún apego. Y para fines mundanos, el desapego a las maletas no significa que vas a desaparecer del sueño sino que experimentarás paz, y ese es el equivalente de vivir en el mundo de las ilusiones solo que experimentándote como si estuvieses viviendo en el reino de Dios porque estás en paz.

Mi sugerencia práctica sería, disfruta de estar sin maletas y confía en que eso es parte de la perfección en tu proceso de sanación. Ahora puedes comprar una maleta nueva, puedes comprar ropa nueva, y todo eso que tenías en la maleta que creías que era valioso te enseña una vez más que nosotros no podemos poseer nada.

Eso es liberación total. Y si tus maletas aparecen, disfrutas el que aparecieron, pero lo importante es que ya te da igual y por consiguiente eres libre para ser feliz con o sin maletas, con o sin todas esas cosas que considerabas "valiosas", pues una vez más, es ahí donde experimentas la verdadera liberación.

De hecho, puedes utilizar esa perfecta analogía solo que ahora la estás viviendo. La analogía es, deja atrás las mochilas, equipaje, bagaje, las maletas, y todo eso que has estado cargando.

Suéltalo todo, eso es liberación. El Instante Santo, o invocar al Espíritu Santo es exactamente para eso, para que lo sueltes todo, para que sueltes este mundo, o como te dice un curso de milagros, "Olvídate de este mundo, olvídate de este curso y con las manos completamente vacías de a tu Dios." W-pI.189.7:5

Disfruta de tus vacaciones sin maletas, ábrete a esa nueva experiencia, y te garantizo que será una experiencia inolvidable. Es cuestión de un cambio de perspectiva no de encontrar las maletas.

Si no puedes soltar las maletas, no podrás soltar tus pensamientos de miedo, tus memorias de sufrimiento, pues a final de cuenta es todo lo mismo. No te dejes engañar con la creencia de que las maletas son reales y tus pensamientos no lo son. Los pensamientos al igual que las maletas al igual que todo lo que es percibido a través de los sentidos es falso. Esa es la lección que tenemos que aprender. Solo de esa manera es que se puede experimentar y vivir el sueño feliz.

Cerrando esta nota con las palabras de nuestro querido hermano Jorge Lomar, "... si pierdes tu cartera simplemente ya no es tuya." Y añado, no solo ya no es tuya sino que nunca lo fue. Por cierto, acabo de salir del baño soltando lo que ya no es mío ¡Y UFFFF, QUE AGRADECIDO ESTOY! :)