Cuando la mente está clara y lúcida sabe que en todo momento lo que tiene es exactamente lo que quiere, nada más, ni nada menos. Cuando la mente está confundida y perturbada cree que lo que tiene en cada momento no es lo que quiere y por consiguiente sufre.
Entonces fantasea sobre lo que cree que
quiere, o va en busca de lo que cree que quiere, posponiendo así el sufrimiento
al cubrirlo con una capa de placer que solo experimenta cuando sostiene esa
fantasía en la mente, o cuando está en busca de eso que cree que quiere.
Es por eso que todo placer es
simplemente dolor escondido.
Por lo tanto la cantidad de dinero que
tienes ahora mismo es exactamente la que quieres tener y la mente lúcida está
en paz con ello. La condición física que tienes en este momento es exactamente
la que quieres tener y la mente lúcida está en paz con ello. El trabajo que
tienes ahora mismo es exactamente el que quieres tener y la mente lúcida está
en paz con ello. La pareja que tienes ahora mismo es exactamente la que quieres
tener y la mente lúcida está en paz con ello.
De lo contrario, estarás en guerra con
el momento presente, rechazándolo constantemente y el sufrimiento será la
experiencia presente en todo momento. Y el sufrimiento seguirá teniendo lugar
hasta que no haya una aceptación total de lo que es.
Lo paradójico es que cuando la
aceptación total está ahí, lo que existe es paz (mente lucida), y desde ese
espacio es que paradójicamente cambios pueden tener lugar, no porque se desea
un cambio, sino porque es lo que naturalmente ocurre reflejando nuestro estado
de paz.
Nos hemos creído que la sensación de
incomodidad con el momento presente es el estímulo, el motor, o la señal que
nos empuja a desear cambiar el momento presente y a "mejorarlo". En
esto se basa el principio de la motivación. Que no es sino el sufrimiento que
constantemente experimentamos al rechazar el momento presente, al estar en
guerra con lo que es, sin darnos cuenta que si estamos teniendo una experiencia
presente, es la que queremos, y es por eso que la estamos experimentando. Solo
que de nuevo, a la mente no estar lúcida, está en guerra con ello y por eso
sufre.
Al ser conscientes, empezamos a darnos
cuenta de que en realidad es todo lo contrario. Solo una mente lúcida, una
mente que esté en paz, libre de conflicto, sin resistencia alguna al momento
presente, en completa aceptación, sin querer cambiar nada, sabe exactamente que
hacer, a quien llamar, a donde dirigirse en cada momento para llevarnos a
nuestro siguiente nivel de experiencia.
A esto se le conoce como acción
espontánea correcta. Espontánea porque no viene influenciada por nada de lo que
haya aprendido en el pasado y correcta por el mero hecho de ser inspirada por
la paz.