Pregunta: “Buenos días Nick! GRACIAS por escribir tu libro. Ha sido revelador y me está ayudando mucho en mi proceso como estudiante del Curso. Las lecciones que actualmente práctico (53) me genera una pregunta...¿Como puedo diferenciar un pensamiento del ego de un pensamiento "real"? Sigo con esta sensación de irrealidad y con mucho movimiento emocional. Confío en el proceso, aunque a veces creo que me voy a volver loca.”
Comentario: Primero que
nada un pensamiento real es un pensamiento de Dios, pertenece al mundo Real, lo
cual no tiene nada que ver con éste experiencia física. En el prefacio se nos
dice:
“Así comienza Un curso de milagros, el cual establece una
clara distinción entre lo real y lo irreal, entre el conocimiento y la
percepción. El conocimiento es la verdad y está regido por una sola ley: la ley
del amor o Dios. La verdad is inalterable, eterna e inequívoca. Es posible no
reconocerla, pero es imposible cambiarla. Esto es así con respecto a todo lo
que Dios creó, y sólo lo que Él creó es real. La verdad está más allá del
aprendizaje porque está más allá del tiempo y de todo proceso. No tiene
opuestos, ni principio ni fin. Simplemente es.” (Prefacio UCDM)
Como puedes ver te dice que, “La verdad
está más allá del aprendizaje porque está más allá del tiempo y de todo
proceso.” Por lo tanto no es un pensamiento que el ego pueda pensar. Sin
embargo, dentro de esta experiencia física, ¿como podríamos tener entonces acceso
a algo que va mas allá del tiempo y espacio?
Podríamos mirarlo de la siguiente manera,
cuando te encuentras juzgando, interpretando, hay perdida de paz por lo que se
podría deducir que ese es un pensamiento del ego. Cuando existe una comprensión
que no se puede explicar con palabras, donde no hay interpretaciones,
simplemente paz, eso es lo mas congruente a lo que seria un pensamiento “real.”
Y se podría decir entonces que hay una interpretación, la del Espíritu Santo.
Pero esa interpretación surge solo a raíz de dejar la personal a un lado. ¿Cómo
dejar a un lado nuestra interpretación personal? Muy simple. Reconociendo que
no sabemos nada. Solo cuando uno cree saber algo es que la interpretación
personal surge.
Lo que ocurre es que intentamos buscar
ese pensamiento real a través del intelecto, a través del ego, y te elude
porque todo lo que haces sin darte cuenta es simplemente evaluar. Evaluamos
cada pensamiento, cada experiencia como buena o mala, o aceptable o
inaceptable, inclusive, como real o no real. Y todo eso sigue siendo parte de
una identificación con el personaje “yo.” Es por eso que las palabras terminan
siendo mas distracción cuando intentamos entender o hablar de esa experiencia.
Y por eso constantemente se nos habla del silencio, del Instante Santo, donde
se dejan las interpretaciones a un lado. La mente que pregunta ya ha pasado por
alto la respuesta porque la respuesta es la experiencia subyacente a toda
pregunta.
Un ejemplo seria un pez en medio del
océano preguntando, “¿me podría decir alguien donde está el agua?” No se da
cuenta que está inmerso en ella, pero no la siente porque cree que tiene que
sentir algo diferente de lo que ahora mismo está sintiendo. No la ve porque
cree que tiene que lucir como algo diferente a lo que ahora mismo ve. Y es por
eso que si se le dijera al pez, “siente, silencio, suelta todas tus
interpretaciones e ideas de lo que al agua es, deja de buscarla”, si el pez
hace eso, en su debido momento se da cuenta y dice, “Ah, simplemente es! Estoy
en ella. Simplemente Soy!” Y cuando otro pez le pregunta, ¿donde está el agua?
Ya ese pez consciente no le brinda respuestas porque sabe que la pregunta es la
negación de la experiencia. Simplemente se mantiene aquietado y le dice,
“siente, silencio.” No le dice nada mas.
El pez que confía en las palabras del pez
sabio se queda sintiendo, en silencio, dejando a un lado todas sus
interpretaciones y en su debido momento se hace consciente. El pez que no
confía en el pez mas consciente, pierde la paciencia porque no le está
brindando contestación y se busca otro pez, que tan confundido como él terminan
los dos perdidos en busca del agua en la que se encuentran plenamente
sumergidos en.
Por lo tanto, en vez de intentar entender
lo que es el pensamiento real, ¿porque no mejor dejar a un lado todas las
interpretaciones y evaluaciones, que a eso se le conoce como perdonar, y esa
paz, esa comprensión que sientes és un pensamiento real.
Por otro lado dices, “Sigo con esta
sensación de irrealidad y con mucho movimiento emocional. Confío en el proceso,
aunque a veces creo que me voy a volver loca…“ El curso lo plantea de la
siguiente manera: “Este alternar entre los dos niveles de percepción se
experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser muy agudo.” T-2.III.3:9
Pero luego dice, “Aun así, el desenlace final es tan inevitable como Dios.”
T-2.III.3:10
Lo que nos motiva a la búsqueda
espiritual, por lo general, es que todo lo que hemos intentado anteriormente no
nos ha llevado a ningún lugar. Ahora solo tenemos una opción, atravesar las
nubes. Y de la única manera que podemos hacerlo es dejando a un lado nuestras
evaluaciones sobre lo que pensamos, sobre lo que sentimos, sobre todo debido a
que nuestras evaluaciones son la razón por a que experimentamos miedo.
Premíteme compartir un ejemplo de como el
miedo se fabrica utilizando un ejemplo mundano. Digamos que tienes un dolor en
el pecho. Eso de por si es solo una experiencia que no tiene significado alguno
y que en realidad no puede afectar tu paz el cual es tu estado natural como
consciencia, no como ser humano sino que como consciencia, como mente, como
Dios. Sin embargo, esa sensación te lleva a una identificaron con el cuerpo.
Por lo tanto se te olvida que eres paz, que eres consciencia y te crees ser un
cuerpo. Ahora la mente comienza con sus evaluaciones. “¿Que significa esto? ¿Me
voy a morir? La muerte es horrorosa, voy a perder la ´vida´, ¿será esto
doloroso? ¿Y que será de mis hijos, mi familia, que será de mi?, etc., etc.,
etc.”
¿Ves el miedo que poco a poco se va
transformando en pánico? Y todo eso ocurre porque estoy identificado con un
“yo”, un “cuerpo”, una identidad “personal” que a su vez evaluaciones ese dolor
que ya dijimos no significa nada y no puede afectar tu realidad como consciencia,
como Dios. Sin embargo, digamos que tienes el mismo un dolor en el pecho, pero
eres consciente de tu realidad en Dios, entonces ese dolor es solo eso y nada
mas. Y la mente se mantiene llena de pensamientos reales, pensamientos de amor.
Y desde la forma, como todo, si te siento inclinado a hacerte un chequeo médico
lo haces, pero sin drama. Te da igual si te quedas o te vas.
Pues según la paz se va asentando en la
mente confías mas y mas en el proceso, se va uno desvinculando de esa posición
fija como personaje y abriéndose al reconocimiento de que la realidad como
mente, como consciencia. Ese es el deseo por la verdad. La gente me hace
preguntas, que por lo general van dirigidas a que les comparta una contestación
que satisfaga su necesidad o su deseo de conservar su identidad como personaje,
no desean la verdad. Lo que desean es un personaje mas “cómodo”.
A lo que vamos con esta práctica es al
reconocimiento de que nuestras realidad es algo que va mas allá de esta
experiencia. Por lo tanto, siempre y cuando sientes miedo experimentas un
pensamientos del ego, y eso no es razón para sentirse “mal”, pues si no hubiese
pensamientos del ego no estaríamos aquí. Son simplemente oportunidades para
elegir de nuevo el sistema de pensamientos del Espíritu Santo. Otra manera de
decirlo es, son oportunidades para perdonar. Eso es todo. Pero no te enganches
mucho en las evaluaciones de lo que son los pensamientos reales porque el ego
siempre tiene una evaluación de lo que pensamientos reales son. Lo mas simple
es, pase lo que pase, pienses lo que pienses, sientas lo que sientas, recuerda
que “nada de lo que veo
(siento, pienso, creo…)
significa nada.” W-pI.1 Y así el Espíritu Sant va poco a poco liberando la mente
de pensamientos del ego y transformándolos en pensamientos reales. O para
utilizar un lenguaje más familiar, liberándola de pensamientos de miedo y
transformándolos en pensamientos de amor.