Monday, February 27, 2017

Mi Pareja Me Falta el Respeto en Publico, Quisiera Dejarlo Pero No Puedo, ¿Que Hago?


Pregunta: Llevó muchos años casada y tengo hijas maravillosas ya mayores, tengo un trabajo que me gusta y que me da independencia económica. Hace 3 que practico el curso y me ayuda mucho a ver las cosa de manera diferente, sin embargo, no se cómo salir de esta relación con mi marido que, aún no siendo malo, me falta continuamente al respeto. Si sigo el curso ante un episodio doloroso, intento convencerme de que no ha pasado lo que me ha dolido, que es mi percepción, lo perdono, porque nadie me hace nada , que es el reflejo externo de una condición interna, etc etc...y ahí sigo con él, porque el curso me dice que yo no tengo que hacer nada, se lo entrego a mi fuente y espero, para que lo que tenga que ser será..y a veces creo que las cosas van funcionando y que todo está bien, hacemos planes juntos y me ilusiono y cuando menos me lo espero, zas!! Ahí está esta otra vez el primate hablándome sin respeto delante de cualquiera, en esta última ocasión, porque ha perdido un partido porque su pareja de juego era muy mala, cualquier motivo vale..Qué hago Nick? He intentado separarme otras veces y se pone muy agresivo primero, me habla mal, luego se asusta cuando me ve más decidida y se rebaja a mi porque "no quiere" perderme por nada del mundo...es tan simple que no concibe la vida sin mi...

Pasan los días y por pura rutina seguimos juntos y así un año y otro año, dando una imagen falsa de una pareja a la que le va bien..y yo venga a leer y escuchar audios del curso y entregando la situación a ver si el ES la corrige...pero todo sigue igual, a veces parece que mejor y de repente viene la humillación en público, sus malos modales conmigo, sus palabras feas...y mientras tanto se me pasa la vida..consintiéndolo. Necesito tus palabras..sigo entregando y esperando? Mientras tanto como me comporto con mi marido, como si no hubiera hecho nada? Dime algo, me siento fatal!”

Comentario: Que hacer o que no hacer es algo en el que no te puedo apoyar. Sin embargo podría compartir observaciones, que no las considero ni como “correctas” ni como “incorrectas”. Son simplemente observaciones basadas en mi entendimiento y práctica de la teoría no dual de Un Curso de Milagros.

Primero que nada el único problema es que tu te sigues identificando con un “yo” personal separada de Dios, y en vez que utilizar el perdón para recordar que eres Dios, que eres Amor, para preparar la mente para despertar del sueño lo estás utilizando para “mejorar” tu personaje. De hecho, cuando dices, “tengo hijas maravillosas ya mayores, tengo un trabajo que me gusta y que me da independencia económica…,” crees que de alguna manera eso es algo “bueno”, algo “importante”.

Sin embargo esas son solo experiencias que aparenta ocurrir en tu “mundo” de separación, el que tanto defiendes a toda costa por miedo a la verdad. El curso lo plantea de la siguiente manera: “En el ámbito del conocimiento no existe ningún pensamiento aparte de Dios porque Dios y Su creación comparten una sola Voluntad. El mundo de la percepción (ésta experiencia física), por otra parte, se basa en la creencia en opuestos, en voluntades separadas y en el perpetuo conflicto que existe entre ellas, y entre ellas y Dios. Lo que la percepción ve y oye parece real porque sólo admite en la conciencia aquello que concuerda con los deseos del perceptor. Esto da lugar a un mundo de ilusiones, mundo que es necesario defender sin descanso, precisamente porque no es real.” (Prefacio UCDM)

Luego, dentro de ese mundo te encuentras con un marido que te falta el respeto. Pues si deseas este mundo tendrás que adherirte a los opuestos. Es como decir, “quiero seguir soñando este sueño de separación donde me percibo como un cuerpo separado de ‘otros’ y de Dios, solo que éstas partes del sueño sí las quiero y éstas otras no.”

Eso es típico cuando se empieza a leer el curso porque por lo general empezamos con esa enseñanza para resolver nuestros problemas, sin embargo, lo que el curso hace es apoyarnos a reconocer que nuestra realidad es algo que no puede ser de ninguna manera afectada por esta experiencia.

Es como cuando duermes y sueñas. Si la mente se le olvida que está soñando un sueño, digamos en éste caso de que un marido le falta el respeto, sufre. Pero si la mente sabe que está soñando un sueño, se puede inclusive reír de ello. Por eso el Curso nos dice, “Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera: Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la paz de Dios.” T-In.2:1-4 En otras palabras, “nada real puede ser amenazado” significa que la mente que sueña no puede ser amenazada por lo que esté ocurriendo en el sueño. “Nada irreal existe” significa que el sueño no existe. Siendo la mente consciente de ello, “en esto radica la paz de Dios.”

Por lo tanto el curso es para hacerte consciente, no para “arreglar” tus problemas en el mundo. Habiendo dicho eso, vamos a mirar algunas formas en la cual estás interpretando la enseñanza del curso.

Por un lado dices, “intento convencerme de que no ha pasado lo que me ha dolido, que es mi percepción, lo perdono, porque nadie me hace nada , que es el reflejo externo de una condición interna, etc etc…” Intentar convencerte de que no ha pasado nada cuando para los efectos de tu “realidad” sí ha pasado algo porque lo sientes es un auto engaño. Si no pasara nada no sentirías nada.

El milagro que el Espíritu Santo te ofrece en ese momento, no es que tu marido cambie, sino que tu cambies de mentalidad acerca de él. Pero eso no puede ocurrir si tu deseo es de que el cambie sosteniendo tu posición como víctima culpando. Mas sintiéndote afectada por él es darle realidad a las ilusiones. Pues en realidad no es él al que tienes que perdonar sino que a ti, no por ser “culpable” sino que por juzgarlo a él. La razón es porque si eres consciente de que él y tu son lo mismo, ¿entonces a quien estás en realidad juzgando? El curso lo plantea de la siguiente manera: "El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo." T-27.VIII.10:1

Recuerda que el perdón del curso no tiene nada que ver con “perdonar” a nadie sino que mas bien tiene que ver con dejar a un lado tu manera de percibir las cosas. Eso es lo que el perdón hace. No tienes acceso al perdón si crees que hay un culpable. Recuerda: “El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en realidad nunca ocurrió. El perdón no perdona pecados, otorgándoles así realidad. Simplemente ve que no hubo pecado. Y desde este punto de vista todos tus pecados quedan perdonados. ¿Qué es el pecado sino una idea falsa acerca del Hijo de Dios? El perdón ve simplemente la falsedad de dicha idea y, por lo tanto, la descarta. Lo que entonces queda libre para ocupar su lugar es la Voluntad de Dios.” W-pII.1.1:1-7

También hablas de que lo que ves es un reflejo externo de una condición interna. Eso viene del capitulo 21 que nos dice, “El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por lo tanto, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna.“ T-21.In.1:2-5

Habla del mundo que ves, no de los detalles. En otras palabras, el mundo que se percibe con nuestros sentidos es la imagen externa de una condición interna. ¿Cual es esa condición interna? Nuestro deseo de sentirnos separado de Dios. Sin embargo, el Espíritu Santo, si se lo permitimos, nos apoya a reconocer que esa imagen “externa”, o mejor dicho, proyectada, no significa nada. Solo de esa manera, mediante Su percepción es que podemos experimentar esa paz que tanto se desea.

Esto que comparto es para que por lo menos seas consciente de que tienes un poder de elegir. Pero ese poder de elegir no es el de elegir un marido excepcional o hijos muy “buenos” o un trabajo que te gusta, etc. Eso es simplemente como tu guión se ha ido desenvolviendo. Intentar “elegir” para que las cosas vayan como desees es utilizar la espiritualidad para intercambiar ilusiones y por consiguiente mantenerte dormida en el sueño de separación.

Ese poder de elegir que tienes es el de elegir entre el sistema de pensamientos del ego o el del Espíritu Santo EN LA MENTE. Y si estás culpando a tu marido y te sientes como víctima, ¿adivina que sistema de pensamientos estás eligiendo? Por lo tanto hay que tomar completa responsabilidad de que nada te está sucediendo a ti sino que mas bien está sucediendo a través de ti.

Una vez que eres consciente de que no eres víctima del mundo ni de las circunstancias, entonces puedes pedir ayuda. Y la ayuda, de nuevo, no se pide “entregando” los problemas al Espíritu Santo y esperando a que Él los “arregle. La ayuda se pide cuando estás abierta a la posibilidad de ver tu experiencia de otra manera, y en tu caso, pueda que quizás tu marido podría estar reflejando la falta de respeto que sientes por ti misma, solo que en vez de tomar responsabilidad de ello simplemente le hechas a culpa a él.

Te lo planteo de esa manera porque si te das cuenta, en tu pregunta hablas de lo que él te hace a ti. Sin embargo él está en tu vida de la misma manera que tu deseas estar en la vida de él pues es así como se esconde el miedo en ti y se le proyecta a él, y a su vez, él hace lo mismo. Son espejos negando el contenido de sus mentes y proyectándoselo al otro. Y de nuevo, le “entregas” al Espíritu Santo a ver si algo cambia. Pero en realidad nada puede cambiar porque estás viendo el contenido de lo que se encuentra en tu interior negado y por consiguiente proyectado “fuera”. En este caso, un marido que te falta el respeto.

El Espíritu Santo no puede corregir tu percepción errada si tu crees saber cual es el problema y por consiguiente cual sería la corrección. “Si mi marido cambiase se arreglaría mi problema.” o “Si me fuese de esta relación se arreglaría mi problema.” Y el problema no está ahí. El problema está en que todavía deseas el mundo porque crees que tiene algo de valor para ti.

¿Por qué se buscan relaciones especiales? Porque creemos que ahí vamos a encontrar nuestra felicidad. Ahora que te das cuenta que no está ahí. Si te sintieses plena en Dios ni siquiera te sentirías necesitada de un marido. Podrías disfrutar de esa experiencia, solo que no sería una necesidad. Quizás no es lo que queremos oír, pero es mejor mirar en nuestro interior y responsabilizarnos que continuar reciclando la culpa proyectándosela a “otros” y por ende continuar sufriendo eternamente esperando a que el Espíritu Santo venga al “rescate”. Queriendo que Él acomode las cosas como las deseamos sin darnos cuenta que la paz y la dicha plena del Espíritu Santo la tenemos ¡ahora mismo! si estamos abiertos a un cambio de mentalidad.

También dices; “He intentado separarme otras veces y se pone muy agresivo primero, me habla mal, luego se asusta cuando me ve más decidida y se rebaja a mi porque "no quiere" perderme por nada del mundo...es tan simple que no concibe la vida sin mi…” Tu te dejas manipular por la culpa, y eso es lo que necesitas ver en tu interior. No obstante eso que está teniendo lugar con él es lo que se proyecta en tu guión, en tu sueño para mantenerte distraída de la verdad. Esa es la escena que el sistema de pensamientos del ego utiliza para mantener la mente distraida en el sueño y olvidarse que su realidad es mente soñando. Es por eso que necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para que esa experiencia, al igual que la de sentirte especial por tener hijos “buenos” o trabajo que te guste no sean distracciones de la verdad. Por lo tanto es cuestión de tener claro lo que deseas, la paz de Dios (la verdad) o tus ilusiones. Y aquí, no hay negociación.

Sin embargo ésta no es razón para sentir temor porque el Espíritu Santo no te va a quitar tus ilusiones de golpe. Él muy amorosamente te enseñará a percibirlas de otra manera para que según tú dejes de darles valor y valores más y más el amor y la paz de Dios en reconocimiento de que eso és lo que eres, serás tú quien las soltaras naturalmente sin ningún sentido de pérdida o sacrificio.

Una última observación sobre lo que has interpretado del curso, y es cuando dices, “ahí sigo con él, porque el curso me dice que yo no tengo que hacer nada…” Cuando el curso habla de que no tienes que hacer nada está hablando de que cuando se está juzgando, evaluando, interpretando, sintiéndose como víctima y por consiguiente no hay paz, que te des un espacio para perdonar antes de actuar. En otras palabras, que no reacciones. Pero si estás en una relación donde según tú se te falta el respeto, el curso no te dice que te quedes ahí. Lo que podría estar ocurriendo es que te quedas ahí por miedo de salir de ella. Eso es culpa, no amor.

No estoy diciendo que salgas de la relación, inclusive podrías ser firme y compartir tu sentir. Y si la persona continúa con ese comportamiento, en ese caso, el milagro puede tener lugar en el momento que se desarrolla el coraje, por un acto de amor hacia uno mismo, de salir de esa experiencia. Es por eso que a veces un acto de separación es un acto de amor. Pero si se separa uno, lo hace sin juzgar, sin justificar, sin culpar. Simplemente se aprecia el regalo que la relación proveyó para sanar y se continúa el camino del perdón. Ya que de lo contrario si sale uno culpando al otro, esa misma culpa inconsciente se le va a proyectar a la próxima pareja.

Por lo tanto, repito, que hacer o que no hacer no es mi posición para decir. Pero sí puedes empezar por reconocer que no eres víctima del mundo que ves, que tu marido está ahí y te trata como te trata porque eso es lo que deseas, o crees que así mereces ser tratada, y ahora quieres ser consciente de que no le “entregas” tus problemas al Espíritu Santo sino que tu interpretación de ellos.

Así que tu marido está haciendo su papel, el que inconscientemente le has dado. Y tu función es perdonar. No a él, sino que reconocer que esa experiencia está teniendo lugar y que ahora lo que deseas es recordar que eres plena en Dios y no éste personaje que se cree ambular por este mundo de separación. Eso es desear le verdad. De lo contrario te quedas haciendo estás preguntas que te mantienen corriendo en círculos porque en este mundo no hay salida. La única salida es despertar de él. El curso nos recuerda: “El Hijo de Dios no necesita ser perdonado, sino despertado.” T-17.I.1:3