En artículos anteriores he hablado sobre la importancia de la aceptación. Incluso, he hecho referencia innumerables veces de lo que comparto ahora, pero en mi experiencia la repetición es importante hasta que la comprensión se integra. Asé que aquí vuelvo a repetir.
La vida es un
acontecer que tiene lugar independientemente de nuestros deseos y preferencias.
Puedes argumentar este planteamiento y no hace ninguna diferencia. La vida sigue
siendo tal y como es, y se va a continuar desenvolviendo como lo ha hecho hasta
ahora. Lo que ocurre es, el ego, la creencia en una identidad separada con
voluntad propia, se apodera de la mente y la convence de que puede pasar por alto
la Voluntad de Dios. Porque cree en un Dios separado. Por eso la famosa frase, “el
hombre propone pero Dios dispone”, da testimonio de que, aun si el hombre
tuviese libre albedrio, la única voluntad que se hace es la de Dios. Y esa
voluntad se está viendo en cada instante al ver el acontecer de las experiencias.
La aceptación
entonces, no hace que las circunstancias cambien, pero si cambia nuestra
mentalidad acerca de ellas, y por consiguiente el final del sufrimiento.
Incluso, hasta cuando no podemos aceptar, podemos aceptar el hecho de que en
este momento no podemos, o no queremos aceptar, y eso es una forma de aceptación.
Estamos aceptando nuestra resistencia, estamos aceptándonos a nosotros mismos,
tal y como nos experimentamos. No estamos en guerra con nuestro
condicionamiento.
Sin embargo,
mientras haya deseos de que las cosas sean de otra manera, mientras siga
sosteniendo la creencia de que puedo “yo” hacer algo al respecto continúe vigente
en la mente, esta comprensión toma tiempo de ser integrada dado que estamos
reemplazando la verdadera paz por el placer temporal que el mundo ofrece.
Pero si estás
leyendo estas palabras, se podría deducir que la semilla de la aceptación ya ha
sido plantada en la conciencia, y ahora este es el proceso a través el cual la
misma va germinando. Es por eso que mi mantra diaria es que solo se haga Su
Voluntad. No tiene que ser la tuya. Pero cuando estés listo para la paz
verdadera, pueda que se convierta en tu mantra también o en un derivado de esa
intención solo con otras palabras.
La vida me ha
enseñado que solo Su Voluntad me puede ofrecer la verdadera paz debido a que si
Dios y Yo, somos lo mismo, Su Voluntad tiene que por defecto ser Mi Voluntad. ¡Ojo!
No estoy hablando de la voluntad personal del personaje “Nick”. Esa es la
aparente “voluntad” que se opone a lo que-es, la que no acepta y por ende hay
sufrimiento.
Ponlo a prueba.
No creas lo que digo. Simplemente ríndete ahora mismo y observa como te
sientes. Según la rendición se hace mas profunda y la confianza va creciendo en
ti, cuando el sufrimiento se va deshaciendo, no querrías vivir de otra manera.
Y el final del sufrimiento, no es la búsqueda del placer ni de la felicidad, es
la total aceptación de lo que-es.