Saturday, March 23, 2019

Cuando Acecha la Incertidumbre, Cómo Vivirla

Vivir en incertidumbre puede experimentarse aterrorizante debido a que hay una parte de la mente que desea “estabilidad”. Pero esa “estabilidad”, que como podemos ver puse entre comillas, para la mente significa “saber”.

En mi experiencia, lo que afecta ese no saber es si hay un condicionamiento en el que la vida, o se percibe como injusta donde creo merecer ser castigado, o se percibe como amorosa sabiendo que todo lo que ocurre es para bien.

Esto que acabo de compartir no tiene nada que ver con “pensar positivo” o ser “optimista”. Esas sólo son actitudes del personaje. Que, aunque también se podría deducir que son efectos de sus creencias, esas creencias se utilizan para seguir sosteniendo la identidad que dice que soy un “ser separado”. Percibirse como ser humano implica la creencia de que estoy separado del todo. En otras palabras, apoya la creencia de que mi realidad es individualidad en vez de unidad.

De lo que estoy hablando aquí es, cuando en el inconsciente existe la creencia de que no soy merecedor de ser amado, de que merezco ser castigado, de ser una víctima, en fin, de miedo, de nuevo, basado en la creencia de que soy un individuo separado, la incertidumbre se convierte, como mencioné en un principio, en una experiencia aterrorizante. Es por eso que intentamos "controlar" nuestra vida para así poder experimentar “seguridad”.

Si por el contrario existe un condicionamiento o creencia de que el amor me sostiene en cada momento, de que todo obra conjuntamente para bien, la incertidumbre no sólo es bienvenida, sino que se experimenta más bien como una aventura. Una que se vive sin miedo porque lo que hay es confianza en la vida. Confianza y amor son sinónimos.

¿Qué podría compartir que serviría de apoyo para desarrollar confianza en la vida de manera que la incertidumbre se le pueda dar la bienvenida? Sólo puedo ofrecer lo que me ha servido a mí como práctica, que no es ninguna técnica ni una "prescripción" de qué hacer o que no hacer. Solo lo comparto porque si me he sentido inspirado a escribirlo la vida sabe lo que tiene en mente con relación a ello.

Como de lo que estoy hablando no es fe ciega, necesito pruebas. Las pruebas son, mirando en retrospectiva, una y otra vez, todas las experiencias que han tenido lugar en mi vida, ha habido una sincronía que hubiese sido completamente imposible para mí orquestarlas. Y aunque durante gran parte de esas experiencias había experimentado miedo, preocupación dada mi ignorancia y falta de confianza, ahora es obvio ver el beneficio y la perfección en cada una de ellas. Eso me apoya a empezar a confiar en este instante presente con todas y cada una de las experiencias, sensaciones y pensamientos que forma parte de este instante. Esa confianza genera paz, porque, aunque no sepa lo que ha de venir, sé por lo menos que es orquestado por una Sabiduría infinita, una Sabiduría Universal que lo ve y lo sabe todo pues no está limitada a una parte de la totalidad como lo es la experiencia humana.

Teniendo esa comprensión anclada en el sistema, aunque sea intelectualmente, ahora viene la parte mas difícil, la que requiere un deseo profundo por recordar la Verdad, y es, me abro a sentir cada sensación que pueda surgir en este momento, despojándola de interpretaciones en reconocimiento de que sea lo que sea que la mente fabrique para justificar o darle sentido a la experiencia o a un pensamiento o a un sentimiento es falso.

Eso es lo que me apoya a desarrollar confianza en la vida, en el amor. Porque una vez más, la mente fabrica historias para creer “saber”. En ese sentido cree tenerlo todo bajo “control”. Eso, para la mente que constantemente se autoengaña, corrobora la creencia de que no existe la incertidumbre.

Pero la realidad es, nos guste o no, nuestra experiencia física es una de incertidumbre constante. Aunque creamos tener las piezas del rompecabezas muy bien encajadas, sabemos que todo cambia. Cuando no hay confianza, es el miedo el que está constantemente intentando juntar las piezas del rompecabezas, y eso solo da lugar a una vida llena sufrimiento y preocupación, aunque con intervalos esporádicos de aparente “paz” y “felicidad”.

No obstante, cuando se rinde uno a la vida, habiendo plena confianza en ella, la vida se vive de una manera fluida, que aunque en la superficie aparentemos estar viviendo una vida “normal”, en la cual todos los que nos ven y nos conocen observan que vivimos tal y como ellos lo hacen, no hay miedo, no hay preocupación, no hay ni siquiera esfuerzo. Lo que hay es un estado de inocencia como un niño entusiasmado que agarra la mano de su padre y deja que él le lleve a donde quiera porque prefiere las decisiones que su padre toma a las que él podría tomar, sobre todo cuando sabe que su conocimiento es extremadamente limitado en comparación al de su padre.

En otras palabras, si vas por primera vez de viaje a Italia, ¿no sería mejor que fueses con un guía que conoce el territorio? No es que irte por tu cuenta sea “incorrecto”. Sólo que con un guía podrás tener experiencias que no habrías podido tener por no saber a dónde ir, más todo el tiempo que perderías investigando la mejor transportación, el tiempo que toma llegar de un lugar a otro, y tantos detalles a los que tendrías que estar pendiente los cuales con un guía que se conoce muy bien el territorio no tendrías que preocuparte por nada de eso. Simplemente te relajas y te dejas llevar.

Cuando sabemos que el amor está cargo de nuestras vidas, simplemente descansamos y nos dejamos llevar. Aquí viene la advertencia, no podemos no dejarnos llevar porque la vida está a cargo sí o sí. La diferencia es, cuando hay confianza el dejarse llevar es placentero. Cuando no hay confianza, resistir la dirección en la que la vida nos lleva (miedo a la incertidumbre), que es lo que va a ocurrir de todos modos, se experimenta como dolorosa. Y solo por eso la incertidumbre aparente ser tan preocupante. Pero con la práctica y la experiencia misma, vivir en incertidumbre es algo a lo que se le da la bienvenida porque es como decir, "que bueno que no tengo que hacer nada y que la vida sabe mejor que yo lo que mas me conviene." Eso no es motivo para preocuparse, si acaso es motivo para relajarse.