Saturday, May 19, 2018

Aunque Pase Por el Valle de Sombra de Muerte...

"Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento." [Salmo 23:4]

Ese extracto de la Biblia me recuerda el pasaje de Un curso de milagros cuando nos dices, "Recuerda que tienes que atravesar las nubes antes de poder llegar a la luz..Si te resulta útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy guiando. Y te aseguro que esto no será una vana fantasía." W-pI.70.8:5..9:3-4

Ese valle de las sombras de muerte, o las nubes según Un curso de milagros, no es nada más que nuestro sistema de creencias expuesto a la luz de la verdad.

El sistema de creencias que albergo es el que sostiene el mundo que he fabricado. Sin embargo, tiene que ser expuesto, y deshecho para que mi esencia cómo Ser pueda ser liberada. Y como eso, tarde o temprano ocurrirá, sí o sí, aferrarnos a la Mano del Espíritu Santo es una manera de decir, ¡me rindo completamente!. Es de la única manera que se puede atravesar esas nubes.

Esa resistencia a atravesarlas, que no es sino que la ignorancia misma, es lo que hace que ese valle aparente ser oscuro y doloroso. De lo contrario sería un paseo por el jardín.

Es como un niño que está pataleando porque no quiere ir al supermercado. Sin embargo, por más que grite y lloré, su mamá lo va a montar en la silla del coche y se lo va a llevar al supermercado. El niño no sabe que la razón por la cual van al supermercado es para que puedan comprar comida de forma que se puedan alimentar. Pero su ignorancia no le permite ser consciente de ello y simplemente llora por el mero hecho de resistir la decisión de su madre, que una vez más, es para el bien de todos.

Cuándo empezamos a integrar esa actitud de total aceptación, dada la confianza que tenemos en el plan de Dios, el valle oscuro desaparece ¡inmediatamente!. Pues de nuevo, ese valle oscuro estaba compuesto de nuestras interpretaciones sobre los hechos, no de los hechos mismos.

Ejemplo, " mi pareja se fue con otro", " me diagnosticaron una condición física grave", "acabo de perder mi trabajo", "me acaban de robar todos mis ahorros", "el gobierno de mi país está abusando de su poder", y la lista es interminable.

Si percibimos esas experiencias desde el sistema de pensamientos del miedo estamos en el valle oscuro interminable. Sin embargo, cuando se es consciente, se reconoce que cualquiera de esas experiencias nos apoyan para entrar en contacto con la oscuridad interna. El estado de rendición es el equivalente a permitir que el Espíritu Santo encendiera la luz para que podamos en realidad ver.

Prestemos ahora ¡muchísima! atención a lo que voy a decir. Esa rendición de la que estoy hablando, ¡no es! para que la oscuridad se vaya. Ya que de ser así, estoy en resistencia al oscuridad, y paradójicamente, lo que hace es sostenerla más firmemente. ¿Por qué? Porque estoy dando realidad. Esta es la parte más difícil de comprender. De hecho, no es la más difícil de comprender, es ¡imposible! de ser comprendida como un ser humano. Intentar comprenderla es una pérdida de tiempo. Solo podemos abrirnos en cada momento para que la experiencia misma de testimonio de algo que trasciende las palabras.

Estamos hablando de una rendición incondicional a lo que es, una aceptación total a lo que es. Es así como la oscuridad es atravesada, como las nubes son atravesadas, y la paz que se experimenta nos demuestra que las nubes no tenían contenido absoluto, no tenían solidez.

Esa "muerte" que se experimenta, es la muerte de un yo falso. De nuevo, este trabajo de perdón no se hace para que como "seres humanos" intentemos sentirnos "mejor", que paradójicamente, cuando perdonamos, nos sentimos mejor. Este trabajo se hace para que seamos conscientes de que no somos este "cuerpo" "individual" "separado", sino que somos la conciencia misma, ¡el Todo! (Dios).

Por eso cada vez tengo más claro que mi única función, no es entender, no es arreglar, no es cambiar nada, sino que conscientemente perdonar. Y el perdón no exige nada de mí. "El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten. Simplemente observa, espera y no juzga." W-pII.1.4:1-3