Comentario:
Primero que nada, el curso no pone su enfoque en lo que tiene lugar en el mundo
de las formas. No juzga nada ni como "bueno" o "correcto",
"malo" o "incorrecto", ni te culpa por lo que hagas. Solo
le recuerda a la mente que está soñando un sueño y que su contenido es falso.
"El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es
real" T-22.II.7:1 O "El milagro no te despierta, sino que simplemente
te muestra quién es el soñador." T-28.II.4:2
Vamos ahora a
abordar tu inquietud. Dices, "Hay una persona que está entrando a robar mi
casa , ya denuncie hoy , no quería hacerlo porque lo estaba dejando en manos de
mi ser superior"
Y el ser superior
dice, "denunciadlo antes de que continúe comportándose de esa
manera". Bueno, no es que el ser superior te haya dicho eso, sino que lo
que estoy haciendo hincapié es que el curso no te juzga por denunciarlo, sino
que el curso es para que recuerdes que la separación de Dios nunca ocurrió, que
no eres este cuerpo que te crees ser, mientras vives tu vida "normal"
utilizando sentido común.
En este mundo,
quienes roban necesitan ser denunciados para que puedan aprender la lección de
que para vivir en harmonía en este mundo hay ciertas reglas colectivas
establecidas. Pero ¡OJO!, no estoy hablando de hacerlos sentir culpables.
Simplemente hablo de funcionar como sociedad, aun cuando no sabemos si la
persona será rehabilitada al ser denunciada. Eso está fuera de nuestro control.
Por lo tanto, no
confundamos denunciar con condenar. Denunciar es reconocer que hay una persona
que su comportamiento no es beneficioso para vivir en estado de harmonía para
una sociedad, y condenar es proyectar nuestra propia ira, nuestra propia culpa
sobre un hermano. Que como consecuencia de esa condenación nos sentimos
culpables ya que siendo parte de la misma mente, "¿Quién transmitiría
mensajes de odio y de ataque si entendiese que se los está enviando a sí mismo?
¿Quién se acusaría, se declararía culpable y se condenaría a sí mismo?"
T-19.IV.B.i.14:11-12
Lo que veo es que
hay una decisión que se tomó a través de ti, y ahora sientes culpa por ello. Y
sientes culpa porque crees que eres un cuerpo, con "voluntad
personal" separada de la Fuente que tomó la "decisión" de
denunciar a "otro". Pero no es así. “Tú” no tomaste esa decisión. Eso
fue lo que tuvo lugar en tu guion, ¡final de la historia!
También dices,
"hoy me vuelve a pasar esta situación ,, se que para algo está sucediendo
, aunque no encuentro , si yo seré el canal para que esta persona sea
detenida..."
La situación
sucede porque es lo que sucede ¡final de la historia! Y si sucede, y tu te
encuentras llamando a las autoridades, es porque de nuevo, es lo que te tocaba
hacer a ti en el guion. ¡Final de la historia! La practicada de Un curso de
milagros en toda situación es recordar que, "nada de lo que veo, pienso, o
hago significa nada." W-pI.1
Esto no implica
que uno se agarra a esa lección para hacer lo que le da la gana, comportarse
irresponsablemente, de nuevo, no porque sea "incorrecto", sino porque
en este mundo hay consecuencias. Si estas dispuesto a vivir con ellas, entonces
haz lo que te dé la gana. Solo que independientemente de lo que hagas, o mejor
dicho, de lo que se haga a través de ti, sigues siendo INOCENTE por el hecho de
que aquí ¡no esta pasando nada! "En realidad no ha ocurrido nada, excepto
que te quedaste dormido (no "tú" sino que la mente que te sueña a
"ti") y tuviste un sueño en el que eras un extraño para ti mismo y
tan sólo una parte del sueño de otro." T-28.II.4:1
Sin embargo,
crees estar aquí. Entonces, si crees estar aquí, juegas el juego adhiriéndote a
sus reglas, mientras internamente sabes que es solo una proyección, y así por
lo menos dejas de tomártelo en serio. Un juez, cuyo trabajo es dictar sentencia
a individuos que se comportan fuera de las reglas establecidas para una
convivencia en harmonía puede ser un gran practicante de Un curso de milagros.
Solo que juega su papel, sabiendo que es lo que le toca jugar en su guion, sin
hacer sentir a ninguno de los sentenciados culpables. Simplemente se adhiere a
las reglas, dicta sentencia según las reglas de su papel, y continúa con su
vida sabiendo que cada cual tiene un currículo para perdonar. Para algunos
tendrá lugar en una penitenciaria mientras que para otros es en otro medio
ambiente.
Hace unos años
atrás se me invitó a dar una charla en una cárcel en Long Beach, California y
el título que elegí, mejor dicho, el título que la conciencia a través de mi
eligió fue, "Eres Libre Ahora". ¿Por qué? Porque la prisión no la
determinan cuatro paredes. La prisión la determina nuestro estado mental. Por
consiguiente, la libertad la determina una mente que no se cree ninguna de sus
historias. Y de nuevo, por eso es que, “nada de lo que veo (pienso) significa nada.”
W-pI.2 ¡Final de la historia!