Friday, May 18, 2018

Este Curso Es Un Comienzo, No Un Final

Cuando se finalizan las lecciones del Libro de Ejercicios de Un curso de milagros, el epílogo comienza con el siguiente párrafo:

"Este curso es un comienzo, no un final. Tu Amigo te acompaña. No estás solo. Nadie puede llamarlo en vano. Sean cuales sean tus problemas ten por seguro que Él tiene la solución y que gustosamente te la dará sólo con que te dirijas a Él y se la pidas. Él no se negará a darte todas las respuestas que necesites para cualquier cosa que parezca perturbarte. Él sabe cómo solventar todos los problemas y aclarar todas las dudas. Su certeza es tuya. Tan sólo necesitas pedírsela, para que te sea dada." W-pII.Epílogo.1:1-9

Vamos a mirar ese extracto más detenidamente.

"Este curso es un comienzo, no un final." W-pII.Epílogo.1:1

Lo que quiere decir es, el haber hecho las lecciones no implica que se ha "graduado" uno de esta enseñanza. Simplemente implica que la mente ha sido lo suficientemente entrenadas, y que ahora está más preparada para afrontar todas las lecciones de perdón restantes hasta que el último juicio se deje a un lado y la mente sea consciente de su realidad en Dios. Por consiguiente, es como cuando vas a la escuela, ahí se te prepara con el aprendizaje necesario para que cuando encuentres un trabajo empieces a aplicar lo aprendido. Mientras sigamos sosteniendo la creencia de que somos un ser humano en un cuerpo, y todavía se experimente miedo, nuestro aprendizaje no se ha culminado.

"Tu Amigo te acompaña. No estás solo." W-pII.Epílogo.1:2

En realidad, nunca estamos solos. Pero como creemos estarlo, ahora se nos recuerda que somos la conciencia misma. En ese sentido, mientras nos percibamos como algo "separado" del todo, aparenta como que estamos "solos". Pero el mero hecho de ser consciente de lo que somos, sabemos ahora, aunque sea intelectualmente, que no estamos solos. El proceso de perdón nos apoya a recordar eso continuamente. Que de nuevo, por eso es que el curso no es un final, es un comienzo. Nuestra función de ahora en adelante es perdonar. Así es como recordamos que realmente somos Eso que no se ha separado de nada, y que por consiguiente, no puede experimentar soledad.

"Nadie puede llamarlo en vano. Sean cuales sean tus problemas ten por seguro que Él tiene la solución y que gustosamente te la dará sólo con que te dirijas a Él y se la pidas. Él no se negará a darte todas las respuestas que necesites para cualquier cosa que parezca perturbarte." W-pII.Epílogo.1:3-5

Este extracto es muy importante, pues lo que se nos recuerda es que él tiene la solución a nuestro único  problema, disolver en la mente la creencia de que somos algo separado del todo. Lo que ocurre es que al percibirnos como algo "separado" del todo, creemos tener problemas "individuales". En ese sentido, cuando le pedimos una "solución" queremos una que se adhiera a lo que nosotros creemos que es la solución. Obviamente, si una "solución" a ese nivel fuese necesaria para reducir el miedo en la mente, y que a su vez sirve al objetivo final, el cual es recordar lo que realmente soy, se puede dar ese tipo de "solución". Sin embargo, la contestación que nos ofrece él, ¡es inmediata!, si estamos dispuestos a abrirnos al reconocimiento de que no sabemos ni cuál es el problema ni cuál es la solución. En ese sentido, toda experiencia es bienvenida para que el Espíritu Santo pueda apoderarse de nuestra mente y darnos la única solución a todo problema, la cual es, paz interior.

Él sabe cómo solventar todos los problemas y aclarar todas las dudas. Su certeza es tuya. Tan sólo necesitas pedírsela, para que te sea dada." W-pII.Epílogo.1:6-7

La razón por la cual Su certeza es la nuestra, es porque el Espíritu Santo y nosotros somos uno y lo mismo. Hemos aparentemente "perdido" esa certeza al identificarnos con el sistema de pensamientos del ego el cual nos hace creer que somos un cuerpo separado de Dios. Pero la misma será restaurada inmediatamente cuando se abre uno al reconocimiento de que no sabe absolutamente nada. Hay un extracto del curso que me gusta mucho cuando nos recuerda, "Lo esencial, sin embargo, es que reconozcas que no sabes nada. El conocimiento es poder y todo poder es de Dios. Tú que has tratado de quedarte con el poder para ti sólo lo has "perdido". Todavía lo tienes, pero has interpuesto tantos obstáculos entre él y tu conciencia de él que no puedes utilizarlo. Todo lo que te has enseñado a ti mismo, ha hecho que seas cada vez menos consciente de tu poder. No sabes lo que es ni dónde se encuentra. Has hecho un alarde de fuerza y de poder tan lamentable que no ha podido sino fallarte. Pues el poder no es una apariencia de fuerza, y la verdad está más allá de toda apariencia. Aun así, lo único que se interpone entre ti y el poder de Dios que hay en ti, es tu falso aprendizaje, así como todos tus vanos intentos de querer deshacer lo verdadero." T-14.XI.1:1-9

En ese sentido el Espíritu Santo puede, una vez más, como compartí en el párrafo anterior, restablecer la paz en la mente, y de nuevo, esa es la única solución a cualquier problema que aparenta ser percibido.

Así que, una vez terminado el libro de ejercicios, de ahora en adelante, por el resto de nuestra aparente "existencia humana", nuestra única función es perdonar.