Saturday, April 28, 2018

El Error Solo Requiere Corrección, No Castigo

Cuando me identifico con el Espíritu Santo en la mente, estoy en una constante Relación Santa con mi experiencia de mundo, en la que estoy en paz con lo que es, libre de apego, libre de deseo por el mundo, libre de polaridades.

Cuando se experimenta polaridad, deseo, apego, juicio, condenación, en fin, miedo, es simplemente un indicativo de que estoy identificado con el sistema de pensamientos del ego. Por consiguiente, estoy en una relación especial. Esta no es razón para sentirse culpable ni para merecer castigo. Lo que requiere es simplemente corrección. "Puesto que lo único que existe es el amor, para el Espíritu Santo el pecado no es otra cosa que un error que necesita corrección, en vez de algo perverso que merece castigo." (Prefacio UCDM)

Por eso el curso muy amorosamente me recuerda: "Las pruebas por las que pasas no son más que lecciones que aún no has aprendido que vuelven a presentarse de nuevo a fin de que donde antes hiciste una elección errónea, puedas ahora hacer una mejor y escaparte así del dolor que te ocasionó lo que elegiste previamente." T-31.VIII.3:1

Por consiguiente, si te sientes culpable o mal por la razón que sea, sólo recuerda estas amorosas palabras de Jesús, las cual este absuelta inmediatamente de todo miedo, ya que has elegido la relación santa con el espíritu Santo en tu mente: "En toda dificultad, disgusto o confusión Cristo te llama y te dice con ternura: 'Hermano mío, elige de nuevo'”. T-31.VIII.3:2

Al poner lo que Sus palabras dicen en práctica, que sería otra manera de decir, perdonar, te abres a la siguiente experiencia: "Él no dejará sin sanar ninguna fuente de dolor, ni dejará en tu mente ninguna imagen que pueda ocultar a la verdad. Él te liberará de toda miseria a ti a quien Dios creó como un altar a la dicha. No te dejará desconsolado, ni solo en sueños infernales, sino que liberará a tu mente de todo lo que te impide ver Su faz. Su santidad es la tuya porque Él es el único Poder que es real en ti. Su fortaleza es la tuya porque Él es el Ser que Dios creó como Su único Hijo." T-31.VIII.3:3-7