Pregunta: “Hola Nick. En mi grupo de hermanas de compartir UCDM, muchas veces hemos debatido sobre los espejos, que se supone que cada hermano es nuestro espejo que viene a darnos un mensaje; y nuestra confusión se debate en el qué es lo que percibimos o en cómo lo percibimos, te explico; tengo un abuelito de más de 90 años enfermo, en una condición muy deteriorada porque sus órganos vitales ya casi no funcionan y uno se pregunta: ¿qué nos está mostrando ese anciano?.
Desde un curso de milagros todo hermano es nuestro salvador y todo
es una oportunidad para sanar, pero, ¿cómo es que percibimos el mensaje? porque
a veces caemos en la interpretación de que nos está mostrando del apego que
tenemos al cuerpo y a la identificación con el personaje y al miedo que tenemos
de rendirnos a lo desconocido, ¿esta es una de las trampas del ego? en su
lugar, ¿cada experiencia no debería ser usada para observar lo que sentimos y
ese sería el mensaje que proyecta el espejo, nuestro hermano?
Al otro día se me ocurrió esto: si cada cuerpo es una proyección de
la mente que se cree separada de Dios, la mente ego fabricó millones de
hologramas distintos para garantizar su permanencia en la ilusión, porque si
hubiese fabricado millones de Nick,s idénticos sería más fácil percibir que
todos los espejos son el mismo personaje proyectando variaciones de miedos.”
Comentario: Tu pregunta se
contesta en esta oración de tu misma pregunta cuando preguntas, “¿cada experiencia no debería ser usada para observar lo que
sentimos y ese sería el mensaje que proyecta el espejo, nuestro hermano?”
Los detalles que la forma toma son
completamente irrelevantes porque no existe jerarquía de ilusiones. Ilusiones
son ilusiones independientemente de la forma que aparente tomar. Un abuelito
enfermo no es diferente que una chica guapa o un hombre esbelto que te llame la
atención. Si se genera una emoción, un sentir como resultado de algo que
percibimos “fuera” o de algún pensamiento, es todo lo mismo.
Todas esas son imágenes que se proyectan
para distraernos de la Verdad, y al interpretarlas genera la emoción que
creemos sentir a raíz de esa imagen. Por lo tanto todo hermano es nuestro
salvador pues nos brinda la oportunidad de ver donde todavía estamos
interpretando y haciéndonos creer que el mundo, o las imágenes que percibimos,
son la causa de lo que sentimos. Por consiguiente podemos elegir de nuevo otro
sistema de pensamientos (Espíritu Santo) que nos recuerda una y otra vez más
que todo lo que se percibe en el mundo de las formas es neutro y no tiene el
poder de afectar la paz que mora en el interior.
Volviendo a tu ejemplo de un abuelito
enfermo, esa escena es simplemente una imagen completamente neutra que no
significa nada y no es un “espejo” de por si. Es solo eso. Ahora, ¿que
significa eso para ti? Esa pregunta es la que te genera un sentimiento debido a
que le estás proyectando significado a esa imagen, le proyectas tus miedos
escondidos, como el miedo a la muerte podría ser uno.
Por consiguiente vuelves a la lección 1, “Nada de lo que veo significa nada.” W-pI.1 Y si se genera una
sensación muy fuerte, vas a la 5, “Nunca estoy disgustado por
la razón que creo.” W-pI.5 Y descansas en ese espacio recordando que, “Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada (cuando
me encuentro interpretando, juzgando), afirma lo siguiente: No conozco el
significado de nada, incluido esto. No sé, por lo tanto, cómo responder a ello.
No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía
ahora." T-14.XI.6:6-9
Y una vez más, así es como eliges Un Nuevo
Maestro (Espíritu Santo). Ese es el proceso del perdón. Y a raíz de ese proceso
puedes ver las creencias escondidas, si fuese necesario, para que las puedas
observar sin juicio y asi dejar de darles poder.