Friday, March 29, 2019

No Estoy Aquí Para “Ayudar” a Nadie


Necesito ser muy cuidadoso en cómo abordar este tema para que no valla a ser mal interpretado. Y cuando hablo de “mí” en realidad estoy hablándote “todo”. Me explico, mi esencia, nuestra esencia es amor, es unidad, es totalidad. No existe separación. Sólo cuando me percibo como un ente separado, sin darme cuenta, el deseo por “ayudar” a “otros” sirve para reforzar esa creencia subyacente que dice, soy un ente separado.

Esa creencia de ser un ente separado es lo que se le conoce como ego. Y aunque en la superficie querer “ayudar” a “otros” aparenta ser lo “bueno”, lo “caritativo”, es en realidad otra manera de sostener el sistema de pensamiento del ego. Dado ese el caso, ¿estoy en realidad ayudando? La contestación es obvia, ¡no!

¿Significa eso que entonces no debería ayudar a nadie? Eso no es lo que significa, y es aquí donde hay que prestar mucha atención. Si sólo existe uno, y ese uno es lo que soy, el que necesita ayuda soy yo. No más nadie. Cuando me permito ser ayudado, otra manera de decirlo sería, cuando me abro a ser consciente de lo que soy (amor), es mi ejemplo lo que ayuda, no mis acciones.

Jesús, Buda, sólo para mencionar algunos, sirvieron de EJEMPLO de el amor y la compasión que somos. Ellos, sin tener que ir al mundo a ayudar a “nadie”, la gente buscaba su ayuda porque deseaban experimentar esa paz que ellos TRANSMITÍAN, no que ellos “enseñaban”.

Su ejemplo era lo que ayudaba, no sus palabras ni sus acciones. No obstante, sus palabras y sus acciones surgían de su ejemplo. Por eso Jesús decía, “no es mi voluntad la que se haces sino la del Padre”.

Cuando dejo de intentar ayudar a “otro”, y pongo todo mí enfoque en recordar el amor en mí, si alguien necesita hacer ayudado, y yo tengo que ser ese vehículo, la vida misma me los pondrá en el camino. Pero no me los pondrá en el camino para que “yo” los “ayude”. Los pondrá en el camino porque el amor que los dos compartimos es la ayuda. En ese sentido, somos ayudados.

Por consiguiente, si algún video que yo comparta, si alguno de mis escritos, libros, charlas, sirve de “ayuda” para “otros”, tengo muy claro que no soy “yo” quien está ayudando a “nadie”. Es Su Voluntad a través de mí quien hace el trabajo, y que ese trabajo no es para más “nadie” sino que para mí, porque si somos uno, entonces no existen “otros”.

Por eso cuando se me pregunta por qué hago este trabajo de forma altruista, la respuesta es muy simple: No soy "yo" quien hago nada, es la Voluntad del Padre a través de "mí" la que se hace.

Cuando se tiene que cobrar se cobra. Cuando no se tiene que cobrar no se cobra. Mi responsabilidad no es prestar atención a si se tiene que cobrar o no. Sólo traer constante presencia para permitir que el amor me ayude a recordar lo que soy en cada instante, cobrando o no. De ahí en adelante, lo que tenga lugar en este mundo son detalles insignificantes.