Monday, April 8, 2019

Qué Es La Felicidad

Esta fue la lección más difíciles para mí aprender dado que estaba tan condicionado con conceptos sobre la felicidad que sentí que nunca podía experimentarla. La tenia tan vinculada con sentimientos, sensaciones y actitudes que si no me sentía de una manera eso implicaba que no era feliz. Una vez más, por que lo que sentía no se adhería al concepto que yo tenía sobre ella. Me comparaba con personas que creía eran “felices” porque su actitud se adhería a los conceptos que yo tenía sobre la felicidad. Me acuerdo una que conocí que para mi entender era muy “feliz”. Estaba felizmente casado, tenía dinero y suficientes juguetes para distraerse, su actitud era el alma de la fiesta y muy jovial, sin embargo, no hace mucho me enteré que se había suicidado. ¿Era entonces esa persona verdaderamente feliz?

Pues como la gran parte del tiempo no sentía esa sensación deducía que no era feliz la mayor parte del tiempo. Luego me la pasaba buscando generar esa sensación o adquirir esa actitud a raíz de alcanzar metas, obtener cosas, cambiar de lugar, buscar relaciones, y cuando algunas, o todas esas cosas se cumplieron, esa sensación se asomaba por la ventana por así decirlo, y decía, “me siento feliz”. Pero luego cuando la sensación o actitud se iba decía, “ya no soy feliz”.

Sin embargo, todas las filosofías no-duales, de alguna forma u otra dicen que yo soy la felicidad. Aún así sentía que no la experimentaba hasta que una noche, después de haber estado atravesando una experiencia muy dolorosa en la cual ni siquiera tenía deseos de vivir, y no es que quería suicidarme porque no llegaba a ese extremo. Pero la vida dejó de tener sentido para mí y simplemente no quería continuar sintiéndome de esa manera.

Después de haber hecho una exploración mental a través la cual cuestioné todas las creencias que tenías sobre la vida, y darme cuenta que eran solo pensamientos que me estaba creyendo y nada más, empecé a explorar mis sentimientos. Aquí fue donde la comprensión tuvo lugar. Me estaba sintiendo mal y observaba la historia que la mente fabricaba para darle sentido a ese sentimiento. Cuando erradicada la historia, sin importar si el pensamiento se iba o no, era una manera de traer presencia. En esa exploración mental, aunque el sentimiento estuviese ahí, por lo menos no había sufrimiento.

Luego pensé, “si no hay sufrimiento eso es paz. Y si paz es felicidad entonces ahora mismo soy feliz”. Por consiguiente, no es que no era feliz, es que no sabía que era feliz dado que había teñiido la felicidad (lo que realmente soy en todo momento) con los conceptos que tenía de lo que la felicidad es.

Ahora hace perfecto sentido el hecho de que soy feliz, no por lo que el personaje “yo” sienta, o por su actitud, sino por la naturaleza de lo que soy. Aun cuando hayan sentimiento que se le pueda etiquetar como tristeza, apatía, rabia, resentimiento, si se le quita la etiqueta lo que queda es su movimiento que está teniendo lugar en la conciencia expresándose a través de mí.

Ese movimiento, llámesele como se le llame, no puede afectar mi esencia como conciencia. Y si como conciencia soy la felicidad, entonces no puedo nunca no ser feliz. La práctica entonces no es buscar la manera de ser feliz. Es prestar mucha atención a cuan fácil la mente se puede creer las historias que fábrica, cuan fácil se identifica con los pensamientos y las sensaciones que tienen lugar como si eso fuese lo que soy.

El trabajo de perdón, para efectos de estudiantes de Un curso de Milagros, y para aquellos que no conocen esa enseñanza se podría decir, el trabajo de ser consciente, es nunca perder de vista que la actitud del personaje “yo”, qué los pensamientos que surgen, que las sensaciones que tienen lugar, no tienen nada que ver conmigo como conciencia. Por lo tanto, no afectan la felicidad que soy ¡en lo absoluto!

Entonces, con certeza puede uno decir, ¡soy feliz! Observa que no dije, me “siento” feliz. Dije, “soy” feliz. Y si alguien pregunta, “¿por qué eres feliz? La contestación es simple, directa y obvia, ¡porque eso es lo que soy! No por lo que tengo, no por lo que hago, no por lo que siento, sino por lo que ¡SOY!

Entonces uno puede decir, ¡soy feliz, aun en medio de una depresión, porque la depresión, la rabia, la tristeza, el placer, sea lo que sea que el personaje sienta, no es quien realmente es. No es su esencia. Son solo movimientos temporales que tienen lugar en la conciencia, pero no definen a la conciencia. Y como la conciencia es lo que soy, y la conciencia es felicidad, entonces por deducción tengo que ser feliz ¡en todo momento!

Y esto aplica también a la definición de amor. No “siento” amor, soy amor. Todo lo que tengo que hacer es soltar todos los significados y conceptos que tengo sobre lo que el amor es y no voy a poder sino que experimentarme como amor en todo momento. Y aunque éste podría ser un tema a explorar en otro escrito, si el mensaje que acabo de compartir sobre la felicidad ha sido claramente entendido, si se sustituye la palabra felicidad por la palabra amor y se da uno cuenta que es todo lo mismo.