Thursday, April 11, 2019

Cuando Crees No Estar Sanando, Sí, Lo Estás (Confía)

“Los que llevan años aprisionados con pesadas cadenas, hambrientos y demacrados, débiles y exhaustos, con los ojos aclimatados a la oscuridad desde hace tanto tiempo que ni siquiera recuerdan la luz, no se ponen a saltar de alegría en el instante en que se les pone en libertad. Tardan algún tiempo en comprender lo que es la libertad.” T-20.III.9:1-2

Comentario: Este precioso extracto lo que me recuerda es, al estar toda mi vida identificado con el sistema de pensamiento de miedo, y haber estado por tanto tiempo haciendo mi trabajo de perdonar, aunque la realidad es que me encuentre en un espacio más liberado, aun no se siente así. Esto me recuerda un extracto que también me encanta del Curso que dice, “Todavía tienes muy poca confianza en mí, pero ésta aumentará a medida que recurras más y más a mí -en vez de a tu ego- en busca de consejo. Los resultados te irán convenciendo cada vez más de que ésta es la única elección cuerda que puedes hacer.” T-4.VI.3:1-2

En ese sentido, no implica que no haya perdonado o que ninguna sanación haya tenido lugar. Simplemente implica que la mente se esta aclimatando a una nueva perspectiva, ajena a la que ha estado acostumbrada a identificarse. Este es el proceso en el que la vista necesita aclimatarse a la luz después de haberse mantenido por un periodo largo del tiempo en un cuarto oscuro.

Luego el extracto continúa: 

“Andabas a tientas en el polvo y encontraste la mano de tu hermano, indeciso de si soltarla o bien asirte a la vida por tanto tiempo olvidada.” T-20.III.9:1-3

Comentario: Para mí esto implica, me la pasé toda una vida juzgando y condenando a mi hermana, (a mí mismo). Y por eso me encontraba desolado. Ahora que se me presenta la oportunidad de percibir al hermano inocente (reconocer mi propia inocencia), debido a la culpa inconsciente la cual se la proyectaba mi hermano, me encuentro indeciso de si seguir condenándolo (condenándome) o aferrarme de su mano y perdonarlo (perdonarme) para poder recordar el amor (la vida olvidada) que somos (soy).

Luego el extracto continúa:

“Agárrate aún con más fuerza y levanta la vista para que puedas contemplar a tu fuerte compañero, en quien reside el significado de tu libertad.”
T-20.III.9:1-4

Comentario: Aquí es cuando más consciente tiene uno que ser que todo juicio o ataque hacia un hermano es un juicio o ataque hacia uno mismo. Esto me recuerda dos extractos del Curso que me dicen; "¿Quién transmitiría mensajes de odio y de ataque si entendiese que se los está enviando a sí mismo? ¿Quién se acusaría, se declararía culpable y se condenaría a sí mismo?" T-19.IV.B.i.14:11-12 Y el otro extract, "El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo." T-27.VIII.10:1-2

Sin embargo, aunque en un principio juicio y ataque surja a raíz de una mente condicionada, si podemos mirar ese condicionamiento reactivo y poner en práctica el perdón, ese en sí, es un indicativo de que un avance está teniendo lugar. A eso se debe que este extracto que comparto del Curso, en un principio nos recuerda  que al estar tan acostumbrados a vivir aprisionados no nos percatamos de la liberación que está teniendo lugar. Por lo tanto, si nos encontramos reaccionando, eso no significa que estamos haciendo nada “mal”, solo significa que la mente aun sigue condicionada. Sin embargo, y repito, si en ese momento somos conscientes de ese condicionamiento y ponemos en práctica el perdón, ese es un indicativo de que la mente está empezando a liberarse.

Recordemos que, si estuviésemos identificados con el amor puro, libre de condicionamiento, no estaríamos aquí. Por lo tanto, mientras se siga percibiendo uno como un cuerpo separado de “otros”, hay trabajo por hacer. Y si el perdón es la actitud que rige nuestra vida, la condición humana se experimenta más ligera y amorosa. Y aunque perciba cuerpos "separados" de "mi", ese cambio de mentalidad me permite sentirme unido a mis hermanos (pensamientos) de manera que el amor que soy pueda experimentarlo en todo momento.

Finalmente, ese párrafo del Curso termina:

"Él parecía estar crucificado a tu lado. Sin embargo, su santidad ha permanecido intacta y perfecta, y, con él a tu lado, este día entrarás en el Paraíso y conocerás la paz de Dios.” T-20.III.9:1-5-6

Comentario: Tu propia crucifixión se percibía en él. Pero aunque tú te percibas crucificado, por consiguiente condenando y atacando, la realidad es que tu inocencia permanece intacta. De nuevo, ese “hermano” del que estamos hablando es simplemente un pensamiento proyectado. Así es que hace perfecto sentido que todo ataque hacia mi hermano tiene que ser por consiguiente un ataque hacia mi mismo. Todo está ocurriendo en la mente. Y por eso el perdón nos lleva al silencio. Así es que el discernimiento tiene lugar en la mente. El miedo se deshace en la mente. El cambio de percepción tiene lugar en la mente. La inocencia en mi hermano (que es un pensamiento) se restaura en la mente. Y la consecuencia de ello es paz interior que tiene lugar en la mente (Paraíso y conocerás la paz de Dios.).

Por eso es que “yo” (personaje) no estoy “perdonando” a ningún “otro” (personaje). Estoy simplemente aprendiendo a dejar todo juicio de condenación a un lado para que el Amor pueda hacer Su trabajo, ¡en la mente! sin interferencia de la parte de la mente (ego) que se ha creído la historia de separación.

Es por eso que el perdón no requiere nada de mi parte, ningún esfuerzo ni trabajo, solo la voluntad de ponerlo en práctica. A eso se le conoce como “la pequeña dosis de buena voluntad.” T-18.IV Por eso es que el  perdón, <<Simplemente observa, espera y no juzga.>> " W-pII.1.4:3

Cuando la Biblia nos decía perdona 70 veces siete, es un simple recordatorio de cuando me siento frustrado al sentir que no estoy haciendo “bien” el trabajo, o que el trabajo nunca termina, que éste es un proceso que requiere tiempo y paciencia. Por lo tanto, aprendamos a ser amorosos y compasivos con nosotros mismos.

No estamos haciendo el trabajo “mal”, dado que es imposible porque lo que está cargo de nuestro guión es el Amor mismo. Pero en un principio, sobre todo cuando la mente está muy condicionada, se requiere mucha paciencia y confianza en el proceso. Pero el proceso trabaja si lo trabajas. Y la paz que se va asentando más y más en la mente da testimonio de que perdonar es la puerta a la liberación.